TAXI TEHERÁN
Taxi Teherán
Jafar Panahi (Wanda)
Para comprender mejor esta cinta conviene saber que el director iraní Jafar Panahi sufre desde hace unos años la censura de las autoridades iraníes, que le impiden filmar en la calle o en un estudio. Por suerte, la prohibición ha estimulado su creatividad, y esta es ya la tercera película hecha bajo el sino de esa prohibición. Si Esta no es una película estaba rodada íntegramente en su casa, esta Taxi Teherán la ha hecho desde dentro de un taxi: sí, se ve la calle y sus gentes, pero la cámara nunca sale fuera.
Su denuncia tiene un fino tono de ironía, un tratamiento de comedia burlona que bebe tanto del documental como de la ficción, sin que quede claro cuánto estaba previamente en el guion, cuánto hay de improvisación o de simple filmación de la vida real.
De intrincada construcción, la cinta tiene al director como protagonista omnipresente que, sin embargo, pone las mayores verdades en boca de su –supuesta– sobrina adolescente. El experimento, buceando en los límites entre la vida y el arte, indaga en –y reivindica– la libertad de expresión, convirtiéndose en una rotunda demostración de resistencia artística y personal frente a la censura que vive en primera persona.