CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON LISA GERMANO

ENTREVISTAS 2003

Lisa Germano, monólogos oníricos

Tras varios años en la discográfica 4AD, el quinto disco de Lisa Germano, Lullaby For Liquid Pig, se edita en estos días. Adorada por gente como Peter Gabriel, Neil Finn o David Bowie, su exquisita y bella música no es apta para todos los paladares pero, una vez probada, uno queda enganchado para siempre.

Estamos en Los Angeles, California, a finales del 2002 y Lisa Germano edita su nuevo disco, Lullaby For Liquid Pig. Cinco meses más tarde aparece en Europa y, cómo no, en España, de la mano del sello PIAS.

Como siempre, sus nuevas canciones combinan sonidos exquisitos e incómodos con letras que hablan de, sobre todo, la honestidad. “Aunque en el disco estoy acompañada por Neil Finn de Crowded House, Johnny Marr de The Smiths, Butch de Eels y otros amigos, la verdad es que todo, desde la concepción hasta la financiación del proyecto, es obra mía,” asegura Lisa Germano, quien grabó el disco en un período en el que estaba sin contrato discográfico.

“Había finalizado mi contrato con 4AD,” explica, “y no estaba interesada en otro. Por el contrario, me puse a trabajar en una librería a tiempo parcial; pasaba por muchas cosas emocionalmente y me encontré muy sola. Durante dos años trabajé en esa librería de Hollywood y, al acabar, iba a casa a escribir canciones.”

A medida que la música tomaba forma, fue surgiendo un tema. Dentro de cortes instrumentales que parecían borrosos y sin definir, situó historias de vivir ilusiones de felicidad y mantener esas visiones con una dieta de alcohol e introspección. Desde que se abre el disco, con “Nobody’s Playing”, que tiene un ritmo atípico, unas texturas ambiguas y referencias a “círculos y círculos, lugares en los que ahogarse”, Lullaby For Liquid Pig parece ser el acompañamiento de un monólogo secreto cantado en un mundo más onírico que real.

“Es cierto que siempre me ha gustado el alcohol,” reconoce Germano, “pero este disco no habla de eso, sino de la clase de persona que está empezando con un hábito que puede convertirse en una adicción, ya sea alcohol, heroína, sexo o cualquier otra cosa.”

El proyecto cobró vida cuando Tony Berg empezó a pasarse por la librería y recobró su colaboración de mucho tiempo atrás con la cantante. El manager de Germano le había pasado una copia al veterano productor, músico y ejecutivo de la compañía Artist Direct. “A los pocos minutos de escucharlo me estaba llamando y diciéndome que era lo mejor que había oído. Quería saber si había alguna forma de trabajar juntos en cómo editarlo.”

Puede que fuera cuestión de suerte, pero lo cierto es que Tony Berg estaba en trámites para empezar su propia compañía, Inefable, una subsidiaria de Artist Direct. “Me explicó su idea de estructurar el sello como un colectivo creativo, en el que los artistas apoyarían los proyectos de todos y se compartirían los beneficios, así que, de pronto, era el primer fichaje del sello.”

Berg tuvo que convencerla, pero parece que utilizo sus mejores argumentos. “Me habló de mi punto de vista único y de mi habilidad para discutir sobre aspectos reales de la música. Me dijo que era una artista auténtica, y que, al igual que Beck, Fiona Apple, Elvis Costello, Aimee Mann y otros, lo que hacemos es enfrentar a la gente a cosas con las que no se atreven a enfrentarse o a cosas a las que, aún atreviéndose, tienen que hacerlo de una forma original y retadora,” afirma Germano.

Alguna de las canciones tuvo su efecto inmediato. “Según él,” reconoce Germano, “una de las canciones, en concreto “From A Shell”, lo llevaba a la tristeza. Decía que le sonaba como el Titanic hundiéndose, y que le parecía muy importante que alguien fuese capaz de identificar su propia debilidad, incluso cuando la está experimentando. No sé si todo el mundo lo sentirá así, pero, desde luego, es hermoso y, al menos él, ha sabido captar la esencia del disco.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON CERYS MATTHEWS

ENTREVISTAS 2003

Cerys Matthews, paisajes bucólicos

Inesperado cambio. Tras encabezar Catatonia durante unos años, y facturar discos de pop británico, la galesa Cerys Matthews decidió dar un giro radical a su obra. Pensaba grabar canciones folk tradicionales, pero acabó buscando su inspiración en el paisaje del country.

El pasado 3 de junio Cerys Matthews publicó Cockahoop, su álbum de debut en solitario, que, curiosamente, fue a grabar al otro lado del Atlántico. “El disco lo grabé en Whites Creek, (Nashville), con el productor Bucky Baxter, más conocido como guitarrista de Bob Dylan, Ryan Adams y Steve Earle,” comenta Cerys sobre lo que significa un inspirado cambio de dirección en la trayectoria de la que fuera cantante de Catatonia.

“Originalmente quería que Cockahoop fuera un álbum de canciones folk tradicionales, para lo cual elaboré una lista de 76 posibles temas. Decidí que quería grabar en Nashville, y, siguiendo la recomendación de un amigo, que me aconsejó conocer el estudio de Baxter, me embarque para América en junio del año pasado.” Allí llamó a su productor elegido cuando ya estaba en Nueva York, avisándole de su llegada con muy pocos días de antelación.

“Baxter sólo me conocía por una maqueta, y no estaba preparado para mi llegada. De hecho, todavía estaba construyendo su estudio. Me instaló en una cabaña de madera que no tenía ni agua corriente, ni baño ni cocina. Mientras hacía horas extras para terminar el estudio, me animaba para que dedicase el tiempo a escribir canciones,” recuerda Cerys.

“Fue entonces cuando mis planes se fueron al traste. Inspirada por el bucólico paisaje y por el entusiasmo del propio Baxter, dejé fluir libremente su escritura.” Así fue como surgieron canciones como “Caught In The Middle”, “Only A Fool” y “The Good In Goodbye” entre algunas de las que se quedaron en la grabación final. “Escribió “The Good In Goodbye” a la mañana siguiente de acudir a un concierto de Bob Dylan,” reconoce la cantante y compositora galesa.

Y después están las versiones, cuidadosamente seleccionadas y tiernamente interpretadas para reflejar su pasión de coleccionista de canciones antiguas y modernas. “El tema que abre el álbum, “Chardonnay” fue escrito por Roger Cook (que escribió “Talking In Your Sleep” para Crystal Gale) y se graba ahora por primera vez. También encontré en una recopilación de música americana un tema misterioso titulado “Weightless Again”, interpretado por The Handsome Family, viejos inconformistas del country. “Arglwydd Dyma Fi” es un viejo himno galés que recuerdo haber oído cantar a mi abuela.”

La interpretación es tan vívida y tan potente como cabe esperar de músicos de la categoría del guitarrita Richard Bennett (Travis Tritt, Emmylou Harris), el batería Ken Coomer (antiguo miembro de Wilco y Uncle Tupelo) y el multiinstrumentista Jim Hoke (Confederate Railroad). Pero se trata sobre todo de un disco que se apoya en las canciones y en la voz de Cerys, que ha alcanzado una riqueza de matices que nunca habíamos escuchado antes. En este álbum hay rastros de folk, de country, de soul, de pop y mucho más. Pero Cockahoop es a la vez todos esos estilos y ninguno, pues su inteligente variedad no entra en ninguna categoría musical.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO GECKO TURNER

ULTRASÓNICA ARTÍCULO GECKO TURNER

ULTRASÓNICA

ARTÍCULOS 2003 


Gecko Turner, una agradable anomalía

 

            El Sr. Turner es un personaje único en estos días. Un creador independiente que juega con las palabras y los géneros. Un extremeño con mucha guasa, afortunadamente, y mucha cabeza e intención en sus canciones. Creador de “The Real Soul Afromeño Experience”, un festival que toma lugar en cada uno de sus directos, o de algo que él mismo ha bautizado como soniquete. Difícil en cualquier caso definir su música sin escucharla. 

            Gecko Turner es, en definitiva, un aglutinador de influencias que traduce en algo que suena muy cercano. Que hace popular lo que de otra forma parecería música para iniciados en sesudas disciplinas.  

            En su nada despreciable trayectoria, ha liderado bandas como The Animal Crackers, The Reverendoes y los aplaudidos Perroflauta. Éste disco representa el principio de su proyecto en solitario. 

            En esta ocasión, se orienta hacia las músicas surgidas de la diáspora africana (soul, reggae, bossanova, samba, funk) y las combina con estilos característicos del sur de España (flamenco) o con sones africanos que han regresado al continente negro después de viajar a las Américas (afro-beat) sin olvidarse por supuesto del be bop, del cool y en definitiva del jazz con mayúsculas. Esquivando cualquier tipo de clasificación, Gecko Turner logra tamizar estas influencias a partir de un sonido personal. 

            Guapapasea! son 70 minutos de música con mucho ritmo contenido y mucha energía positiva en nada menos que diecisiete cortes entre los que encontrarás once temas inéditos de Gecko, una adaptación del maestro Bob Dylan, otra versión de otro Bob, en este caso Marley, y cuatro jodiuras varias como dice el mismo Gecko. 

            Gecko, dylaniano hasta la médula, se atreve con uno de los trabalenguas más complejos de Dylan “Subterranean Homesick Blues” y lo fusiona con una música original en una de las adaptaciones locales más acertadas. En el caso de “Rainbow Country”,  de Bob Marley, se lo lleva a un aire de tanguillos extremeños con mucho desparpajo también. 

            De su primer single “Un limón en la cabeza”, de aires brasileños y verbeneros, el álbum se desliza hacia lo que será su segundo single, “Te estás equivocando”, cuyo estribillo a ritmo de reggae se nos antoja que pudiera estar dedicado a un montón de personajes públicos de los que no queremos acordarnos -pero no deja de ser una delicada canción de amor y esperanza-. Es, también, un disco de amor. Escucha, si no, la amable “Sabes quién te quiere” o la más espiritual“ Niña del Guadiana”. 

            Seguimos deshojando el disco y nos encontramos con “Dime que te quea”, filosofía doméstica del Sr. Turner,  una de las mejores letras del disco, o los ritmos infecciosos de “How Can You Do Me Like You Do Me” o “Did Ya Black Up Today?”. Hacia el final, una de las sorpresas sin duda más agradables del disco es “Dizzie”, una composición de Gecko interpretada por Gene García, un viejo amigo de Badajoz, y grabada en casa de Mr. Turner en una tarde del tórrido verano del 2003. Pasaría desapercibida si nos la encontráramos en un grandes éxitos de los 70 junto a alguna grabación de Gil Scott Heron -nos acordamos, por ejemplo, de “Winter In America”-.  

            Finalmente, Gecko nos regala como canciones extras / Jodiuras Varias un puñado de canciones por las que ya merecería la pena hacerse con el disco. En primer lugar, Gecko homenajea a Thelonius Monk con esa especie de rumba que es “Monka Mongas”. Rubén “Watch TV” García convierte el “Guapa Pasea” en una mezcla de afrobeat con broken beats y free jazz.

            El inglés Will Holland, más conocido como Quantic, se quedó fascinado al escuchar “Un limón en la cabeza” y sacó tiempo para deleitarnos con un divertido experimento en clave de hip hop dubby breaks. Quantic ha estado haciendo remezclas últimamente para los  sellos Verve y Compost, y para  Nitin Shawney, entre otros.  

            El mexicano Camilo Lara, líder de IMS, al acabar la remezcla de Rainbow Country, afirmó: “Sabes que amo el reggae y pensé hacer algo dub, pero no me salió… ¡Demonios! ¡Siempre por más que le hago todo suena a Herp Albert! ¡Es una maldición!” A nosotros su remezcla nos parece una fiesta.  

            Por último, el peruano Pelo Madueño vuelve a tomar “Un limón en la cabeza” y la sube de tempo acentuando ese lado carnavalesco de la canción. Su remezcla “Guisao remix” es todo un despliegue de exhuberancia para el disfrute en la pista de baile.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON LOU REED

ENTREVISTAS 2003

Lou Reed, cuervo negro

En una época en la que calificativos como “innovador” o “desafiante” han perdido sentido de tanto usarlos, siempre nos quedará Lou Reed para insuflar aire fresco a todos aquellos acólitos que le han venido siguiendo a lo largo de toda su carrera. Con The Raven, Reed nos ofrece un álbum que está a la altura de sus trabajos más innovadores.

“Este disco, The Raven, supone la culminación de absolutamente todo aquello en lo que he venido trabajando tiempo atrás, menos la fotografía,” explica Reed. “ Todas las ideas que tengo sobre sonido, mezclas, escritura, ritmo y rima están contenidas aquí. Es la culminación de todo lo anterior, todo.”

The Raven es un largo viaje de dos horas por el obsesivo mundo de Edgar Allan Poe, filtrado a través de la ecléctica sensibilidad de Reed. Junto a sus compañeros habituales de grupo, Fernando Saunders, Mike Rathke y Tony Smith, este disco cuenta con un magnífico elenco de artistas invitados, entre ellos Laurie Anderson, Elizabeth Ashley, David Bowie, Steve Buscemi, Ornette Coleman, The Blind Boys Of Alabama, Willem Dafoe y Kate & Anna McGarrigle, que forman parte del que probablemente sea uno de los álbumes más ambiciosos de Lou Reed hasta la fecha.

The Raven se publica en dos versiones, una con un solo CD y otra en doble CD: “Vamos a publicarlo con su formato original, que contiene la versión completa, con una gran presentación,” explica Reed, “y también en una versión más corta, para aquellos que no quieran escuchar las dos horas, o que prefieran probar con ella antes de lanzarse a escuchar la más larga. Así que está la gran versión y la más pequeña y exquisita.”

Aunque pueda parecer poco habitual esta fusión de música contemporánea y poesía dentro de un proyecto de esta categoría, Reed lo considera la consecuencia natural de los intereses que le han venido ocupando toda su vida. “Desde los 14 años he estado tocando en grupos, pero nunca he abandonado la escritura. Mientras estaba en el instituto, tuve a Delmore Schwartz como tutor, y eso me influyó profundamente. Y después conocí a Andy Warhol, que también fue una gran influencia. Y todavía formo parte del Proyecto de Poesía de St. Mark, que dio a mucha gente joven (entonces yo era joven) la oportunidad de formarse y leer todo lo que escribían, que en mi caso eran letras de canciones, y presentarlo como si se tratase de literatura, como si se tratase de algo importante.”

No ha sido hasta hace poco cuando Reed releyó y conectó verdaderamente con la obra de Edgar Allan Poe. “Entré verdaderamente en el mundo de Poe cuando participé en una celebración de Halloween en la Iglesia de St. Anne junto a Hal Willner, mi coproductor,” recuerda Reed. “Cuando recité ‘The Tell-Tale Heart’, logré entenderlo de una forma completamente distinta, y me di cuenta de que mi comprensión de Poe había sido hasta entonces totalmente superficial.” Después siguió una colaboración con Robert Wilson titulada Poetry, que pudo verse en todo el mundo. Pero Reed se dio cuenta de que este material cobraba vida propia cuando se puso a rescribir The Raven, sirviéndose de su talento para convertir el poema en la madura experiencia auditiva que conforma el álbum.

Musicalmente, The Raven es un tour de force de nuevas canciones de Reed, que van desde la majestuosidad de temas como “Overture” y “Blind Rage” hasta las conmovedoras “Vanishing Act” y “Call On Me,” en la que disfrutamos de las exquisitas interpretaciones de Laurie Anderson y de la cellista Jane Scarpantoni. Las canciones recorren un amplio espectro emocional, desde el extraño comienzo de “Broadway Song” (en el que Reed le cede el micrófono a Steve Buscemi) hasta ese parón dramático en la actuación marcado por “Who Am I,” que Reed considera el centro neurálgico del álbum. “Es una de las primeras canciones que escribí para el proyecto, una canción bastante extraña, que resume para mí lo que significa crecer en el universo de Poe.”

En The Raven, Reed trabaja de nuevo con su viejo amigo David Bowie y con el mítico saxo Ornette Coleman, del que Reed es fan desde los años 60. “Le seguía por todos los clubes, aunque no podía pagar la entrada, así que ha sido la ilusión de mi vida trabajar con él.” Reed versionea dos temas clásicos: “The Bed” (incluido originalmente en Berlin) y “Perfect Day,” con la cautivadora voz de un joven cantante llamado Antony. “Si Jimmy Scott tuviera un hijo, ese sería Antony,” cuenta Reed. “Willner y yo estábamos buscando cantantes y entonces Hal me trajo una cinta de Antony, escuché cinco segundos y dije: “Es él.”

El espíritu de Poe impregna toda la grabación, pero las letras y la música quedan en manos de Reed. Tomemos como ejemplo el tema recitado por Willem Dafoe en la canción que da título al disco. “Su voz es como chocolate,” dice Reed. “Le escuchas por los cascos y dices: “Oye, podría quedarme escuchando a este tipo toda la vida”. “The Raven” empieza igual que el poema de Edgar Allan Poe ‘The Raven’, con el mismo par de versos, pero todo lo demás lo he escrito yo,” explica Reed. “Todo el mundo sabe que Edgar Allan Poe nunca dijo “sweaty, dickless liar” (“mentiroso sucio y cobarde”).

Tampoco puso Poe en boca de Tripitena (del poema “Hop-Frog”) las palabras: “Businessman, you’re not worth shitting on.” (“Comerciante, no mereces ni mi mierda”). “Pero pensé que era una frase apropiada a los tiempos que vivimos”, dice Reed, “cuando tantas grandes empresas se dedican a engañar y estafar a todo el mundo.”

Reed encuentra muchas similitudes entre la visión del mundo que tenía Poe a mediados del siglo 19 y las realidades de nuestro siglo 21. “Poe escribió un ensayo titulado The Imp of the Perverse en el que se pregunta por qué nos sentimos atraídos hacia cosas que sabemos que nos dañan, y ese tema recorre toda la obra de Poe”, cuenta Reed, que considera que autores como William Burroughs y Hubert Selby Jr. son los herederos del legado artístico de Poe. “Es cierto que se trata de un tema universal, y yo me siento muy identificado con esta idea.”

Actuando de puente entre las canciones y los temas recitados del álbum encontramos la experimentación electrónica de Reed, que alcanza su cumbre en la penúltima canción del disco, un instrumental titulado “Fire Music”, que literalmente desborda los altavoces. “Es una pieza muy intensa; la grabamos tres días después del 11 de septiembre,” dice Reed, recordando que sus colaboradores tuvieron que atravesar un cordón policial en la calle 14 para llegar hasta su casa.. “Cuando la gente me pregunta qué pienso de lo ocurrido el 11 de septiembre, les digo que eso es lo que pienso, este tema lo define. Es imposible que no te afecte. He estado tocando instrumentos electrónicos durante mucho tiempo, y quería conectar con el punto en que lo dejé en Metal Machine Music, y por fin lo he conseguido con “Fire Music”.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON CHICO CESAR

ENTREVISTAS 2003

Chico César, concertos máxicos

Explican dende a oficina que lle leva a prensa en España que non hai problema en entrevistar a Chico César porque con el hai “muy buena onda”. O músico brasileiro, que deslumbrara na praza da Ferrería de Pontevedra no pasado mes de agosto, está de novo en España ofrecendo concertos acústicos.

Volve a Galicia Chico César con só uns meses de diferencia. ¿Gustoulle a experiencia de tocar en Pontevedra?

– Si, moito. Foi un momento moi especial o de poder realizar aquela experiencia de convivencia nun escenario con diversos músicos de diversos lugares nunha actuación ao aire libre, nunha praza tan especial para a cidade… Foi moi importante para min.

Todos os que tiveron a sorte de asistir a aquel concerto falan de que non o esquecerán. ¿Que foi o que pasou niso que se chamou Cantos na maré?

– O que pasou foi que o concerto aconteceu xusto no momento no que os músicos subimos ao escenario. Antes diso non había absolutamente nada e, de súpeto, vivimos todos un momento máxico. Os músicos tocabamos, o público estaba moi atento… Non foi só entretemento o que alí se viviu. Eu creo que aquela noite vai ficar na memoria de todos os que estivemos alí durante moito tempo.

¿Que é o que ofrecerá desta vez Chico César?

­Desta vez é un concerto que forma parte dunha xira que estou realizando por toda Europa. Preséntome só cunha guitarra e interpreto cancións dos meus discos e tamén algunhas cousas inéditas.

¿Que lle parece a vostede o proxecto que está a liderar Lula no Brasil?

– Non creo que o que está a pasar no Brasil agora mesmo poida dicirse que é un proxecto de Lula. É un proxecto dos líderes do mundo, do Fondo Monetario Internacional, que é aplicado en Alemania, en Francia, en Portugal, en España… e en Brasil. Ese é o proxecto que hai, o proxecto que impón o capitalismo.

¿Que opina do boom que vive a música brasileira en todo o mundo? Parece exercer entre o público unha auténtica fascinación.

­Eu creo que iso de falar dun boom da música brasileira é cousa de alguén que a vive dende fóra. Eu que me criei oíndo música brasileira todo o tempo non podo ter esa percepción.

¿Non pensa que actualmente está máis de moda?

– É certo que se di moito iso de que a música brasileira está de moda e tamén é certo que podes atopar nunha praza de Roma a un rapaz do Xapón tocando un son brasileiro, ao mellor composto hai corenta anos. Neste sentido, está claro que a música brasileira ten hai tempo unha penetración moi forte no mundo enteiro. Pero tanto as xeracións que foron diante de min, a de Carmen Miranda e Antonio Carlos Jobim, como a seguinte, Caetano Veloso e Gilberto Gil, como incluso a miña xeración, atoparon un público e case sempre un público que xa disfrutara antes a nosa música a través de xeracións anteriores. Non é novo.

Belén López

1 205 206 207 208 209 314