ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON MACACO
Macaco, suburbio rumbero
Son uno de esos pocos grupos con enjundia dentro del manido universo del mestizaje, ese sobadísimo término que se suele esgrimir para hacer referencia a la fusión latinizante y caribeña. Fronterizos por naturaleza, Macaco se forjaron en la zona portuaria de Barcelona y están liderados por Dani Carbonell, un catalán de 28 años que, con el apoyo de músicos de Argentina, Brasil y Colombia, ha concebido El mono en el ojo del tigre, su primer disco.
En su onda anda funcionando últimamente una nueva hornada de grupos que hunde sus raíces y sus más claras influencias en el trabajo de Manu Chao con Mano Negra a finales de los 80 y principios de los 90: Sargento García, Amparanoia, Color Humano, P18, King Changó, Dusminguet, General D…
En este trabajo, con el que debuta con el sello Edel, con derrote rumbero y suburbial, a partir del reggae, el ragga y el dub jamaicanos, apuntan latidos de son, salsa, hip-hop y aires morunos y bahianos. El Macaco Dani, de lleno en una gira interminable desde que se editó su disco, comenta su relación con David Byrne y de sus colaboraciones con Robert Trujillo, 7 Notas 7 Colores, Amparanoia o King Changó, buenos amigos desde que lo conocieron.
¿De dónde viene lo de Macaco? ¿No seréis el eslabón perdido de lo mestizo?
– Tiene algo de broma. El nombre viene de largo, de cuando tocaba en grupos como Magia Animal o Dr. No, que hacían una mezcla de hardcore, punk y funk. Había temas en los que me movía como un mono, saltando, chillando y haciendo ruidos sin parar. Se podría decir que también nuestras canciones son inquietas y saltan de un ritmo a otro como un mono.
Al principio no parecíais una banda estable. Se os solía asociar con Amparanoia, ¿no?
– Les hemos teloneado muchas veces, aunque la verdadera conexión viene a través de Muñeco, el percusionista que está ahora con Amparo y que antes tocaba conmigo. Ahora es su compañero y el padre de su segundo hijo. Casi se podría decir que hemos sido sus celestinos. Amparo es como de la familia, nos conocimos en una fiesta en Formentera. Me animó a montar una banda. Y después nació nuestro colectivo, Hermandad Chirusa, y coincidimos en Francia con Manu Chao…
Y acabaste juntándote a músicos brasileños, colombianos y argentinos.
– Sí, somos un grupo típico del puerto de Barcelona. Vivíamos más de diez músicos de países diferentes en una casa antigua que se alquilaba por habitaciones. Allí había también artistas alternativos, gente que hacía teatro de calle: era como una factoría en la que pasé cuatro años.
¿Estáis cómodos en el cajón de sastre de lo mestizo?
– Sí, aunque creo que nos diferenciamos un poco de los grupos a los que nos suelen asociar. Conocemos a Dusminguet, Amparanoia, Color Humano y demás y, aunque hay cosas de percusión comunes, creo que tenemos más influencias. No me gusta demasiado el término mestizaje, se abusa tanto de él que ya casi no tiene ningún significado.
¿Y qué hacéis colaborando con Rober Trujillo, de Suicidal Tendencies?
– Es que, ante todo, somos abiertos. Le conocí en Dinamarca, cuando yo estaba de gira con Dr. No, y hablamos de hacer algo juntos. De una de las maquetas que me mandó saqué un bajo real y lo utilicé en el tema “Llamar a Tierra”. Las demás colaboraciones son más normales.
Se dice que os va a remezclar David Byrne…
– Sí, les dijimos a los de nuestro sello discográfico, Edel, que le mandaran la maqueta del disco, porque nos gustaba lo que había hecho en su sello con gente como Chico Science, el brasileño que lideraba Naçado Zumbi y que murió en un accidente. Debe de haberle gustado, porque parece que va a remezclar “Veraveraboom”. Además, así ha surgido la posibilidad de remezclar dos temas del nuevo disco de King Changó.
Xavier Valiño