ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON BLUR
Blur, todo lo que necesitas es amor
La crónica rosa nos pone en antecedentes: Justine Frischmann, líder de los por ahora desaparecidos Elastica, ha saltado de la cama de Damon Albarn a la de Brett Anderson, de Suede. Así que Blur aprovechan su nuevo disco 13 para: a) contarle al mundo lo mal que lo ha pasado Damon y b) seguir indagando en los aires experimentales de su anterior disco, al tiempo que reniegan definitivamente del brit-pop.
Damon, ¿has superado ya la etapa de sufrimiento?
– Sí, por supuesto, sí, sí. Completamente. Intento seguir adelante con mi vida. Pero no puedes vivir con alguien y tener una carrera tan activa y una relación emocional sin… Ya sabes, me persigue allá donde quiera que vaya. Cada vez que hablo con alguien, su nombre sale a relucir, así que no es algo de lo que me pueda distanciar tan fácilmente.
¿Así que lo has superado pero, al mismo tiempo, tienes que cantar esas canciones de cuando lo estabas pasando mal?
– Sí, es algo nuevo. Todo esto es algo que no había tocado antes, pero no tengo nada que ocultar ni que perder, así que no me siento a la defensiva. En el fondo, el disco es una celebración. Lo veo como una despedida prolongada.
¿Es tan autobiográfico el disco como parece?
– Es totalmente en primera persona. Todo tiene mucha más alma y es más íntimo. Es más fácil ahora. Ya no le tengo miedo, y la música también tiene más espacio. Hemos dado un gran paso con este disco y nos encontramos mucho más cómodos. Hemos acabado con un montón de demonios personales. Nos hemos restablecido.
¿Cuántas veces antes has tenido que enfrentarte a una ruptura de este tipo?
– Es la primera vez. Pero te diré lo que me ha pasado: creo que tienen que haberte roto el corazón de verdad para que puedas esforzarte por enfrentarte a algo así. Ahora siento la música mucho más. Es algo difícil de explicar. He hecho todo al revés, ¿sabes? Me he convertido en todo lo que debiera haber sido como músico a medida que me he hecho mayor. No lo sé, tal vez deba ser así, pero hay ese culto extraño que el pop ha introducido en la cultura que dice que todo es mejor en los primeros tiempos.
En el disco parece que había momentos en que debías dejarlo pero no te atrevías.
– No, bueno, sí, exactamente. Y eso es de lo que trata este disco: de esas clases de separación. Y cuanto más tarda, más doloroso es. He aprendido a separar lo que pienso de mi música. Mi música es ahora algo mucho más relacionado con el corazón que con la cabeza. Puede que eso sea lo que ha pasado con la ruptura con Justine. He encontrado mi música y he conseguido mantener mi personalidad intacta.
Sin embargo, habéis dejado de hablar de Inglaterra justo cuando parece más interesante hacerlo.
– Sí, el país ha cambiado. Eso era lo que sentía cuando publicamos Modern Life Is Rubbish. Sentía que todo cambiaba muy deprisa. Aquellos discos estaban llenos de rabia. Probablemente no suenen así, pero eran muy violentos. No sé: debe de haber alguna semejanza con el punk en el sentido de que eran furiosos y fueron completamente malinterpretados, y se convirtieron en algo muy comercial. The Great Scape era demasiado amargo para su propio bien. Era demasiado cínico. Pero sentíamos que el Reino Unido se hundía, en el sentido de que habíamos crecido con una cultura que estaba desapareciendo, que estaba siendo eliminada. Y de eso trataban aquellas canciones, eran alegremente nihilistas. Pero todo aquello fue utilizado por el laborismo, por el negocio musical, por todo.
¿Y por el patriotismo?
– Sí, desafortunadamente. Pero todavía llevo ropa Fred Perry y me siento cómodo con ella, incluso después de todo aquello. Todavía me gusta volver atrás, al sello 2-Tone, con más ganas si cabe. Creo que este disco es lo más cercano que he estado de esa mezcla de cosas, sin ser muy consciente de ello. Porque aquellos grupos fueron mi primer amor: el sello 2-Tone, The Specials, el grupo que siempre fue mi idea de lo que quería que fuera Blur.
¿Cuándo llegará entonces vuestro disco ska?
– Je, je. Ahora me va mucho la salsa, así que probablemente esté llegando el momento.
¿Están vuestros seguidores preparados para ello?
– Creo que demandamos de nuestros seguidores un eclecticismo que otros no hacen.
¿En quién estás pensando?
– No quiero decir nombres, pero realmente no hay nada como esto por ahí ya… He limpiado mi sistema completamente de ciertas polémicas.
No quieres hablar de Oasis, ya. Pero, ¿cómo se ven ahora aquellos enfrentamientos?
– Todo aquello del brit-pop volvió a establecer realmente el sistema de clases de una manera que metía miedo. Dividió la opinión de la gente simplemente porque había dos grupos que se expresaban tan brutamente… Pero todavía me jode pensar que se nos retrató como gente elegante. Quiero decir que me he pasado la vida con gente que estaba tratando de ponerme en mi lugar… Creo que un tanto simple y estúpido decir algo así, pero hemos aprendido tantas lecciones en estos diez años juntos que, de forma natural, han derivado en este disco.
Pero tuvisteis una buena educación.
– Somos una de los últimos grupos salidos de una escuela de arte. El punk rock era escuela de arte para las masas. Así que, ¿qué cojones somos nosotros entonces?
Graham, se os acusa de adoptar la música que más os conviene en cada momento.
– Cuando la gente nos acusa de algo así, no es más que ignorancia. Y creo que también se trata de pereza. También nos han dicho últimamente que hacemos rock progresivo. ¡Joder, esforzaros un poco más!
Pero el eclecticismo es una palabra que salta a la mente.
– ¿Ecléctico? Nuestros discos siempre son eclécticos. En este disco hay un montón de ideas y, por suerte, las ideas nuevas son algo más fácil de aceptar que aquellas ideas de antes con las que hemos dejado de jugar.
¿Podrías concretar algo más?
– Está bien: el maldito Parklife y “Girls And Boys”. Aquel intento arrogante, aquella visión tan arrogante y como superior de la vida…
¿Condescendiente tal vez?
– Condescendiente, sí. Creo que Damon pone un buen montón de tonterías en su boca. Se empeña en hacer esos comentarios estúpidos tan generalizados. Y, después, se pregunta por qué la gente la toma con él. Aunque creo que ahora ha dejado de hacerlo.
Supongo que, comercialmente, mostrar el lado vulnerable será un paso brillante.
– Siempre he dicho que me quejo mucho, que estoy hasta las narices, que soy un depresivo y creo que tienes mucha más ayuda de la gente si eres así. Tal vez Damon esté intentando ser Graham, no lo sé. Pero si hablas de algo así, de sentirte hecho polvo, todo el mundo sabe qué es eso o deberían saberlo. Creo que Damon se encuentra más cómodo ahora mostrándose vulnerable, mientras antes seguro que pensaba que era un síntoma de debilidad.