ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON REM
REM, fábulas de la reconstrucción
Bill Berry se ha ido y REM no ha cambiado. Aparentemente, porque con Up han arriesgado más de lo habitual y han salido triunfantes. Michael Stipe, de reciente visita a Madrid, cuenta las razones.
¿Cómo pensabais que iba a ser Up después de que Bill Berry dejara el grupo?
– No creo que ninguno de nosotros pensara que iba a ser tan diferente, ni cuánto cambiaría la dinámica del grupo sin uno de nosotros, especialmente Bill. Más o menos en tres segundos supimos que íbamos a grabar otra vez y creo que ése fue el hecho que nos llevó preguntarnos si queríamos continuar. No quisimos pretender que nada había cambiado. Todo era muy distinto. Y todavía estamos explorando eso.
Habéis hecho un montón de discos y todavía parece que embarcarse en uno nuevo es algo muy duro.
– Siempre es duro. Es un desafío. Éste ha sido el más difícil, y no sólo por la marcha de Bill. Teníamos la doble maldición de que Bill había dejado el grupo por sorpresa y de que teníamos que hacer un disco después de New Adventures In Hi-Fi, que los tres pensamos que es el mejor disco que hemos hecho. Y, para colmo, nos propusimos grabar un disco verdaderamente experimental para lo que es REM, algo que fuera radicalmente diferente.
Está claro que el método de trabajo tuvo que ser distinto.
– Cuando nos juntamos en marzo del 97, los tres estábamos preocupados por las mismas cosas, sobre cómo queríamos distanciarnos de lo que habíamos hecho antes y cuáles serían los formas de hacerlo. Creo que no pensamos que llegase a ser tan distinto como ha salido. Nos pusimos a ello con la misma dinámica del grupo y el mismo sentimiento, y ocho meses más tarde éramos un grupo de tres, sin batería. Todo eso nos condujo a buscar algo, nos conmocionó y nos llevó a este estado mental de espiral tumultuosa, caótica, a esta atmósfera, a este ambiente o lo que quiera que sea.
Supongo que de lo que hablasteis era de cómo hacerlo si seguíais adelante.
– Sí. El material ya estaba escrito, así que supongo que estábamos más preocupados con lo que teníamos a mano que con la idea más general. Eso era, todavía, demasiado espantoso como para pensar en ello. Así que, sin Bill, todo era muy experimental a todos los niveles: en el de la amistad, en el de la banda, en el de la composición… Todo había desaparecido y todo era nuevo. Y no exagero. Era como si te dejaran caer en Swazilandia y no tuvieras ni la más mínima idea del idioma, de cómo comprar un paquete de tabaco o de cómo pedir una taza de café. Era realmente difícil.
¿Por qué reconocéis continuamente que fue tan difícil?
– Nada podía ser como antes y creo que ninguno de nosotros estaba preparado para ello. Y un proyecto como éste era muy importante, con mucha presión para hacer algo tan bueno o mejor que New Adventures In Hi-Fi. Aquel disco había sido perfecto, temática, lírica y melódicamente; cada canción y la totalidad, el diseño, todo fue una realización asombrosa. De todas formas, en éste Pat McCarthy, el productor, estuvo fantástico. Cuando llegábamos a un callejón sin salida, volvía a empezar de nuevo y hacía que todo continuase.
Pero habría alguna indicación de por dónde tirar con Up.
– Ya era un reto bastante grande por sí solo, más aún con un nuevo montón de… Iba a decir reglas, pero no hubo reglas. Era más como ‘hora somos libres para hacer cualquier cosa’. Lo que no queríamos era traer a un Bill Berry de repuesto y pretender que nada había cambiado. Todo había cambiado un montón. Bill, en su ausencia, ha estado muy presente en Up.
No es muy normal que un grupo así haga un disco tan diferente.
– Depende de lo que quieras decir. Si que hay grupos que hacen cosas creativas, contra la moda, pero no hay muchos que las hagan y que sean tan populares como REM. Aunque tampoco creo que pensemos en ello o en nuestra influencia. Cuando compones una canción, se trata de que consiga nadar o se ahogue. No importa el nivel en el que estés. Será una gran canción o una mala canción, seas el grupo más grande del mundo o alguien en un sello independiente del Sur de California. No importa. Lo que importa es el trabajo y eso es en lo que estamos centrados.
Creo que en "Walk Unafraid" Patti Smith tuvo bastante que ver.
– Patti Smith es una gran amiga mía. Hace lo mismo que yo. Conoce lo que es empezar un disco y no estar seguro de adónde va a ir. Me dio una serie de consejos en los primeros momentos de este disco y me dijo que no debía sentir miedo. Tomé sus palabras y las convertí en una canción. Traté de escribir la canción con la misma intención que compuse "Losing My Religion" y "Everybody Hurts", con una idea de universalidad, de modo que cualquiera pueda tomarla como algo suyo, aplicarla a su propia situación y a su propia vida.
¿Cómo conseguís que el negocio de la música no se meta por el medio?
– Lo que importa es priorizar, y eso es algo en lo que siempre hemos sido muy buenos. Creo que siempre hemos sabido reconocer que si no hay un trabajo que defender, entonces no vale la pena. Y el trabajo no tiene que ser bueno, sino grande. Tiene que ser el mejor que podamos ofrecer. No quiere decir que siempre lo hayamos conseguido, porque no lo hemos hecho. Pero no puedes permitir que el negocio se entremeta. Te echa a perder.
¿Cuáles son los temas principales de Up?
– Mi intención era que pareciera muy real, que tuviera un sentimiento similar al de Murmur, que le gustase a la gente a la que le gustó aquel disco. Pero allí no había sentido; muchas de las canciones eran tonterías que no tenían palabras, pero había un sentimiento que era mucho más poderoso que todo eso.
¿Pero hay algo que querías hacer llegar a quien te escuche?
– Hay muchas canciones que han tenido mucha influencia en mí durante 20 años y no puedo ni saber de qué van. De lo que te puedo hablar es de lo que siento cuando las escucho, de lo que sentí cuando las escuché por primera vez, lo que significan para mí ahora. Gang Of Four y Stereolab, ¿de qué hablan? Pero son grandes grupos, y no lo cuestionas. O Young Marble Giants o Patti Smith o el disco entero de Television, Marquee Moon. ¿Tienes idea de qué hablan? Y no importa, porque lo que realmente importa es que son jodidamente reales. No hay ninguna duda en tu cabeza de que lo que comunican viene de algo real. Eso es lo que quería con este disco. Que no hubiera ningún indicio de que me distanciaba a través de la ironía o del cinismo o dejando caer temas como la autocompasión. Todos hemos pasado por eso y ya nos queda lejos en 1998, a todos los que formamos la comunidad musical. Y quería que eso se reflejara en este disco.
¿No va a sentir la gente que hay una ventana abierta por la que se puede ver muy dentro de vosotros?
– No tanto. Siento que he dejado bastante claro el edicto -si ésa es la palabra correcta- de que si confundes al cantante con la canción, entonces te estás quedando en lo más simple. Y los verdaderos fans de REM lo saben reconocer. Cuando digo que estas canciones no son autobiográficas… Hay líneas concretas o momentos determinados a lo largo del disco que hablan de cosas reales y personales. Pero ni mucho menos son autobiográficas. Son cosas en las que pienso. Había ciertos temas que quería desarrollar.
¿Qué es lo que más os sorprende ahora en relación con vuestros primeros discos?
– Que hayamos sido capaces de seguir hasta aquí. Para mí, eso es lo más sorprendente. Continuar y ser siendo vitales, y yo entiendo que seguimos siendo vitales. Creo que seguimos haciendo cosas grandes e importantes. Por lo menos para mí y para un escogido número de personas, pero es más que suficiente.