REM
REM, murmullos
A la luz del poderoso y brillante disco que REM han hecho sin su batería de toda la vida, Bill Berry, hablar de su marcha del grupo el año pasado puede parecer casi insignificante. Berry, que había sido uno de los cuatro miembros inmutables que sobrevivieron 18 años desde los inicios en Athens, Georgia, no era simplemente un percusionista sin más: era uno más que decidía y conspiraba en el grupo, un amigo, un socio, un hermano. Así que, tal y como reconoce Michael Stipe en las líneas de aquí al lado, Bill Berry está en Up muy presente en su ausencia.
Ése ha sido el hecho decisivo que ha forzado y animado a Michael Stipe, Peter Buck y Mike Mills a demostrar que pueden hacer música irresistible y plena en confianza sin Berry a su lado – y vaya si lo han hecho-, además de sugerir que los lazos entre los tres miembros restantes son más fuertes que nunca.
A pesar de que REM han utilizado los servicios de algunos colegas para echarles una mano con las percusiones (los baterías de Beck o de Screaming Trees), los primero que uno se da cuenta al empezar a escuchar Up es, precisamente, la ausencia de Bill Berry. «Airport Man», la canción que lo abre, comienza con un rudimentario ritmo sacado casi de un Casio casero.
Aunque más que compensar la ausencia de su batería, REM lo han aceptado inteligentemente como una oportunidad de proponerse un reto, experimentando con ritmos a veces dispersos y siempre de múltiples texturas, consiguiendo que una envolvente atmósfera se adueñe de su nuevo disco.
Ese ambiente es el ideal para los textos melancólicos y, de nuevo, ensoñadores y nocturnos («Lotus», «Suspicion», «Hope», «Daysleeper», «Sad Professor») que Michael Stipe considera los mejores que ha compuesto, en esta ocasión con el respaldo explícito de todos y, por indicación de Mike Mills, recogidos por primera vez en la carpeta de uno de sus discos. Y, aunque las canciones pocas veces escapan a la atmósfera de medios tiempos, Peter Buck las adorna con efectos de guitarra rechinantes e intrigantes que ofrecen una agresividad más creativa que el disco rock de REM de 1994, Monster. Por lo demás, el grupo lo envuelve todo en arreglos orquestales y corales para dar sensación de calidez.
En un momento dado, Michael Stipe canta en Up: «Buscas liberarte / Pareces un idiota / Pero no te importa más / Porque quieres subir la escalera / Y ver para siempre». Ya sin su batería, la conclusión más evidente es que REM se han reinventado a sí mismos.
Xavier Valiño