OASIS
Oasis, ante la evolución
A estas alturas de la película que protagonizan los hermanos Gallagher, lo mejor es llegar virgen a sus discos, si es que eso es posible. Así que, después de pasar un tiempo por esos mundos de Dios, alejado de cualquier cosa que recuerde a los de Manchester, un artefacto llamado Be Here Now reclama urgente atención.
La primera imagen que viene a la mente después de su escucha son los medios de comunicación, responsables últimos de buena parte de este tercer capítulo de la historia Oasis. Ya desde títulos como «My Big Mouth» -«Mi bocaza»-, Noel replica desde las letras a lo que significa estar expuesto al ojo público 24 horas al día. Y lo acompaña con una buena carga de guitarras estruendosas, secundado por el gregario de lujo Bonehead.
Que no haya respiro acústico, como en su día fueron «She’s Electric» o «Married With Children», no quiere decir que Noel se haya olvidado de sus habilidades tipo «Wonderwall» -aquí «Don’t Go Away»-, de sus singles-himnos -aquí «Stand By Me»-, de las canciones que valen lo suyo -aquí «D’You Know What I Mean»-, del glam al estilo «Cigarretes & Alcohol» -aquí «Be Here Now»- o de su ya algo cargante fijación por los Beatles -numerosas citas literales en las letras y un «All Around The World» al puro estilo «Hey Jude»-.
Aunque la mejor prueba de este acoso está en la voz del más perseguido, Liam: más fuerte, más directo, más convencido, mucho más arrogante, como si su única arma disponible contra los tabloides fuera su garganta.
Pero el tiempo pasa y el crédito se agota. Tres discos similares son más que suficiente y Noel lo sabe, proclamando que busca el reconocimiento como compositor. En la posible evolución, aquí sólo anunciada en un sampler casi irreconocible, se lo juega todo. Y no vale con jugar a las máquinas con Goldie, Beck, The Chemical Brothers o The Prodigy. El movimiento se demuestra andando.