MERCURY REV DESERTER’S SONGS

 

MERCURY REV: Deserter’s Songs (V2 – Everlasting / Caroline, 1998)

 MERCURY REV - Deserter’s Songs

            Al contrario de la creencia popular, no todas las versiones del sueño americano pasan por alcanzar un poder que aplaste al mundo, una férrea -y falsa- salud y una larga línea de gente que sólo piensa en adularte a la puerta de tu casa. Hay otra fantasía igualmente perversa, pero mucho más romántica que predica la idea de la escapada, de salir volando de la ciudad y construirse un reino propio en los amplios espacios abiertos de América; una desesperada carrera espiritual hacia la soledad y la libertad. 

            Es un sueño que, trasladado al Manifiesto Destino, llevó a muchos colonos europeos en un largo recorrido hacia el oeste, hasta que llegaron al Pacífico o bien se quedaron en el camino, se volvieron locos e inventaron California. Y ése es el sueño que yace en la médula de Deserter’s Songs, el grandioso cuarto álbum de Mercury Rev. 

            Con sus relaciones personales convertidas en un callejón sin salida y su grupo fragmentándose alrededor de él, Deserter’s Songs es el documento de la escapada de Jonathan Donahue, la cabeza visible de Mercury Rev: música de grandiosidad descarada que saca a la luz crisis personales a una escala enorme, sazonadas con imágenes de grandes cielos húmedos y océanos desbocados, de autopistas y líneas de ferrocarril que se extienden más allá del horizonte visible. 

            Deserter’s Songs resulta ser una fantástica banda sonora para un sueño del tipo Alicia en el país de las maravillas: una mezcla de instrumentación ecléctica (vientos, cuerdas,  órganos, flautas, etc.), orquestas submarinas y estrafalarias nanas que conducen a la fantasía. Antes lo habían intentado artistas de los 60 como los Beach Boys o Van Dyke Parks, de-construyendo la realidad a través de prismas favorecidos por la experimentación con las sustancias químicas y los arreglos orquestales. Aquella estética de un Las Vegas lisérgico murió con los 70, pero Mercury Rev recobraron un soplo de su cadáver a finales de los 90. 

            “Ése amplio mar azul que se no puede cruzar, que no se puede escalar”, canta un Jonathan Donahue lleno de respeto en “Holes”, haciendo suyas las infinitas posibilidades que un mundo tan enorme y hermoso le ofrece para perderse, al tiempo que demuestra que la música puede ser épica en su concepción y en la práctica sin sonar pomposa, ni falsamente mística, ni hinchada con lugares comunes y clichés. Esta vez, Mercury Rev colocaron y celebraron el mapa de la Gran Música –al igual que sus colegas The Flaming Lips doce meses después-. ¿Y el resultado? Un clásico moderno.

Recomendado en una línea similar: 

The Soft Bulletin de The Flaming Lips (1999)

 

 

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