CATATONIA
Catatonia, camino minado
Poco después de esta entrevista se anunciaba el fin de Catatonia. El estrés emocional acabó con la aventura de un grupo del País de Gales, simple en sus canciones, pero resultón, tras cuatro discos interesantes, cuando menos. En lo que nos contaron en su día había ya alguna de las claves de su posterior anuncio.
«Cuando publicamos International Velvet, era el momento adecuado para hacer un disco de esas características», afirma Cerys Mathews. Y con este álbum ocurre lo mismo: es el momento justo para hacer un disco así. Venimos de disfrutar de un largo descanso, y de descansar también unos de otros; yo he estado trabajando con otra gente, y aprendiendo mucho. Creo que aprender es la palabra que más he empleado este año. Definitivamente, hemos abierto un nuevo capitulo.»
Cuando Catatonia obtuvo el reconocimiento en 1999, el grupo podía volver la vista hacia los dos años anteriores y ver las vertiginosas cumbres del éxito. Por razones que no están muy claras, su disco de debut, Way Beyond Blue, no cumplió sus expectativas comerciales, lo cual supuso una gran frustración, pero su siguiente trabajo, un año más tarde, titulado International Velvet, golpeó como una bomba las conciencias del Reino Unido. Impulsado por dos singles imposibles de pasar por alto, «Road Rage» y «Mulder and Scully», este disco alcanzó lo mas alto de las listas de ventas y convirtió a sus creadores en estrellas.
Cuando, en 1999, se lanzó Equally Cursed And Blessed, que también fue número 1, Catatonia podía ya ofrecer ese tipo de conciertos que para la mayor parte de los grupos permanece siempre en la esfera de lo inalcanzable. Aún más, después de siete años de calentarse la cabeza con esperanzas frustradas, viajes en furgoneta y pequeños desastres cotidianos, sólo un ignorante podía dudar que se tenían trabajado su éxito.
Ahora, después de 18 meses lejos del ojo público, Catatonia vuelve con Paper, Scissors, Stone, que lleva aún mas lejos su característica fórmula de magnifica música pop e inteligencia mordaz. Existe actualmente la extraña convicción de que en el pop sólo caben dos opciones: ser Steps o ser Radiohead, y este álbum, muy al contrario, se asienta en la misma tradición que ha caracterizado al mejor pop británico: música accesible pero de calidad, una tradición que han seguido The Smiths, Madness, The Pretenders o Elvis Costello, por nombrar algunos.
Pero hablemos de nuevo del año pasado. Catatonia terminó en Estados Unidos un largo periodo de viajes en avión y en autobús. Según el guitarrista y compositor Mark Roberts, ya entonces estaban pensando en componer nuevas canciones. El grupo podría haber vuelto tranquilamente a casa, haber cogido aire, y haber vuelto a meterse en un estudio, pero Cerys pensaba que era el momento de hacer balance.
«Necesitaba un descanso, porque no quería terminar trabajando sólo para cubrir el expediente. Creo que habíamos agotado ya todas nuestras reservas de frescura y energía en la gira. Necesitábamos mirar atrás, leer libros, ver la tele, jugar al ajedrez, ir a clases de ballet, montar a caballo, conocer gente nueva, cortarnos el pelo, retozar por el campo y volver con ideas nuevas. Hubo cierto tira y afloja, porque los chicos querían continuar y grabar otro disco, pero yo no. Tenía que ser honrada con ellos.»
Durante ese tiempo, Cerys emprendió su búsqueda personal para descubrir nuevas influencias y nuevas formas de trabajar. «He descubierto un juego», cuenta, «que consiste en preguntar a la gente cuáles son sus cinco discos favoritos de todos los tiempos. Y también cuáles son sus canciones favoritas. Y cada seis meses entro en Spiller’s Records, en Cardiff, con una larga lista de discos: los éxitos de Demis Roussos, Rolf Harris o Donny Hathaway, una lista enorme y muy variada. Además, he estado cantando en un hotel de Cardiff: es un sitio donde se puede ir a cantar los domingos.»
A finales de 2000, el grupo se reunió en el campo para ensayar las nuevas canciones. «Mark había escrito un montón», recuerda Cerys, «pero era la primera vez que teníamos un verdadero sentimiento de grupo. Todos colaboramos en las canciones de los otros. Mark y yo escribimos juntos las letras de algunas canciones. Es un disco en el que hay mucha colaboración.»
Y para ello contaron con los legendarios productores Clive Langer y Alan Winstanley. «Nos gustaba lo que habían hecho», dice Mark, todo su trabajo con Madness y algunas de las cosas que hicieron con Dexy’s Midnight Runners. Y todos nosotros somos también grandes admiradores de Shipbuilding, de Elvis Costello, un disco que Clive escribió junto con Costello.»
Aún así, la palabra perfeccionistas no es exactamente la que les define. «Me gusta la fuerza vocal de este disco. Y he dejado muchos cabos sueltos que otras personas arreglarían. Es una de nuestras virtudes: solemos dejar ciertas imperfecciones en nuestra música, cosas que otras personas eliminarían de inmediato.»
El disco contiene un torbellino tempestuoso en «The Mother Of Misogyny, What It Is», un tema sin guitarras que explora un territorio totalmente desconocido. El primer single, «Stone By Stone», provoca adicción instantánea. «Fuel», por su parte, lanza una irónica mirada a las extrañas situaciones que se vivieron en las plataformas petrolíferas británicas hace poco. «En realidad el tema estaba escrito antes de la crisis del petróleo. Pero lo grabamos justo cuando se produjo. Toato es así, que cuando iba a grabar la voz, no pude llegar al estudio porque tenía el depósito vacío y tuve que coger un taxi. Era una extraña coincidencia. Pero creo que las primeras frases de la canción no podrían ser mejores: «Dile al capitán que no nos quedan mares por los que navegar/ los recorrí todos por ti / dile a la sala de máquinas que dejen de atizar el fuego/ nos hemos quedado sin gasolina».
«Este álbum es más maduro, sin dejar de ser provocador», afirma Cerys, «No somos cínicos, sino más inteligentes. Si eres cínico, pierdes cierta chispa. Se trata de seguir aprendiendo. Esa es la clave, incluso aunque algunas de las cosas que aprendas te entristezcan.»
¿Y el título? «Se refiere principalmente a la guerra psicológica», reconoce Cerys. «Muchas de las canciones hablan de dar y recibir, de compromiso, de lucha, de conflicto. La pequeñez del hombre contra un mundo grande y complicado. Es un juego como el de la vida, ¿no?», dice Mark. «El papel, las tijeras y la piedra pueden vencerse unos a otros, pero al mismo tiempo todos son vulnerables. Pero teníamos por lo menos trece títulos más. ¿Cómo cuáes? Pues creo que Modern Amoeba era mi favorito.”
Xavier Valiño