CAMPUS GALICIA ARTICULO REUNIONES

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ULTRASÓNICA

ARTÍCULOS 1999


Reuniones, ¿todo por la pasta?

 

Radio Futura

En un momento en el que reaparecen Mecano, Golpes Bajos, Aviador Dro, Radio Futura, Public Enemy o New Order, el refrán los contradice: segundas partes nunca fueron buenas. A los grupos de rock les da igual si el dinero anda por medio. Muchos, que no tienen otra profesión, necesitan ver a sus viejos amigos -enemigos- de vez en cuando para seguir tirando. ¿Qué más da destruir el mito?

Curiosamente, fue en esta década, la de los 90, en la que todos decidieron volver. Antes el mito tenía más importancia que la pasta. Cuando alguien decidía separarse, no quedaba más que recrearse con los viejos discos o lamentarlo de por vida. Ahora ya no hay nada inalterable, y nadie se cree que las separaciones son para siempre. Muchos ya reconocen abiertamente dejar la puerta abierta a trabajar juntos otra vez en el futuro -Duncan Dhu, Radio Futura, El Último de la Fila…-, y así, si un buen día no les queda más remedio que volver a retomarlo donde lo dejaron, nadie les podrá acusar de ir contra su propia leyenda. Eso, en el caso de que hubieran llegado a tenerla. 

Tal vez el caso más conocido es el de la Velvet Underground. Después de tirarse los trastos a la cabeza y algo más, Lou Reed los abandonó a principios de los 70. Sobrevivieron unos años antes de dejarlo todos definitivamente y dar paso a, tal vez, la mayor leyenda del rock. Lou Reed y John Cale, los irreconciliables, limaron sus diferencias en el homenaje a Andy Warhol, Songs For Drella. Poco después, en una actuación sorpresa parisina, se reencontraron con Moe Tucker y Sterling Morrison. 

Así que decidieron reemprender una gira, más de 20 años después, que dio lugar a un doble disco en directo. La preparación de un nuevo disco, en el que Lou Reed se pretendía imponer a todos los niveles, fue motivo más que suficiente para que los otros tres lo acusaran de tirano y renacieran las viejas rencillas. O sea, una reunión tan frustrada y frustrante de la que no hay miedo que vuelva a suceder: Sterling Morrison murió el año pasado, poco después de acabar con este amargo capítulo. 

Ni el espíritu más nihilista puede ser obstáculo para rendirse a la evidencia del dólar. Sí, el punk, además de los reencuentros de Damned, los Ramones o Generation X, se prestó también en su mayor exponente: los Sex Pistols originales aunque, lógicamente, sin su mayor icono, Sid Vicious. 

Por lo menos estos tuvieron la honradez de titular su regreso "Filthy Lucre Tour" -"La gira del lucro indecente"-. Y, aunque con sus instrumentos eran mucho más profesionales y no querían saber nada de los escupitajos desde la primera fila, sus pocos meses juntos tuvieron su gracia: ruedas de prensa caóticas, conciertos suspendidos y camisas floreadas que paseaban con orgullo y sin importarles un pimiento. Tuvieron tiempo a reeditar su único disco grabado mientras existían -y todo el resto de su producción publicada después de disueltos- y un disco en directo con el que hinchar sus cuentas corrientes. De ésta probablemente quedaran todos escaldados. 

De aquellos grupos que nacieron con el cambio de década de los 70 a los 80, los Sex Pistols no son los únicos que decidieron darse un paseo por los escenarios de nuevo. Tal vez el caso más conocido sea el de Madness. Parece que en las Islas Británicas nadie logró representar tan bien su humor en las canciones y los videos, ya que al menos en dos ocasiones regresaron a lo grande, con conciertos multitudinarios, en su mayor parte en Londres, y con reedición de sus grandes éxitos. Este año presentan nuevo disco, el primero en más de una década.

También los Buzzcocks regresaron para una gira y un nuevo disco, aunque no hizo mucho en su contra, tampoco parece que les ayudara a que los conociera alguien más que sus seguidores de siempre. Lo mismo les pasó a Television, la banda de Tom Verlaine, que volvieron en el 92 sin lograr superar en ningún momento su cima Marquee Moon, aunque consiguieron evitar los reproches generalizados y no destrozaron en exceso su leyenda. 

También Echo & The Bunnymen regresaron hace dos años, después de las aventuras en solitario de Ian McCulloch y de haberlo intentando junto a dos de los otros miembros originales, sin el batería Pete De Freitas, muerto en accidente de moto. Con el nombre de Electrafixion nadie les hizo caso, así que se sintieron autorizados a retomar su viejo nombre y, sorpresa, todos parecen haber coincidido en que sus dos discos de regreso son una de las más notables vueltas de un grupo. 

Además de Blondie, uno de los últimos en probar suerte han sido Jane’s Addiction, que giraron por los USA el año pasado. Su disco de finales del 97, Kettle Whistle, fue una forma decente de recuperar sus viejas canciones y parte de su espíritu. Aunque, en su caso, el reencuentro vino motivado, sobre todo, por la falta de respuesta a los dos discos del proyecto de Perry Farrel -Porno For Pyros- y a que parte de los miembros actuales de Red Hot Chilli Peppers andaban un tanto desorientados. 

Pero los que más se han prodigado últimamente son los clásicos americanos de los 60 y 70, para bien y para mal. No hay más que recordar las recientes giras, acompañadas de discos de grandes éxitos o en directo, de Eagles, Chicago, Boston y Kiss o los Jackson Five hace algunos años. Según las crónicas, lo de Steely Dan se puede colocar un punto por encima de la media. 

Pero algunos británicos también han caído en lo inevitable. Traffic, con Steve Winwood y Jim Capaldi, volvieron en el 94 con un disco normalito, tal vez para sacar provecho de las continuas referencias de Paul Weller o Ocean Colour Scene. Lo de Supertramp y Pink Floyd no tiene nada de especial porque ya es más que habitual cada poco tiempo. 

Otros dos casos tienen más relevancia. Lo de King Crimson es, gracias a la labor de Robert Fripp, un motivo de satisfacción para sus fans, ya que no deja de experimentar con su música de la misma forma que en sus primeros días. Y cuando Alex Chilton decidió resucitar a Big Star lo hizo con alguno de sus seguidores: primero con gente de los Posies, utilizando el nombre de Big Star, y más tarde con Teenage Fanclub, para que quedara claro para todo el mundo de donde les venían las influencias a ambos. 

También se podrían tener en cuenta en este capítulo los reencuentros de los solistas con sus bandas. En los dos primeros casos, Elvis Costello con The Attractions y Bruce Springsteen con The E. Street Band, sus recientes colaboraciones no llegaron a la altura de sus primeros trabajos, pero quedaron más o menos dignas. Sin embargo Neil Young con Crazy Horse, su antigua banda, firmó, a principios de los 90, una serie de discos que figura entre lo mejor del canadiense y del rock eléctrico. Y eso a pesar de que llegó a despedirlos de nuevo por adelantar las maquetas de uno de esos discos.

Deberíamos citar, también, las continuas separaciones y reencuentros de los Rolling Stones, The Who, The Kinks, The Animals o Beach Boys, pero en su caso nunca quedó tajantemente claro que se hubieran separado, y todo lo más que hubo fue unas broncas descomunales entre ellos, nada especial. Queda también la reunión de los tres Beatles vivos para dar luz a una idea mísera: poner música a maquetas de segunda fila de John Lennon. Y Robert Plant y Jimmy Page intentan sobrevivir juntos al legado de Led Zeppelin con nuevas canciones y algunos de sus clásicos, además de haberse juntado en un par de ocasiones con John Paul Jones y el hijo de John Bonham. 

Hay otros que han conseguido escapar a los rumores y a las suculentas ofertas en forma de cheques. Sting aún duda si reunir a  Police e Iggy Pop no las tiene todas consigo respecto a juntar a los Stooges. Este año grabaron nuevas canciones Kraftwerk, Blondie, The Records y Public Enemy, preparan nuevos conciertos New Order, Bow Bow Bow y hasta Culture Club!, mientras Simple Minds recuperan a su formación original. Hasta ahora sólo se han salvado The Jam y The Clash. Aún hay quién resiste la tentación!

Xavier Valiño

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