YO LA TENGO LIVE

Yo La Tengo en concierto 

 

 

 

Cuando en 1986 años uno descubría “The River of Water” en el recopilatorio Eastern Shores, editado únicamente en España, se podía aventurar que ahí había un grupo con hechuras de clásico. Aunque Yo La Tengo han sido los que más longevidad han alcanzado de aquellas 10 bandas, lo cierto es que su aventura ha dado mucho más de lo que aquellos dos minutos y medio avanzaban, convirtiéndose en el estandarte de un rock más rupturista. 

 

27 años después, con la evidente necesidad de reinventar algo en su trayectoria y el placer de hacerlo manteniendo la expectación, Yo La Tengo dan luz a su disco más reposado y, también, a su gira menos previsible. Fade se presta a ello, pero pocos podían aventurar hasta dónde podía llegar su traslación al directo.

 

Lo han hecho partiendo sus actuaciones en dos partes. La primera, un riesgo más que evidente, en acústico. En una hora, nueve canciones, con el añadido a última hora de la versión de The Kinks “Oklahoma U.S.A.” a petición de un espectador. Esa primera parte contó, todo es de justicia decirlo, con un respeto total de un público silencioso como nunca. Tras media hora de descanso, otra hora y cuarto en formato eléctrico, lo más esperado hasta ahora en sus recitales, en este caso con diez temas y cuatro más en los bises.

 

Un repertorio así, roto por la mitad, es difícil de contagiar. De hecho, hasta que habían pasado dos horas nadie había exteriorizado aún su comunión total con lo que se vivía en el escenario. Desde luego, todo era mucho más contemplativo que participativo, cuando hasta ahora los conciertos del trío bebían de ambos a partes iguales. Incluso se permitieron introducir tiempos medios en la segunda parte, algo probablemente innecesario tras los 60 primeros minutos desenchufados.

 

Por supuesto, fue sonar el primer acorde de “Tom Courtenay” y todo cambió, todo pareció volver a ser como siempre. “Ohm”, en su segunda interpretación en eléctrico, tras abrir el set acústico, se reveló como el gran momento de la noche, para dar paso a continuación a un “Pass the Hatchet, I Think I’m Goodkind” de más de 15 minutos con la que recordar su preminencia durante todo este tiempo junto a Sonic Youth en el ‘ruido blanco’, una vez más conducidos por los espasmos de Ira Kaplan a la guitarra. Interminable tortura para unos, goce supremo para otros.

 

Pero si en la parte acústica sonaron como el puente perdido entre el folk británico de los 60 y la parte más reposada de The Velvet Underground, y si en las versiones volvieron la vista hacia Small Faces, The Kinks, The Beach Boys o Daniel Johnston, no es aventurado decir que, sí, Yo La Tengo están reivindicando ahora su papel de clásicos, justo lo que aventuraba aquel “The River of Water”, después de todo este tiempo conduciendo al mismo tiempo en otra dirección.

 

 (Sala Capitol, Santiago. 4-3-2013. Público: Lleno espectadores. Promotor: Sweet Nocturna)

 

 

 

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SETLIST

Parte acústica:

Ohm

Our Way to Fall

Paddle Forward

The Weakest Part

I’m on My Way

The Point of It

Cornelia and Jane

I’ll Be Around

Oklahoma U.S.A. (versión de The Kinks)

Speeding Motorcycle (versión de Daniel Johnston)

 

Parte eléctrica:

Stupid Things

Here to Fall

I Should Have Known Better

Autumn Sweater

Tears Are in Your Eyes

Is that Enough

Tom Courtenay

Before We Run

Ohm

Pass the Hatchet, I Think I’m Goodkind

 

Bis:

Stockholm Syndrome

Farmer’s Daughter (versión de The Beach Boys)

What’cha Gonna Do About It (versión de Small Faces)

Big Day Coming

 

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