WILCO
Wilco, experiencia y paciencia
The Whole Love, el disco que este viernes Wilco trae a Vigo al Auditorio do Mar -con Jonathan Wilson como telonero presentando su gran disco de debut-, no es un álbum cualquiera. Después de siete discos de estudio y numerosas colaboraciones -que hemos repasado con detenimiento en las últimas semanas en el programa Estudio 3 de la Radio Galega-, además de una vida casi sin interrupción en la carretera, la banda de Chicago intentó en esta ocasión algo novedoso antes de empezar a grabar su octavo disco: tomarse unas vacaciones.
Alejarse de los escenarios durante gran parte de la segunda mitad de 2010 se convirtió en el descanso más largo que Jeff Tweedy se ha tomado en los últimos 20 años. “Fue todo un soplo de aire fresco”, asegura Tweedy, el cantante, compositor y guitarrista que fundó en el grupo a mediados de los 90 tras la disolución de Uncle Tupelo. “Wilco se había pasado gran parte de los últimos quince años o más grabando en el tiempo que dejaba libre las giras, así que fue estupendo tener la oportunidad de recargar y olvidarse de cómo tocar las viejas canciones”.
Lo que se buscaba era dejar de lado las viejas canciones para concentrarse en componer otras nuevas. Tanto que cuando el grupo se reencontró en su estudio The Loft en Chicago el pasado otoño se encontraron con material para dos discos. “Sopesamos la idea de acabar los dos discos independientemente, pero en algún momento las líneas entre ambos comenzaron a fundirse, con lo que terminaron creciendo juntos”, explica Tweedy.
Y el resultado, asegura la mayor parte de la crítica, se traduce en el mejor de sus tres últimos álbumes, con cortes experimentales como la canción que lo abre, “Art of Almost”, uno de sus mejores temas, canciones que evocan a George Harrison, el single «I Might», la hermosa «Born Alone» o temas de folk como el reflexivo “One Sunday Morning (Song for Jane Smiley’s Boyfriend)” que lo cierra con sus doce minutos, a lo que hay que sumarle versiones como la de “I Love My Label” de Nick Lowe (que los ha acompañado en su gira norteamericana) en la edición especial del álbum.
Este es ya el tercer disco con la formación actual, que se asentó en 2004 cuando el guitarrista de vanguardia Neils Cline y el guitarrista y teclista Pat Sansone se unieron a Jeff Tweedy, al bajista y también fundador del grupo John Stirrat -el único miembro que permanece junto a Tweedy desde sus inicios-, al batería Glenn Kotche y al teclista Mikael Jorgensen.
“Este disco se ha hecho porque hemos estado más tiempo juntos”, continúa Tweedy, “porque hemos dado más conciertos juntos, porque tenemos más fe y confianza en cada uno de nosotros, y además suena más natural que los dos anteriores, Sky Blue Sky (2007) y Wilco (The Album) (2009). Nos sentimos excitados y orgullosos con el resultado y por cómo lo hemos hecho. Cada uno de nosotros en el grupo siente que ha tenido más espacio para hacer lo que quería. Todos lo disfrutamos. No puedes engañar con algo así, no puedes hacer que aparezca sin más. Se trata de la experiencia”.
La experiencia es también la que ha empujado a Tweedy a ir más allá como letrista, algo que él atribuye a dejar que su mente se abstrajera de su pasado mientras componía los nuevos temas. “Me siento realmente orgulloso de cómo han salido las nuevas canciones, especialmente las letras”, asegura. “No siento que me esté repitiendo, que es lo mejor a lo que puedes aspirar después de haber escrito, no sé, como unas dos mil canciones”.
El disco lo produjo Tweedy con su compañero en el grupo Pat Sansone y el productor Tom Schick. “Hubo mucha paciencia a la hora de trabajar juntos, teniendo en cuenta que hemos estado en grupos mucho tiempo y que hemos hecho muchos discos”, afirma Tweedy. “Somos afortunados de ser relativamente maduros como banda de rock y mantener la habilidad de ser pacientes con los demás y con las propias canciones”.
Paciencia sí, pero tampoco demasiada. “El ambiente en el grupo es el de incitar a presentar ideas y a discutirlas tanto como sea posible en una banda, pero sin pasarnos el resto de nuestras vidas micro-analizando cada decisión en comité”, dice Tweedy. “Todavía estaríamos con nuestro primer disco, A.M. (1995) si esa fuese la forma de trabajar. Estamos hablando de una jodida canción pop con tres acordes. ¡Hay que ponerle fin, gilipollas! ¡Por amor de Dios!”
The Whole Love es el primer álbum que Wilco edita con la compañía que ellos mismos han creado, dBpm, algo que les abre nuevos caminos. “Desde Summerteeth (1999) hemos hecho prácticamente lo mismo cada vez, o sea, intentar que cuando editamos un disco este sea el mejor que podíamos haber hecho en ese momento. Y ahora es lo mismo, salvo que no tenemos a nadie a quien decirle: “¡Qué os jodan!”. Simplemente somos nosotros mismos los responsables”.
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