VIGO TRANSFORMA 2011 LIVE
Vigo Transforma 2011
Tras su irrupción con fuerza el año pasado en el panorama estatal de festivales veraniegos, Vigo Transforma llegaba este fin de semana a su segunda edición, al menos en su parte musical, ya que durante toda la semana habían tenido lugar distintas acciones en toda la ciudad. Adaptándose a las nuevas circunstancias, el festival supo, cuando menos, igualar la oferta de la pasada edición.
En lo musical, si no hubiese sido por The Pains of Being Pure at Heart, quedarían para el recuerdo sobre todo algunas de las actuaciones de artistas de aquí, especialmente gallegos. Desde luego, se agradece que entre los nombres del cartel hubiera una amplia representación de bandas gallegas, casi todas en el escenario Mondo Sonoro-Radio 3, a excepción de Colectivo Oruga, que tuvieron que suplir a última hora la ausencia de Toro y Moi en el escenario principal, y los dos primeros grupos en actuar.
Eso fue lo que sucedió el jueves, que se inició con The Blows presentando canciones de su nuevo álbum, en el que dan el salto definitivo al castellano, y Eladio y los Seres Queridos, que siguen rodando su segundo disco en una gira de las más extensas que se recuerdan para un grupo de la casa. Tras ellos, Moby, que en lugar de pararse en sus últimos y menos recordados discos, llevó al público a través de la máquina del tiempo hacia la época de Play y sus temas más señalados.
El viernes Maryland o Jane Joyd -reciente ganadora del proyecto Demo- destacaron en el segundo de los escenarios, dando paso a los brasileños Do Amor, que abrían el principal, a medio camino entre las bandas argentinas más conocidas y los ritmos nordestinos. Había expectación para la actuación de Ron Sexsmith, tal vez la más esperada de esta edición, y el canadiense hizo con sencillez esas canciones melódicas y hermosas, aparentemente sencillas, sobreponiéndose a la ausencia de su guitarrista que había dejado su gira la noche anterior para atender a otros compromisos (incluyendo su versión del «Eres tú» de Mocedades). Es el sino de los tiempos; el dinero manda y Ron reconocía que no lo puede retener para todos los conciertos de su gira.
La sorpresa del día llegó de la mano de Catpeople, que con su tercer disco parecen haber entendido perfectamente parte del pop independiente de los últimos años. Se les agradecería que intentasen cantar en castellano, lo que sin duda les ganaría más adeptos. Xoel López está en otra liga, la de acceder a públicos mayoritarios. No es ya aquel sonido británico de sus inicios en solitario, sino algo más cercano al pop en castellano de las últimas décadas. En esta ocasión, a falta de Juan de Dios, que estaba grabando en Nueva York, las invitadas insospechadas fueron las pandereteras Faltriqueira, quienes con solo un día de ensayo daban la impresión de haber estado toda su vida con la banda.
Los Campesinos! eran un grupo brutal en directo hace tres años. La fuerza de aquellos inicios se ha ido diluyendo al mismo tiempo que el interés de sus discos, así que en el caso de los galeses madurar pasa por hacer conciertos más ‘profesionales’. Con Vetusta Morla se llenó el recinto, concediéndoles la organización hora y media, más tiempo que a nadie. Ellos garantizan la probable tercera edición con su éxito de público. Gusten más o menos, está claro que no fallan en directo. La prueba, un técnico que portátil en mano se paseaba entre el público ecualizando su sonido desde todas las esquinas del Muelle de Trasatlánticos, para que todo saliese perfecto. Y para rematar la jornada, tras la deserción de la mayor parte del público que había ido a ver solo a los madrileños, Junior Boys, con su electrónica melódica tan agradable como en sus álbumes pero sin mayores sorpresas en escena, lo que resumía perfectamente lo sucedido esa jornada.
Ya el sábado, de nuevo hubo buenos momentos en actuaciones del segundo escenario, los celebrados por la mañana y primera hora de la tarde, como los de Holywater, enérgicos en su escasa media hora, Igloo, intensos y cercanos, y Disco Las Palmeras!, toda una apisonadora sónica.
Lo mismo se puede decir del escenario principal, que abrieron unos Hola a Todo el Mundo pletóricos, a pesar de tener que bregar con una hora complicada, la de apertura, y la entrada de la gente en el recinto. De no haber aparecido después el quinteto de Brooklyn, su actuación sería la más recordada. Por supuesto que ayudan sus nuevos temas en castellano y una imagen única, con capas, caras pintadas y de negro, pero sobre todo se les ve seguros de lo que hacen y con ganas de transmitirlo.
A Russian Red su nueva banda, capitaneada por Charlie Bautista, le sienta especialmente bien, arropando las canciones de Fuerteventura y las más coreadas de su debut, aunque salir tras HATEM no fuera la mejor idea visto lo visto (la propia Lourdes vio el arrebatador concierto de sus amigos desde el lateral del escenario). Otras tres bandas europeas aparecerían a continuación: el francés Yann Tiersen, menos rockero que en otras ocasiones, los belgas dEUS, presentando temas de un nuevo álbum que no lograban la misma efectividad que “Instant Street” o “Suds & Soda”, y los portugueses The Gift, con una Sonia Tavares especialmente desatada en la primera parte de su pase.
Pero tendrían que ser The Pains of Being Pure at Heart los que reventaran el recinto. Su escasa hora no tuvo altibajos y estuvo al nivel de aquella primera legendaria actuación en el Primavera Sound, con un sonido incluso mejor. Tras finalizar, su cantante Kip Berman saltó al foso a saludar a las primeras filas, tras agradecer a Morrissey por sus canciones. Tan contento quedó que no le pareció suficiente: mientras se preparaba el escenario para The Gift, Berman se paseó por todo el recinto hablando con todo el mundo y dejándose hacer cientos de fotos. Su cara de felicidad le delataba, aunque la de quienes le habían visto tampoco dejaba dudas.
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