VETIVER 2009
Vetiver, folk luminoso
Vetiver es una banda folk americana liderada por el compositor Andy Cabic. Lanzó su debut en 2004 y desde aquel momento el grupo no ha parado de hacer giras, colaborando además en varias ocasiones con Devendra Banhart, Joanna Newsom o Hope Sandoval de Mazzy Star.
Antes de mudarse a San Francisco, Cabic era miembro de The Raymond Break, una banda indie rock de Carolina del Norte, que editó algunos discos en Simple Machines, un sello que ya no existe.
Vetiver acompañó como soporte a Vashti Bunyan en su tour a principios de 2007.
Su música ha sido descrita por varios críticos como «surreal» «placentera» «tierna y accesible» «cálida».
ALBUMS
* Vetiver (DiCristina, 2004)
* To Find Me Gone (DiCristina, FatCat Records, 2006)
EPs
* Between (DiCristina, 2005)Tight Knit es ya su cuarto álbum, el que presentan este miércoles en Pontevedra, con Fruit Bats como teloneros, a partir de las 21 horas en el Pazo da Cultura como avance de los conciertos del ciclo Xacobeo Importa que nos acompañarán durante el 2010.
Nacido al norte del estado de Virginia, y tras pasar por varias formaciones locales, Andy Cabic decidió trasladarse a San Francisco, donde su pericia a la guitarra le supuso colaborar con lo más granado de la escena folk local. Tras la edición a finales del año pasado de un recopilatorio de versiones que había ido registrando a lo largo de los años, Thing Of The Past, Andy Cabic decidió grabar un álbum más positivo, luminoso y ecléctico con, tal y como han dicho algunos medios, “canciones sinceras que George Harrison hubiera escrito en un jardín soleado”.
¿Qué recuerdos tienes ahora de cuando tuviste tu primera relación con la música y de cuando Vetiver nació?
– He estado haciendo música desde los días en que aprendí a tocar las canciones de REM en mi guitarra en la escuela secundaria. Empecé a hacer canciones con el nombre de Vetiver hace seis años, tocando primero con Devendra Banhart y, después, añadiendo otros componentes al grupo.
Desde que editasteis el primer disco no habéis parado de girar por todo el mundo como Vetiver y en tu caso, también, con Devendra Banhart. ¿Cómo lo has vivido?
– ¡La comida es horrible en los aviones! También aprendí a dormir bien de pie, me enteré de que Kyoto es una de las ciudades más bellas del mundo, aprendí a nunca más llevar la guitarra en un vuelo con una bolsa mala y que estar de gira es ‘prepárate y espera’, aunque siempre hay momentos que recompensan por toda esa espera.
Tu música la definen como ‘freak folk’ (folk imprevisible), ‘weird folk’ (folk extraño) o ‘new age folk’ (folk de la nueva era), aunque no es más que una combinación de pop y folk, ¿no?
– ¿A quién le puede gustar que le digan que hace ‘freak folk’? Nos acusan de raros todo el tiempo. La otra frase recurrente es que mi banda es representante de la ‘weird América’, es decir, de los ‘Estados Unidos raros’. Lo que ocurrió es que un puñado de músicos nos encontramos, por afinidad e incluso por ser vecinos, en San Francisco. Devendra Banhart es mi amigo: lo conocí cuando intentaba venderme artesanías; después fuimos compañeros de apartamento. El conocía a Joanna Newsom. Nos fuimos de gira juntos. Devendra se transformó en un referente y empezó a tener atención de la prensa, y les dio apoyo y difusión a bandas que le gustaban, aunque de estilos muy diferentes: la verdad, lo que Vetiver hace es muy distinto a lo que hace Joanna. Lo que tenemos en común es el uso de instrumentos acústicos. Y cierta empatía. Yo soy parte de la banda de Devendra. Juntos tenemos un sello independiente. Pero nuestro sonido y nuestros orígenes son distintos. Creo que nuestra música no se entiende y tampoco pretendo que sea comprensible; sólo quiero que se conozca y se disfrute.
En vuestro último disco sonáis más positivos que nunca, con vuestro tema más pop, “Everyday”, e incluso funk en “Another Reason To Go”.
– Me ha llevado mucho llegar a completar “Everyday”: fue compuesto ya hace más de dos años, con lo que es la canción más antigua del nuevo álbum. En cuanto a “Another Reason To Go” tiene algo de funk, aunque es más por la instrumentación que le metimos que por la forma en la que fue compuesto: es la primera vez que hemos incluido una sección de vientos y un clavicordio amplificado electrónicamente.
Tengo entendido que eres un gran coleccionista de discos.
– En mi adolescencia coleccionaba vinilos de Camper Van Beethoven, Pixies o My Bloody Valentine. Más tarde empezó a gustarme la música de los 60 y los 70 y compraba discos de gente como Milton Nascimento o bandas angoleñas de la década de los 70, cuando el país africano atravesaba uno de sus momentos más convulsivos. Entonces tenía un grupo llamado Raymond Brakers y tocaba la guitarra eléctrica. Pero cuando me mudé a California, llevé sólo una guitarra acústica, no los discos. Viví en una casa que compartía con hasta seis personas, así que no podía usar un amplificador en esas circunstancias y empecé a componer solo, con mi guitarra.
Tenéis mucha repercusión en los medios escritos o Internet, pero eso no se traduce en llegar a un público amplio.
– A nuestro grupo nunca lo pinchan en la radio. Sí, claro, tenemos nuestro espacio en las radios de las universidades estadounidenses, pero eso siempre fue así para los músicos independientes. Pero entrar en los medios masivos… hay que olvidarse. La radio en Estados Unidos es algo corporativo y no tiene una sola rendija para que pueda filtrarse algo diferente a lo que dictan las grandes discográficas. Nos seguimos moviendo fuera del radar y de manera independiente, lo que para nosotros está bien y nos sirve como un baño de la realidad ante todo lo que se escribe. Por otro parte, siguen llamando mucho más la atención, para los medios, nuestras barbas y nuestros pelos largos. Pero no me quejo, así son las cosas y lo pasamos muy bien.