THE WHO
30 años de máximo rhythm & blues
La historia de los Who repasada en una caja de cuatro compactos
Parte de los años 60 fue de ellos, de The Who, al lado de The Beatles, Rolling Stones y The Kinks. Todos siguen editando grabaciones e, incluso los dos últimos, en activo. The Who aún continuaron una década más desde mediados de los 70, en la que pasaron con más pena que gloria. Al final supieron entender que se habían convertido en unos dinosaurios más y lo dejaron, aunque ya fuera bastante tarde.
Es difícil entender como pudieron seguir durante tanto tiempo juntos, conociendo el genio y el ego de cada uno de los cuatro. Además de los continuos cabreos y los abandonos del grupo, hubo una época, justo antes de editar su mayor éxito -«My Generation», el himno de toda una generación-, en que decidieron continuar sin Roger Daltrey. Sólo el éxito puso las cosas en su lugar y tuvieron que llamarlo de nuevo.
Por si fuera poco, ni siquiera coincidían en los gustos. Keith Moon podía ser el mod auténtico y a Pete Townshend esta estética le cayó un tanto de rebote, aunque supo hacerla suya. John Entwistle estaba, desde el papel de segundón en la sombra, más cerca de los gustos rockers, los eternos rivales de los mods. Y Roger Daltrey, también ajeno al mundo mod, hubo de ceder su liderazgo en favor de Pete Townshend para seguir en el grupo, aunque siempre quiso dejar claro su descontento.
Las excentricidades, supuestamente cómicas, del gran Keith Moon les traían de cabeza. Tanto disfrazándose de nazi con unos colegas para pasear por un barrio judío, como destrozando hoteles o gastando en una loca noche de cumpleaños el doble de lo que ganaría en toda una gira. Aun así, cuando sus excesos acabaron por matarle y lo reemplazaron por Kenney Jones, el antiguo batería de los Small Faces, todos entendieron que la banda ya no volvería a ser lo mismo.
Detrás de los primeros momentos estaba el publicista Pete Meadon, quien supo contagiarles su entusiasmo por el mundo mod, los vistió, les consiguió un contrato con Fontana, les escribió su primer éxito «I’m The Face» y les cambió el nombre por el de High Numbers. Luego Kit Lambert y Chris Stamp consiguieron las actuaciones en el Marquee, el contrato con Decca y las apariciones en Ready, Steady, Go!, al tiempo que comenzaron a distanciarlos de la estética mod.
Hoy de The Who quedan las películas (Tommy, Quadrophenia y The Kids Are Alright) o aquella protagonizada por Roger Daltrey (McVicar), así como un buen legado de seguidores e imitadores, que va desde la saga The Jam-Paul Weller, a Blur, Oasis y todos los que en algún momento han roto alguna guitarra al estilo Pete Townshend.
Ahora queda también esta caja de exquisita presentación, adornada con carteles de sus conciertos en lugares clásicos como el Marquee, y compilada por el cuñado de Pete Townshend, Jon Astley, y uno de sus mayores seguidores, Chris Charlesworth.
La caja incluye 4 compactos, 79 canciones clásicas, 14 cortes totalmente inéditos, 14 grabaciones en directo y rarezas, anuncios y diálogos en estudio y sobre el escenario. Tan sólo se echan de menos más temas inéditos, aunque Pete Townshend ya había recopilado parte de sus maquetas en Scoop y Another Scoop. En su interior se encuentra también un libreto de 72 páginas con fotografías, recuerdos, un diario de los Who, la discografía completa y una introducción firmada por el propio Pete Townshend, que es quien pone la despedida:
«En The Who se podía confiar, no importa lo que Keith pudiera sentir en la soledad amenazante de las habitaciones de hotel. No por más tiempo, desde luego. Nada es peor que un grupo legal en el que uno de sus miembros principales está muerto. Poco menos que arruina la idea. Aunque sólo es mi opinión, desde luego. Docenas de imitadores de Keith Moon piensan que podrían reemplazarlo. Miles de fans piensan que es mejor continuar sin él. Docenas de periodistas creen que todo ha salido mal desde las tres primeras espléndidas semanas de la carrera de The Who. Ciertamente, escuchar esta colección disipa esa idea. De acuerdo, si odias The Who, no te gustará. Que te jodan. A mí no me gustan mucho The Who, pero sí que me gusta esta colección. Así que a mis detractores, a los detractores de The Who, a los críticos de Keith y su diabólico estilo nihilista del rock’n’roll, ciertamente mortal, les digo: ‘¡Qué os jodan!’. Y no es la primera vez que estoy lúcido. Sed generosos, sed auténticos o quitaros de delante de mi cara».