THE ROLLING STONES: Hackney Diamonds

THE ROLLING STONES: Hackney Diamonds (Polydor-Universal)

La pregunta es clara: ¿Era necesario un nuevo álbum de The Rolling Stones? No, claro está. En un mundo dominado por la música en español, Hackney Diamonds resulta anacrónico. Y, sin embargo, la expectación despertada poreste disco revela que hay mucho seguidor anclado en un estilo de música, que es fiel a la banda o que los medios de comunicación siguen prestando mayor atención a los sonidos que dominaron el mundo de la música desde los 60 hasta principios de este siglo.

Dicho esto, ¿merece la pena el nuevo álbum de The Rolling Stones? No se trata del gran disco que algunos proclaman, ni el mejor suyo en 45 años (A Bigger Band parece hoy olvidado), pero hay algunos momentos que nadie esperaba a estas alturas. De hecho, el cierre con su revisión de la canción que les dio nombre en su momento, “Rolling Stones Blues”, a guitarra y voz entre Keith Richards y Mick Jagger, sí merece estar en un lugar muy prominente en cualquiera de sus antologías. Y suena a la mejor despedida posible, si no vuelven a grabar, como es bastante probable.

Hay más, al menos dos piezas incontestables. La primera, su góspel épico “Sweet Sounds of Hell” que, de haberse publicado en los setenta, seguiría siendo hoy una pieza incontestable de sus directos. Y, la segunda, “Bite My Head Off”, en la que se ponen cazurros, casi punkies, con el bajo de Paul McCartney cabalgando un tsunami sónico. El resto semeja ser un disco bueno de Mick Jagger, con una producción demasiado lustrosa y en el que se echa de menos a Charlie Watts. Pero nadie contaba con que estos octogenarios editasen algo así a su edad. Y eso, sin duda, hay que reconocérselo.

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