THE NO ONES: My Best Evil Friend (Yep Roc-Popstock!)
Activos desde 2017, The No Ones estuvieron a punto de desaparecer casi tras formarse, con el ataque al corazón que sufrió Scott McCaughey, su cantante, bajista, teclista y guitarrista. Recuperándose poco a poco, en 2020 presentaron su primer disco, un trabajo que se presumía extraviado y alguien encontraba muchos años después (de ahí su título, The Great Lost No Ones Album. El gran álbum perdido de The No Ones). Ahora Los Nadie retoman su actividad, con canciones compuestas y grabadas entre Portland (donde reside McCaughey), Athens (donde vive Peter Buck) y Noruega (de donde son sus otros dos componentes, Arne Kjelsrud Mathisen y Frode Stromstad).
Hay en su segundo álbum buena parte de lo que han hecho en sus grupos previos, especialmente The Minus 5, R.E.M. o Young Fresh Fellows, como si de unos nuevos Golden Smog se tratase, apoyándose en este caso en la colaboración a las voces de Debbi Peterson (The Bangles), Norman Blake (Teenage Fanclub) o Ben Gibbard (Death Cab For Cutie). Ellos aseguran que en el disco se puede apreciar ecos de Plastic Ono Band, Joe Tex, Sugar Pie de Santo, Nick Lowe o Dean Martin, además de canciones dedicadas a George Harrison (“Song for George”), Jenny Lewis (“Time Sent Lewis”) o Phil Ochs.
Efectivamente, la canción en la que se menciona a Ochs está entre lo más goloso del disco (“Phil Ochs Is Dead”), pero no es el único momento que deslumbra: ahí están también “Blue Cheer Captain”, “One Night at the Fillmore”, “Throwdown in Whispertown” o “The After Party”, completando uno de los mejores discos de guitarras eléctricas de este año. Eso en la versión compacto con 12 canciones, porque el vinilo lo estira hasta 18 cortes.