THE JAMES HUNTER SIX
The James Hunter Six, ritmo con sarcasmo
Llega a su quinto disco en su mejor momento. James Hunter es ahora un artista reconocido y respetado, tras cerca de 30 años en el mundo de la música. Además, tal y como él reconoce, puede que haya conseguido grabar su mejor álbum, tras cuatro con Howlin’ Wilf & The Veejays y otros tantos bajo su nombre. El quinto, Minute by Minute, presenta varias novedades: grabado en Estados Unidos, con Gabriel Roth, el capo de Daptone Records a los mandos, y en sonido mono, viene acreditado a The James Hunter Six. Esta semana lo presenta en Santiago el sábado 13 en la Sala Capitol dentro del Ciclo Pequeños Grandes Momentos 1906.
Has mantenido a la misma banda unida durante unos cuantos años, lo que no es común en el mundo de la música. ¿Es esa la razón por la que acreditas al grupo desde la portada del nuevo álbum a diferencia del anterior? ¿Pensasteis en algún otro nombre para el grupo?
– Sí, pensamos que era hora de que apareciesen acreditados, y cuando digo “nosotros”, me refiero a “ellos”. Ellos fueron quienes lo pensaron. En cuanto al nombre, antes ponía James Hunter en la portada y ahora ponemos The James Hunter Six porque no había nada que pudiéramos pensar que sonara bien. Uno de nosotros sugirió que nos llamásemos “The Tenor Sax Genius of Damian Hand, featuring some singer or other” (“El Genio del Saxo Tenor Damian Hand, con la participación de un cantante u otro”), pero no me acuerdo quién de nosotros fue.
El título del álbum es Minute by Minute, el nombre de la banda es The James Hunter Six y tú grabaste un álbum con Howlin’ Wilf & The Veejays titulado Six by Six. ¿Es una coincidencia o una especie de homenaje a su pasado?
– Es una coincidencia, la verdad. En un principio fuimos una banda de seis componentes durante un periodo breve de tiempo allá por el año 1990, pero luego pasamos a ser un grupo de cinco miembros, y así ha sido desde entonces durante los últimos 15 años.
Han pasado cinco años para que haya un nuevo disco. ¿Cuál fue ahora la idea? No sé si sirvió de alguna forma para superar la muerte de tu esposa, con este sonido tan positivo y enérgico. ¿Fue un proceso curativo?
– En el proceso de composición me ayudó mi esposa mientras ella estaba todavía con nosotros. A menudo me daba sus opiniones y consejos sobre lo que pensaba de las canciones. Por ejemplo, no estaba muy segura del arreglo que tenía la canción “Drop on Me”, pero sé que realmente le gustó cómo quedó al final.
Supongo que la noticia aquí es que no hay mucho nuevo, que siegues haciendo lo que mejor sabes hacer. ¿Ves el álbum como una evolución o como un proceso para llegar a la esencia de lo que haces?
– Lo cierto es que, sin duda, este álbum ha dado un paso en la dirección hacia donde nos dirigimos. Queríamos que sonara mucho menos ‘amable’, menos arreglado que antes, y pensamos que así ha sido, que por fin lo hemos conseguido.
A mí me parece que tiene más soul que los anteriores. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
– Estoy de acuerdo en la apreciación. Es más cómo queríamos que sonaran nuestros anteriores discos, pero no sabíamos muy bien cómo conseguirlo exactamente.
Tal vez tenga que ver con el hecho de que fue grabado en los Estados Unidos con Gabriel Roth. ¿Cómo contactasteis con él? ¿Te gustan los discos que ha producido?
– No recuerdo de quién fue la idea de contar con el productor Gabriel Roth… ¡pero fue una buena idea! Y ya sabemos cuál es la respuesta a la segunda pregunta porque con él hemos grabado el que creemos que es nuestro mejor álbum.
¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Se trata de un álbum en sonido mono? ¿Son primeras tomas? ¿Grabasteis todos juntos en el estudio?
– Es en mono, sí. Yo no sabía que iba a ser así, pero me ha gustado el resultado. No hemos grabado en estéreo desde hace bastante tiempo. El sonido estéreo está muy bien, pero la última vez que lo usamos el ingeniero puso el saxo tenor en un canal y el barítono en el otro, por lo que todas esas armonías se perdieron. Algunas fueron primeras tomas y tocamos todos juntos en todo momento. Solo un par de voces fueron dobladas más adelante.
“The Gypsy” parece abrir nuevas puertas en tu música, con un cierto parecido a “Fortune Teller”, de Allen Toussaint. ¿Te salió esa canción fácilmente?
– He de reconocer que ese tema en concreto comenzó como un poema. Cuando se convirtió en una canción fue cuando me di cuenta de que se parecía a “Fortune Teller”, aunque su tono es decididamente menos romántico.
La canción que le da título al álbum, “Minute by Minute”, me recuerda a “Oogum Boogum” de Brenton Wood. ¿Es un homenaje inconsciente a esa hermosa canción?
– No, fue algo completamente inconsciente… ¡aunque es una comparación agradable!
¿Hay algún artista reciente que te guste especialmente?
– Sí. Escucha, por ejemplo, a Jesse Dee. ¡El tío es ciertamente muy bueno!
A pesar de que interpretas música de raíz americana, lo haces con un toque inglés. Para mí, eso lo hace más especial. ¿Estás de acuerdo con eso?
– Sí, mi música tiene el ritmo del sonido que viene de los Estados Unidos y esa parte de sarcasmo inglés en las letras.
¿Dónde entiende la gente mejor tu música? ¿Dónde obtienes las reacciones más entusiastas?
– Ese tipo de reacciones no va con la geografía. La gente nos entiende y nos malinterpreta por igual en todos los países. El mayor error es pensar que estamos ‘recreando’ algo. Lo cierto es que no es así, sino que estamos robando pequeños trozos de ello.
¿Cuál ha sido la mayor fuente de satisfacción para ti en el curso de tu trayectoria?
– La satisfacción de demostrar a mis profesores que tenían razón cuando dijeron que no era posible que yo pudiera encontrar un trabajo.
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