THE GO! TEAM 2008
The Go! Team, rayos y centellas
Sí, Thunder, Lightning, Strike (2004), fue uno de los discos más excitantes que ha visto el pop en años. Hecho en la cocina de su auténtico líder e instigador, Ian Parton, para su presentación tuvo que armar un grupo de seis componentes. Ahora, asimilado el estallido colorista de su debut, llega su segundo álbum, Proof Of Youth, en este caso arropados por una iconoclasta lista de voces invitadas: los niños de Rapper’s Delight Club, Marina de Bonde Do Role, Solex, Check D de Public Enemy… Ian Parton, quien nos presenta el disco, sigue igual de apasionado con su proyecto que el primer día.
¿Cómo viviste la reacción a vuestro primer disco?
– Supongo que fue creciendo en cuanto a apreciación crítica, pero definitivamente no fue algo que sucediese de la noche a la mañana, sino que se debió al boca a boca. Sabía que en esta ocasión sería difícil tener el mismo éxito crítico de Thunder, Lightning, Strike.
¿Cómo te hace sentir pensar que vuestros discos son editados y seguidos por gente de sitios como España?
– Muy bien. No creo que España tenga reputación de ser un país que compra grandes cantidades de discos, de ser un mercado muy importante para el rock, pero nuestra experiencia ahí es que realmente apreciáis la música.
Habéis tocado aquí en directo. ¿Cuáles han sido vuestras impresiones?
– Sí, tocamos en los festivales Primavera Sound y Benicassim. Ambos fueron acontecimientos muy especiales, en especial Benicassim el año pasado. Salimos en el momento soñado, alrededor de la medianoche, cuando la gente estaba ya entonada, y todos se volvieron locos. Puede que toquemos de nuevo en el Primavera Sound este año.
Vuestro primer disco apareció con Sony en los EE.UU. y ahora el segundo se edita con Sub Pop.
– Decidimos no firmar contratos con una multinacional en el Reino Unido, con lo que somos libres de fichar con sellos pequeños en el resto del mundo, lo que nos va mucho mejor a un grupo como el nuestro. Siempre pensamos que las multinacionales no entendían nuestra música, mientras que con las discográficas pequeñas siempre te encuentras con poca gente que saben de qué va esto y a los que de verdad les importa lo que hacemos.
En este disco los samples están sobre todo hechos con instrumentos reales. ¿Qué buscabais con esa forma de grabar?
– Las ideas de las canciones surgen muchas veces a partir de samples, pero en este disco se trataba de melodías originales que yo había compuesto, así que me traje una sección de viento para ayudarme a darles forma. Con este disco tuvimos más tiempo para hacer que las cosas salieran así. ¿Si me atrevería a reconocer alguno de los samples que he usado? ¡Mejor será que no!
También seguís llevando el nivel del sonido al rojo. ¿Es lo mejor para el sonido que buscáis?
– Para mí, lo pulido y el profesionalismo son el enemigo. No me gusta dar la impresión de que se ha gastado un montón de dinero; prefiero que todo parezca más ‘casero’. La producción basura es el sonido de lo excitante.
Todo parece que va a explotar en cualquier momento, como un ‘arma de destrucción auditiva’. ¿Consigues en el estudio el sonido que tienes en la cabeza antes de entrar en él?
– Sé que queremos la máxima excitación, pero supongo que no tengo tanta idea de cómo conseguirlo. Para nada soy un genio musical, así que mi estrategia principal es intentarlo una y otra vez y equivocarme, así como contar con el tiempo.
En este segundo álbum hay un montón de voces y cantáis mucho más. ¿Podemos decir que es la principal diferencia con el primer disco?
– Es una de las principales diferencias, sí. Creo que este disco suena más fuerte, más compacto, con un sonido más grande, con canciones para corear y, además, sí, tiene muchas voces de lugares distintos del mundo tomadas al azar.
¿Tienes miedo de hacer pensar a la gente con tus canciones? ¿Eres precavido con lo que escribes?
– Soy un gran seguidor de las letras crípticas, no de aquellas a las que se llega enseguida a su contenido o de las que lo hacen todo demasiado obvio. Eso es lo que le pido a Ninja cuando se pone a escribir las letras. Me gusta más poner las imágenes en la cabeza de la gente que hacer algo parecido a la narrativa.
¿Algún grupo que escriba textos políticos que te guste especialmente?
– Public Ememy, por supuesto. Creo que Le Tigre y Fugazi también consiguen introducir buenos mensajes en sus canciones. El problema en este caso con la música es que estás dirigiéndote a los ya convertidos, que la mayor parte de tus seguidores están de acuerdo con lo que dices.
¿Cómo trabajáis las canciones?
– Simplemente dejo caer ideas: le canto a mi teléfono, escucho viejas grabaciones caseras hechas en un 4 pistas, canto por encima de otros discos y, de vez en cuando, aparece una idea que es lo suficientemente buena como para basar en ella una canción. Después intentamos cosas y vamos construyéndola hasta convertirla en una canción. Es un proceso que se parece a un puzzle.
¿Hubo un momento específico, un disco o un artista que hiciera que quisieras ser un músico?
– No. Supongo que lo más cercano a eso fue el día en el que dejé mi trabajo diario haciendo documentales y el grupo empezó a dedicarse a esto a tiempo completo. Todavía me parece extraño llamarme músico, porque no podría siquiera conseguir hacer un solo de guitarra para salvar mi vida.
¿Cuáles fueron tus principales influencias cuando empezasteis con el grupo? ¿Y qué escuchas últimamente?
– Quería la arrogancia y audacia de un equipo de ‘double dutch’ (baile con comba asociado al hip-hop), la excitación de Sonic Youth, el ritmo de The Jackson 5, la producción de Phil Spector… En cuanto a lo que más he escuchado en los últimos tiempos, ha sido discos de Deerhoof, Caribou, Camera Obscura…
¿Cómo se presenta el futuro del grupo?
– Pues más giras y presentaciones nuestras por el mundo: Australia, México, Reino Unido… Y supongo que es hora de ponerse a pensar en el tercer disco.