TEENAGE FANCLUB
Teenage Fanclub, el don de la armonía
Era el 15 de julio de 1989 cuando Norman Blake, Raymond McGinley, Gerard Love y Francis MacDonald entraban en un estudio de Glasgow. Llevaban tan sólo dos meses juntos, seis ensayos y no habían dado ningún concierto. En siete días grabarían ocho canciones y dos instrumentales, que formarían el grueso de su primer disco, A Catholic Education. Diez discos después llegan a Compostela para presentar este viernes 3 más de dos décadas de pop perfecto y su último álbum, Shadows, en la última gran cita del Xacobeo.
Os he visto en varias ocasiones en directo. Siempre han sido buenos conciertos, salvo una excepción: el concierto en Compostela en el Santi-Rock de hace 10 años. ¿Estás de acuerdo? ¿Qué os pasó?
– Sí, lo recuerdo. Aunque, si sirve de algo, tengo que decir que hay una excusa: era el primer concierto con Francis MacDonald, nuestro nuevo batería en directo -aunque había estado diez años antes en el grupo-, y llevábamos un tiempo sin tocar. De verdad que lo siento y pido disculpas a toda la gente que estaba por allí. Esta vez haremos un concierto como debe ser. Os aseguro que somos una buena banda de directo, je, je.
En el disco que ahora presentáis, Shadows, volvéis a compartir la composición a razón de cuatro canciones por cada uno de los tres.
– Como siempre, hemos dividido el repertorio del disco en entre nosotros. Es la manera en la que trabajamos y con la que más a gusto nos encontramos. Otros harían otra cosa, aunque a nosotros nos funciona bien así. De esta forma, nos podemos concentrar en menos canciones cada uno y, además de aportar las mejores, podemos contribuir al resto del disco con más atención.
Siempre me ha parecido que vuestras canciones se pueden defender tanto en acústico como con guitarras eléctricas.
– Supongo que se debe a que las componemos en casa con una acústica, porque a nuestros vecinos no les iba a gustar nada que enchufásemos el amplificador e hiciésemos retumbar el techo. Por eso nos apetece, de vez en cuando, tocarlas con acústicas, como el EP de 1996 Teenage Fanclub Has Lost It.
¿Cuándo os disteis cuenta de que se podía decir lo mismo o incluso más sin utilizar tanta distorsión?
– Creo que tuvo bastante que ver con Don Fleming, el productor del disco Bandwagonesque. Cuando lo estábamos grabando nos recomendó que nos centrásemos en cantar, porque pensaba que era un don especial que nosotros teníamos. Todos los grupos pueden conectar sus guitarras y hacer ruido, pero cantar de esta forma es algo más complicado. Sé que a muchos les parecerá raro, porque John Fleming estaba en proyectos como Gumball, que eran más ruidosos, pero lo cierto es que fue él quien nos dio el concepto para el grupo.
Una de las mejores cosas de Teenage Fanclub es que muchos grupos no tienen ahora miedo de escribir canciones con melodías, estribillos, armonías…
– Sí, eso es muy cierto, y es tal vez lo que más me gusta de lo que hemos conseguido. Lo importante para mí es la melodía. Me gusta mucho como compositor Stuart Murdoch de Belle & Sebastian. Su colección de singles es fantástica. Otro compositor que tiene canciones asombrosas es Daniel Johnston, especialmente su álbum The Early Recordings, con unas letras y melodías increíbles.
Vuestras canciones tienen una estructura clásica, por lo que no es fácil atisbar la evolución del grupo. ¿Cómo lo veis vosotros desde dentro?
– Diría que cada vez nos centramos más en las letras. Es cierto que las canciones tienen una estructura tradicional, así que lo que hacemos es pasar más tiempo dedicados a los arreglos de las canciones. Aun así, es difícil ver desde dentro la percepción que la gente tiene de nosotros.
Sé que en el grupo preferís Grand Prix, pero hay mucha gente que cree que Bandwagonesque es vuestro mejor disco.
– Nunca hemos cambiado radicalmente, nunca vamos a hacer un disco techno. Siempre intentamos entregar una buena colección de canciones, nunca un álbum conceptual, y que sean interesantes para la gente, así que, evidentemente, te van a recordar a cosas nuestras. Supongo que Bandwagonesque ha quedado como el favorito de la gente porque fue el primer disco nuestro que escucharon. Es algo que nos pasa a todos, incluso a nosotros: lo primero que escuchas de un grupo es lo que más te gusta.
¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de vuestra carrera hasta ahora?
– Muchos. Puede que entre lo mejor esté la gira que hicimos con Nirvana cuando editaron Nevermind. En cuanto a malos momentos… No se me ocurre ninguno en especial. Casi todo ha salido bastante bien.
¿Siempre tenéis esa actitud positiva? Desde fuera, parece realmente que disfrutáis con lo que hacéis.
– Cuando viajas y haces música, algo que nos apasiona, no debería haber razón para quejarse. Si no hubiera estado en un grupo, no habría ido a todos los sitios que he ido, y es algo que aprecio de verdad. Somos así, no se trata de una imagen.
¿Qué ambición no se ha cumplido aún?
– Casi todo se ha cumplido. Me gustaría tener una cuenta corriente que no estuviese en números rojos y con el suficiente dinero para grabar de nuevo, je, je. Ésa es mi mayor ambición, que mi banquero no se queje más. ¿Ambición musical? Que nos dejen hacer más discos.
{youtube}wmmckwDSPOI{/youtube}