SUPERTRAMP – Breakfast in America
LAS MEJORES PORTADAS DEL ROCK
SUPERTRAMP – Breakfast in America
En 1977, tras cinco álbumes de bastante éxito, el grupo Supertramp dejó el Reino Unido y se instaló en Los Ángeles. El rock progresivo que los había caracterizado hasta el momento se acercaría desde ese momento más al pop. Si la intención era obtener mayor reconocimiento, desde luego que lo logró. Su siguiente álbum, Breakfast in America (Desayuno en América) sería el más exitoso de la banda, con más de seis millones de copias despachadas; aún hoy es el disco más vendido en Francia de un grupo británico. Su título parecía una clara referencia a sus intenciones y a su nueva morada, algo que coincidía con su portada.
Sin embargo, a pesar de las evidencias, no se trata de un álbum centrado exclusivamente en el país que los acogió en ese momento. De hecho, su primer título fue Hello Stranger, en clara alusión a una de sus canciones, “Goodbye Stranger”, y la idea original y el motivo de varios de sus temas venían marcados por la relación, las creencias, los ideales y la forma de vida distinta de sus dos principales compositores, Rick Davies y Roger Hodgson. Como aquella temática era un tanto sombría, decidieron dulcificar su contenido y darle un tono más ‘amable’.
Tres de sus temas sí tenían relación con la cultura estadounidense, en concreto “Gone Hollywood”, “Child of Vision” y “Breakfast in America”, así que decidieron unificarlas todas bajo el título de esta última. El disco se ha entendido a menudo como una sátira de la cultura de aquel país y como un álbum conceptual, pero lo cierto es que nunca lo pretendieron. Aun así, su título sí les mostró la senda hacia el diseño de la portada, para el que contaron con alguien que había hecho el camino inverso al que ellos habían seguido: un americano que había trabajado en Londres.
Mike Doud, nacido en 1935 en la Reserva India del Estado de Washington, había estudiado en el Centro de Arte de Los Ángeles. A principios de los 70 se convirtió en el director artístico de A&M. Poco después sería director de la compañía AGI de Chicago, especializada en trabajos similares. En 1976 Doud estaba ya de vuelta en Los Ángeles, donde haría portadas para artistas como Humble Pie, Stealer’s Wheel, Led Zeppelin, Vangelis, Be Bop Deluxe, Rick Wakeman, Van Morrison, The Go-Go’s o Kool & The Gang. Doud era un amigo personal del manager de la banda y, según este, la persona perfecta para desarrollar sus ideas.
Fue Doud quien llamó a un conocido suyo, Mick Haggerty, un expatriado británico en suelo estadounidense, quien por sus antecedentes pronto se entendió con el grupo. Haggerty había nacido en 1948 en Londres. Tras estudiar en la Facultad de Arte, lo dejó en 1973 antes de completar su graduación para marchar a California. Allí empezó a consolidar un estilo propio a partir del cine, los cómics y otras fuentes de la cultura popular, influido por otros artistas californianos del pop como Ed Ruscha, Wayne Thiebaud o Mel Ramos.
En un primer momento formó parte del estudio de Rod Dyer, para pasar luego a integrar el equipo de Art Attack, trabajando en portadas como las de Ten Years Are Gone de John Mayall (1973) o Rosie de Fairpot Convention (1973). Poco después se independizaba, creando su propio estudio, Mick Haggerty Design. Sus encargos fueron aumentando: suyas son las carátulas de, entre otros, Face de Electric Light Orchestra (1975), Yellow Fever de Hot Tuna (1975), First Course de Lee Ritenour (1976) o Let It Flow de Dave Mason (1977).
Durante aquellos años se consolidó como el diseñador habitual de bandas británicas que grababan o residían en los Estados Unidos, tal y como sucedió con Supertramp. A partir de Breakfast in America, sin duda alguna su trabajo más reputado, colaboró también con Paul Collins, The Go-Go’s, David Bowie, Jimi Hendrix, Talking Heads, Daryl Hall & John Oates, Jerry Lee Lewis, Simple Minds, Tom Petty, Roxy Music, The Smithereens, PIL, The Wallflowers, Steve Winwood, Roy Orbison o Keith Richards. Seguramente su segundo trabajo más recordado sea Ghost in the Machine (1981) de The Police, en el que representó su contenido con una ingeniosa subversión de la pantalla LED de los relojes digitales que entonces empezaban a comercializarse.
La discográfica de Supertramp, después de que el manager del grupo lo pidiera, dio a Doud y Haggerty libertad total para hacer su trabajo. Por su parte los componentes de Supertramp les hicieron saber que no querían aparecer en la portada de su sexto álbum, al igual que había sucedido con los cinco anteriores. En palabras de Rick Davies, el teclista, “siempre quisimos estar en esto mucho tiempo, así que no teníamos intención de que la gente viese como envejecíamos”.
Con un título como Desayuno en América, Doud empezó a trabajar sobre varias ideas. En una de ellas, una joven patinadora servía un almuerzo en un drive-in. En otra, un jugador de béisbol golpeaba un huevo frito en un plástico que se extendería por toda la portada. De todos estos primeros bocetos, el que más cerca estuvo de llevarse a cabo era una foto del Valle de los Monumentos con un desayuno gigante a base de cereales y leche que se desparramaba por tan emblemático paraje.
Doud siguió haciendo bocetos de imágenes surreales y juegos de palabras visuales. Recordó entonces que la primera imagen que tendría tanto Supertramp como cualquier otra persona a su llegada a Nueva York volando sería la de la Isla de Manhattan y la Estatua de la Libertad vistas desde el avión mientras tomaban su desayuno a bordo. Era, desde luego, distinta a la que habían tenido los emigrantes que años atrás llegaban en barco. De todas formas, tanto para unos como para los otros, aquellos eran dos buenos símbolos de la ‘Tierra de las Oportunidades’.
Según comentó posteriormente Doud, la idea de la portada fue suya en colaboración con Haggerty. “Siempre estaba dibujando garabatos a partir de esa imagen, pero no me atrevía a enseñársela a los miembros del grupo. Sólo eran borradores, aunque allí estaba todo: la ciudad de Nueva York y la Estatua de la Libertad vestida de camarera. Sólo era un bosquejo, pero ellos supieron ver la fuerza que tenía”.
La inspiración partió de dos fuentes. La idea de representar la Isla de Manhattan con objetos relacionados con la comida surgió a partir de las ilustraciones de Maurice Sendak para el libro infantil La cocina de noche. Por su parte, la camarera que sirve a los clientes tiene un antecedente directo en la cubierta de la banda sonora de American Graffitti. Tras entregar un dibujo bastante completo al grupo, estos le dijeron que siguiese adelante con las ilustraciones, pero Haggerty les comentó que quedaría mejor en forma de fotografía.
Se trataba, pues, de una idea aparentemente descabellada asumida plenamente por una banda de rock que debía ejecutarse correctamente. Los dos diseñadores sabían que se trataba de un concepto complicado, reproducir Manhattan como una mesa de desayuno, que podía acabar fácilmente en un fiasco. En su planteamiento, los Estados Unidos podrían ser considerados ser la tierra de la libertad, pero son también la tierra del ‘eres lo que comes’. Se entendiese como algo irónico o no, lo cierto es que aquella imagen debía representar todos los mitos sobre los hábitos de alimentación de los estadounidenses.
La portada se hizo en tres partes, que Haggerty se encargó de ensamblar posteriormente en la mesa de su estudio una vez hechas las correspondientes fotografías. Por un lado, se puede ver un recuadro de imagen ladeado rodeando el resto de los elementos, que se corresponde con la ventanilla de un avión, el lugar desde donde el grupo o cualquier visitante contemplarían aquella vista al llegar al país.
En cuanto a la Isla de Manhattan, su famosa línea del horizonte está formada por tazas, saleros, jarras, cartones de huevos, vinagreras, botes de salsa de tomate o mostaza, ceniceros, botellas de leche, rebanadas de pan asomando de los tostadores… Las Torres Gemelas fueron hechas con cajas de cereales apiladas. Por su parte, los cubiertos serían en este caso los distintos muelles de atraque de la Isla. En cuanto al plato, este está situado en el lugar que le corresponde a Battery Park, el punto de partida del Ferry a Staten Island que sale de Manhattan y que pasa por delante de la Estatua de la Libertad. En un principio, llevaba encima una tarta de queso, pero el grupo pidió que fuese algo más americano, con lo que le pusieron unas tostadas y unos huevos revueltos.
El equipo que trabajó con Haggerty construyó una estructura de polietileno a la que roció con hielo y humo. Se pintó todo con un spray de color blanco y, a modo de cielo, colocaron un telón de fondo azul para reproducir lo más fielmente posible con aquellos elementos la imagen más conocida de la Isla de Manhattan. Según Haggerty, “hicimos dos sesiones fotográficas con aquel montaje de la mesa de desayuno como si fuese Manhattan. Prepararlo todo nos llevó varios días”.
El tercer elemento de la imagen incorporaba a una camarera-matrona llamada Libby sosteniendo en alto un pequeño plato con un vaso de zumo de naranja en una mano, mientras que en la otra portaba un menú de restaurante plegado en el que se puede leer Desayuno en América. Por supuesto, la mujer simbolizaría la Estatua de la Libertad y el zumo, la antorcha que la corona. El menú se situaría más o menos en el lugar donde está colocada la placa con la fecha de la independencia de los EE.UU.
En un principio, Haggerty quiso contar con una modelo joven de pecho prominente y, de hecho, llegaron a fotografiar a dos de ellas. Sin embargo, el grupo no estaba muy convencido y pidieron otro tipo de modelo. Recurrieron a la Agencia Ugly Models -Modelos Feas- y así fue como encontraron a una mujer de apariencia más real y maternal que les convenció, aunque Haggerty siempre tuvo la impresión de que su apariencia era demasiado grotesca, del estilo de los dibujos animados.
La actriz era Kate Murtagh, y lo cierto es que su sonrisa maníaca contribuyó mucho al resultado final. Murtagh había participado hasta entonces en series de televisión como Luz de luna, Loco por ti, Autopista hacia el cielo, Apartamento para tres, La familia Monster o Dimensión desconocida y en películas como Desayuno con diamantes, Adiós muñeca, Doctor Detroit, Asesino invisible o Amor en Hawaii.
El nombre de Libby que le asignaron lo sacaron de una conocida marca de zumos de naranja. En la sesión de fotos, el zumo estaba sujeto por unas poleas que luego fueron eliminadas de la imagen, así que en realidad la actriz no tuvo que sostenerlo. A Libby, la camarera, la llevaron de gira con el grupo y fue ella quien abrió parte de los conciertos de aquel año. Además, Kate Murtagh también fue enviada para representar al grupo en la Convención Estatal de Industrias Fonográficas (NARM) en Miami de aquel año a cambio de 2.500 dólares por su trabajo.
Ya que los componentes del grupo no salían en la portada, Mike Haggerty intentó convencerlos para que apareciesen en la contraportada de alguna forma, y a ser posible que tuviese relación con el título. Les ofrecieron varias ideas, pero tenían una carta ganadora: sabían que al grupo le gustaba un restaurante de la Avenida La Brea de Los Ángeles llamado Burt’s Mad House. Finalmente, el grupo accedió.
Para que los orígenes del grupo quedasen también incorporados de algún modo, hicieron que se les enviasen desde Londres periódicos de sus ciudades natales. Así fueron retratados por el fotógrafo Aaron Rapoport. De izquierda a derecha se puede ver a Dougie Thompson (leyendo el Glasgow Herald), John Helliwell (Manchester Evening News), Roger Hodgson (Oxford Mail), Rick Davies (Swindon Advertiser) y Bob Siebenberg (el único americano de la banda, quien sostiene entre sus manos un ejemplar de Los Angeles Times). En la imagen aparece de nuevo Kate Murtagh como la camarera Libby, sirviéndoles el café, y, detrás de la barra, Burt, el auténtico dueño del restaurante.
De esta forma, todos los intereses quedaban de alguna forma representados en la cubierta del disco. Sus protagonistas en la contraportada y, ya que no habían querido aparecer en la portada, la imagen frontal representaba aquella idea inicial de Doud y Haggerty: “Nueva York visto desde los ojos de alguien que lo contempla no como una puerta de entrada a América, sino como una puerta de entrada a la Ruta 66”. Era, en sus palabras, “el tratamiento Costa Oeste de un icono de la Costa Este”. No les salió nada mal, ya que la portada obtuvo el Grammy al Mejor Diseño de Portada en 1980, y sirvió también para ilustrar con distintos elementos sacados de su montaje las cubiertas de sus singles “The Logical Song”, “Breakfast in America” y “Goodbye Stranger”.
El grupo también quedó satisfecho. John Helliwell lo expresó así en nombre de sus compañeros: “La forma en la que llevaron a cabo la portada expresa con humor irónico el lugar mental y físico del grupo en aquel momento. Aunque el título de la canción “Breakfast in America” fue escrito años antes de ir a los Estados Unidos, la imaginería acabó atrayéndonos cuando por fin vivimos en la “Tierra de los Sueños y la Ambición”. Eso es justo lo que representa esa imagen que se ve al volar a Nueva York, sustituyendo en este caso el café inglés por ese almuerzo acogedor. Estábamos creciendo en un mundo materialista y habíamos iniciado algo así como un viaje espiritual. Todo tuvo su punto de encuentro en ese disco”.
Concepto y dirección artística: Mike Doud
Diseño: Mick Haggerty
Fotografía: Aaron Rapoport
Fecha de edición: marzo de 1979
Discográfica: A&M
{youtube}oxOTbilKUG{/youtube}