STORMY MONDAYS
Stormy Mondays, niebla en el alma
Son un caso atípico. Tan bien relacionados que -tal y como se encargan de pregonar una y otra vez en un Estado en el que es necesario repetir estas cosas para ver si convences a uno más-, fueron el único grupo español en participar en el Festival de Woodstock ante 50.000 espectadores.
Sí, tocaron con Slash, Bruce Springsteen conoce bien su primer disco y graban con clásicos del rock norteamericano, su fijación desde que comenzaron hace diez años. Además, su líder Jorge Otero, dirige el sello Dusty Roses, donde publica sus discos y los de otra gente a la que admira -por ejemplo, el gran Elliott Murphy-.
La banda, que, para que te hagas una idea, tomó el nombre de un clásico del blues editado en 1947 -concretamente, “They Call It Stormy Monday”, del bluesman T-Bone Walker-, ha editado dos discos en inglés hasta el momento: Rainy Days And Broken Hearts (1999) y el EP Winter Songs (2002).
Ahora llega Días de lluvia, corazones rotos, su primer disco en castellano, concebido como un vinilo, con dos caras y no más de 40 minutos, y en el que colaboran el legendario rockero neoyorquino Elliott Murphy -¡cómo no!-, el acordeonista Kenny Margolis (Cracker, Mink DeVille) o el batería Danny Montgomery (J.J. Cale, Percy Sledge). Como ya habrás podido imaginar por el título y la procedencia asturiana del grupo, las letras recorren historias de desamor y calles lluviosas. Muy lluviosas.
Jorge Otero, a quien estamos seguros de que tendremos pululando por el mundo del rock’n’roll muchos años, nos presenta sus canciones una por una.
De esta ciudad
Aún recuerdo aquella mañana en la que me vino a la cabeza la melodía, mientras me esforzaba por dar un paseo por Oviedo y perder el miedo a encontrarme con “ella”. La huida es un tema recurrente en este disco, supongo que es la reacción instintiva ante los días de lluvia y los corazones rotos.
Desencuentro
Siempre he tenido debilidad por este minuto de piano, escrito e interpretado por nuestro anterior pianista, Pablo A. Bertrand.
Sólo un sueño
La escribí gracias a una vieja guitarra de doce cuerdas, que me llevó a ese sonido tan clásico de canción cantada a dos voces. Igor Paskual (Babylon Chat, Loquillo) escribió la música del puente (“pero está bien, tú crees”). La letra es mucho más personal de lo que puede parecer a primera vista.
Llévame
Es una canción escrita para un imaginario anuncio de televisión: rápida y con estribillo pegadizo. La música suaviza un poco la letra, que habla de infidelidad y de un personaje completamente desesperado, esperando la llamada de una chica, incapaz de salir de la espiral en la que se ha metido.
Aunque pierda la razón
Otra canción escrita con Igor Paskual. Yo estaba encerrado en mi habitación, incapaz de avanzar más allá de la primera estrofa. Él cogió una guitarra, toco un par de acordes, y de forma casi telepática escribimos el estribillo. Un momento mágico.
28 de mayo (Olga)
Lo que más me gusta de esta canción es su delicadeza, lo simple que parece, y todos los pequeños detalles musicales que encierra. Como toque final, Elliott Murphy y Olivier Durand aportan su armónica y guitarra. La canción habla de una chica que conocí en un club; nunca pensé que la belleza se pudiera comprar… y creo que en realidad, no se puede.
Aquí estás
En esta canción se mezclan muchas cosas: deseo, aventuras de una noche, las mentiras que se cuentan en esas noches, amores pasados que siguen reapareciendo como si fueran pesadillas, la soledad a la que está abocado el que elige el rock and roll como forma de vida… Danny Montgomery le dio el toque perfecto con esos compases iniciales de batería.
Igual que ayer
Una fotografía de Oviedo. En un principio se llamaba “Canción de invierno”, y viene a ser una segunda parte de “De esta ciudad”. Me vino a la cabeza exactamente en el mismo lugar, varios años más tarde.
París
Mi favorita del disco. La escribí sentado al lado de Elliott Murphy en una furgoneta, en un escenario en Gijón, en una oficina en Madrid, en un bar en Oviedo, en un local de ensayo en mitad de ninguna parte… Transcurre en dos lugares a la vez: París en verano y Oviedo en otoño. Un exorcismo personal.
Dime
Un tema de Elliott Murphy que relata esa llamada de teléfono imposible a mitad de la noche que todos hemos hecho alguna vez. Le dimos la vuelta completamente a la música, sustituyendo las guitarras acústicas y cuerdas por electricidad en estado puro. La guitarra con eco de los estribillos, tocada por Alberto Rionda, haría palidecer al mismísimo The Edge…
Cartas que no te envié
Una de las primeras canciones que escribí, rescatada de antiguas maquetas. Las colaboraciones de Elliott y Olivier, el mágico acordeón del gran Kenny Margolis y la sensual voz de Susana Álvarez crean una atmósfera ideal para cerrar el disco. La letra cambió completamente en el estudio, en un momento de inspiración del que estoy muy satisfecho.
Xavier Valiño