STEVE WYNN
Steve Wynn, el amigo americano
Steve Wynn es ya un clásico en vida. Después de encabezar durante los 80 la banda más influyente del nuevo rock americano, The Dream Syndicate, inicio una andadura en solitario que, tras el disco Here Comes The Miracles de hace dos años, culmina ahora en el magnífico y recién editado álbum Static Transmission.
En esta gira, el músico norteamericano viene acompañado por su banda The Miracle 3, con Dave de Castro, Linda Pitmon y Jason Victor, presentando los nuevos temas grabados en el desierto de Tucson, Arizona. Todo concierto de Steve Wynn es una garantía de calidad, así que está plenamente recomendado a todos los amantes del rock’n’roll que no se pierdan la que, tal vez, es la actuación más interesante de lo que llevamos de año en Galicia.
La grabación ha sido, de nuevo como en su disco anterior, en la Costa Oeste. Alguna influencia habrá tenido el lugar. “Sí, en ambos discos resultó que buena parte de los textos y, sobre todo, del ambiente, son californianos,” comenta. “Tal vez se trate de una reacción contra My Midnight, que me pareció un disco sobre Nueva York. Es sorprendente cubrir mis raíces en ambas costas en estos discos”.
Como siempre, sus once canciones, aún siendo muy variadas, se mueven en las estructuras del rock clásico. “Me preguntan mucho por la supuesta muerte del rock o la irrelevancia de las guitarras, lo que me resulta divertido, ya que lo vengo oyendo desde que en 1982 comenzaba con The Dream Syndicate y todo el mundo pensaba que el futuro de la música era Human League y Heaven 17. Bien, todas esas bandas desaparecieron y hoy suenan huecas, mientras que el rock más salvaje de entonces todavía suena bien. Siempre habrá excitación en cuatro individuos que enchufan sus guitarras a sus amplificadores ruidosos y que lo pasan a una cinta o tocan en directo. Se ha dicho antes, pero sigue siendo verdad: el rock and roll nunca morirá”.
Conviene recordar sus años al frente de The Dream Sindícate y la influencia que han tenido en muchos de los grupos que graban en la actualidad. “Sí, hay un buen número de grupos psicodélicos haciendo ruido y puedo escuchar elementos de lo que hicimos (intencionado o no) en Yo La Tengo, Primal Scream, Eleventh Dream Day, The Cosmic Rough Riders y muchos otros. Puede ser que les gustásemos o que tuviésemos la misma colección de discos. Todo tiene su origen en Bo Diddley”.
Tantos años dando conciertos lo han convertido en un nómada. De todas formas, parece que ahora ha encontrado su lugar. “Siempre soñé con Nueva York y, cuando me mudé hace siete años, todo cambió. Me encuentro a gusto aquí y he sido más creativo desde entonces. Es un buen lugar, aunque me puedo imaginar viviendo en Roma, Barcelona o Amsterdam. Últimamente, también me encuentro muy en casa en Gijón”.
En Gijón grabó, hace dos años, un disco compartido con Australian Blonde. Además, la recepción que se le dispensa en España no es la habitual. “Bien, he tenido una experiencia muy diferente que la mayoría de los artistas internacionales, y es que he sido miembro de una banda española, Australian Blonde, no hace mucho. Me sorprendió ser considerado un artista local en las listas de lo mejor del año. Ayuda que hablo español, así que tengo más contacto con los fans y los amigos, y también he estado en muchas más ciudades pequeñas que la mayoría de artistas no visitan. Me encanta España y es mi país favorito para ir de gira”.
De tanta gente con la que ha colaborado, suponemos que habrá alguno con el que haya quedado más contento. “Es difícil decir que uno ha sido mejor que otro. Realmente he disfrutado trabajando con los colaboradores que he tenido en este disco. También a lo largo de los años me ha ayudado gente muy interesante como Linda Pitmon, Chris Brokaw, Robert Lloyd, Chris Cacavas y otros. Me siento feliz por tener amigos con tanto talento y tan creativos. Hace que el tiempo en el estudio sea más divertido e interesante”.
Con más de 40 años, aún hay algo en el Steve Wynn de hoy del chaval que empezó hace veinte años en un grupo llamado Goat Deity. “Hay más cosas en común que cosas que nos distancien. Todavía me gusta la música y compongo con pasión. Aún siento lo mismo cada vez que todo conecta de la forma que sólo es posible cuando las fuerzas creativas se alían como deben. La posibilidad de trascender es algo que aún me mantiene en marcha. Y espero que esté haciendo mejores cosas ahora que cuando tocaba con Goat Deity, aunque aquella era una banda más rompedora. Tal vez debería mirar atrás y estudiar aquellas cintas que grabé en su día”.
Por último, le preguntamos qué siente si alguien le llama un clásico. La respuesta es contundente: “Halagado y un poco viejo”.
Xavier Valiño