SMITH WESTERNS: Dye It Blonde
SMITH WESTERNS: Dye It Blonde (Fat Possum)
Cuando hace ahora casi dos años estos chavales de Chicago se presentaron en público con su disco homónimo en el sello local HoZac, parecía que lo suyo iba a ser la historia de uno de tantos grupos de ‘garage’ con sus referencias basadas sobre todo en recopilatorios tipo Nuggets. Aunque salidos del garaje (y no sólo metafóricamente: su debut estaba grabado con un ínfimo presupuesto), también dejaban caer ya algunas guitarras que apuntaban al glam.
Además, la portada de aquel debut, con el niño detrás del billete en una piscina inmortalizada en la portada del Nevermind de Nirvana, girado y oculto en esta ocasión por parte de una imagen religiosa, podría llevar a pensar en otra cosa. Unos cuantos meses después, y tras una gira compartida con Girls (con los que ahora parecen coincidir en más de una cosa), Smith Westerns reaparecen reinventados hasta cierto punto y, sobre todo, con canciones más redondas.
Tras haber limpiado casi todo lo que ensuciaba su sonido y haberse olvidado de la distorsión, ahora no le tienen miedo a las armonías, los coros adictivos, los pianos saltarines, las guitarras luminosas o a enseñar abiertamente sus cartas. Parece que el respaldo de Fat Possum, que quiso editarles su segundo disco, ha sido crucial. Han podido meterse en un estudio en condiciones en Nueva York y, con la ayuda del productor Chris Coady (TV on the Radio, Yeah Yeah Yeahs, !!!, Beach House), el resultado indica que los medios no les han perjudicado en absoluto.
Casi todo lo que parece que constituye la dieta musical de Smith Westerns se fraguó en los 70, cuando The Beatles habían dejado un hueco que se debía cubrir y que muchos, de hecho, quisieron llenar. Pensemos, por ejemplo, en Wizard, T. Rex, Mott The Hoople o The Bay City Rollers o en bandas que intentaron algo similar tiempo después como Shoes o Material Issue.
Si “Still New” tiene un riff que parece haber salido directamente de la guitarra de George Harrison, “Imagine Pt. 3” remite directamente a “Mr. Blue Sky” de la Electric Light Orchestra (y la batería de Bev Evan está bien presente). En “Dance Away” se acercan a la pista de baile tras haber mirado de reojo a The Strokes, mientras que “All Die Young” tiene las hechuras de un himno y “Dye The World” es puro glam. Si “Only One” es la única canción nueva que remite a su debut, en “Smile” muestran una inédita dimensión acústica.
Por ahora, los momentos más acelerados son en los que mejor se defienden estos tres jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando el pelotazo de Nirvana. Puede que Dye It Blonde no sea el colmo de la inventiva ni que estén preocupados por buscar la piedra filosofal, pero con un buen montón de singles para tararear por ahora no hay quien se lo reproche.
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