SEUN KUTI LIVE 2009

Seun Kuti en concierto

 

Primero, hazles bailar y, después, hazles pensar. Seguro que Fela Kuti tenía bien clara esta máxima y su hijo Seun Kuti la ha asumido perfectamente. Cierto es que si alguien no baila con el afrobeat es que algo grave sucede, pero el joven discípulo de 27 años ha aprendido bien la lección.

 

No en vano lleva desde los 8 años cantando con el grupo de su padre, que ahora comanda. En esta visita a España para presentar un disco de debut que llevaba varios años cocinándose (Many Things), Seun Kuti y Egypt 80 han conseguido que todo el mundo volviera a bailar compulsivamente, algo como seguramente sólo conseguía el mejor James Brown de los años 60 (ya, las influencias fueron recíprocas entre el padrino del soul y su padre).

 

   

 

La banda, liderada por el septuagenario Baba Ani en el teclado, salió a escena impulsada por el saxo tenor de Adedimeji Fagbemi desde el inicio y al ritmo de un incendiario y largo “Don’t Give That Shit To Me”. A continuación, Seun y dos coristas irrumpieron en escena con “Army Arrengement”, una canción de su padre con la que quedaba claro el homenaje y el vínculo con el patriarca del clan desde el inicio.

 

Sin embargo, Seun es joven, y su primer discurso no fue político, sino que se refirió a otros placeres más prosaicos y terrenales: los culos de las mujeres. Más adelante, metidos de pleno en el éxtasis del concierto, tocaría ya mentar a los gobernantes -no líderes, como aclaró- corruptos de su continente y a cómo ahora a Occidente también le toca saber lo que es la pobreza.

 

 

Con el tercer tema gran parte del público se levantó, olvidándose de sus butacas para no volverse a sentar más. Lo que parecía un comienzo frío ya no tuvo marcha atrás. Seguramente en ese dubitativo inicio tuvo que ver que la noche anterior el grupo había acabado en Sevilla, a unos 1.000 kilómetros de distancia, su anterior concierto alrededor de las 4 de la mañana.

 

 

Cerca ya del final, Seun se despojó de su camisa, dando a entender que encima del escenario también habían entrado en calor. Puede que fueran sólo ocho o nueve canciones en 105 minutos, alargadas y manejadas a la voluntad de los músicos, con capacidad para improvisar a su antojo. Seguramente, la duración extensa de las canciones, como hacía su padre, también  contribuye a que un concierto así se convierta en una especie de mantra que hipnotiza y no deja descansar a los pies.

 

   

 

“Fire Dance”, “African Problems”, “Na Oil”… Curiosamente, fue el single, “Many Things”, el tema con menos ritmo en toda la noche. Lo más llamativo fue ver en el bis a Baba Ani, que no había parado de moverse, leyendo un libro escondido tras el teclado sin que nadie se percatase, mientras el Palacio de la Cultura se venía abajo, y a Adedimeji Fagbemi mirando de reojo a Seun como queriendo creer lo que estaba viendo y pensándose su aprobación. Seguro que no tuvo ninguna duda. El legado del rey del afrobeat tiene un dignísimo heredero.

 

(Palacio de la Cultura, Pontevedra. 23 de mayo de 2009. Promotor: Inercia / La Fábrica de Chocolate. Público: 350 espectadores)

 

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