SCISSOR SISTERS
Scissor Sisters, las hermanas desvergonzadas
La música pop ha sufrido una aguda conmoción sexy, chispeante y enormemente melódica gracias a Scissor Sisters, un grupo brillante, inesperado y nada común. Estos cinco neoyorquinos, que se juntaron hace cinco años unidos por la pasión por la música, por las letras algo desvergonzadas y atrevidas, un humor fuera de lo corriente y una estética poco usual, aunque con mucho glamour, acaban de editar su debut, Scissor Sisters.
Sus influencias van desde los destellos de Roxy Music, David Bowie y Elton John hasta Giorgio Moroder, Bee Gees o Frankie Goes to Hollywood. Su música es, por lo tanto, puro teatro y espectáculo. Como es lógico, una música tan chispeante requiere la experiencia del directo; por eso, antes de editar su primer disco, hicieron una gira por Nueva York y luego pasaron por Europa, llegando a tocar en Barcelona el año pasado.
La única pretensión de Scissor Sisters según Ana Matronic, la fémina del grupo, es “conseguir que la gente exteriorice sus fantasías, que rompan con la monotonía diaria, que sueñen. Nuestra única misión es inyectar diversión a la cultura de la música pop: La decadencia fresca”
Hace ahora cinco años que una explosión de energía llamada Jake Shears fue presentada a un-una instrumentista que responde al nombre Babydaddy. Unidos por la pasión de una sólida habilidad para escribir canciones y un humor fuera de lo corriente, juntaron sus fuerzas para escribir unas melodías pegadizas, se instalaron en la ciudad de Nueva York y se pusieron de acuerdo al elegir un nombre atrevido que causó confusión y provocó algún que otro rubor: Scissor Sisters -Las hermanas tijeras-. Aunque, aclaran, “ninguna de nosotras es lesbiana”.
¿Desvergonzadas? Por supuesto. Además, Scissor Sisters saben unir los riffs de guitarra más alborotados y los sonidos más vibrantes con una gama completa de letras perversas.
En el instituto, Jake se había especializado en Escritura de Ficción, y eso hace que en canciones con el ritmo como el de “Laura” puedan urdir una historia completa en una sola canción. A veces suena como si estuvieran en una fiesta con champán barato; en otros momentos, los ritmos se suavizan de la forma más bella y sorprendentemente melancólica: bandas sonoras de radio para la mañana después.
Fue ya en el circuito de Nueva York donde este original dúo formó equipo con una tercera Scissor Sister: la artista Ana Matronic; “Es una persona dura, asombrosa, glamorosa,” se entusiasman los chicos. Ella era la anfitriona de un espectáculo de cabaret algo decadente en el Lower East Side y con una reputación en la escena de San Francisco. “Conocí a Jake por primera vez en una fiesta de Halloween,” recuerda. “Yo iba vestida al más puro estilo de la Factoría Warhol, él llevaba tal disfraz que parecía un aborto. Ambos nos echamos un vistazo y pensamos: ‘eh, eres muy cool’”.
“Hicimos nuestro debut en una aparición en directo en el Club de Ana a finales de 2001, donde al trío se unieron unos carismáticos amigos, Del Marquis a la guitarra y Paddy Boom a la batería,” recuerda Jack.
No se puede negar que, desde entonces, han reunido a un gran número de seguidores, entre los que se incluyen una entusiasta de 75 años de edad. “Cuando son las 5 de la mañana y tienes a una abuela en el escenario disfrutando con lo que haces, sabes que la cosa funciona,” sonríe Jake. No es de extrañar que la publicación The Village Voice ensalzara a Scissor Sisters como un grupo de rock al que no le da miedo hacer música disco.
Otra faceta de interés de su repertorio es la versión del clásico de Pink Floyd, “Comfortably Numb”, un clásico que han sabido convertir en un espectacular himno disco, gracias a la voz de Jake, que hábilmente aporta el estilo vocal de los Bee-Gees. “Siempre me ha encantado cantar en falsete,” señala. Quizás la fusión no funcionaría en otras manos, pero ellos han conseguido que la canción sea una creación propia, con esos enormes y brillantes penachos.
“No creo que tengamos miedo a tocar nada,” añade Jake. “El pop tiene que volver a resurgir de nuevo, tiene que dejar de ser una palabra sucia. No nos burlamos de nada de lo que hacemos, y es imposible que nuestro sonido parezca manufacturado. Nuestras canciones son lo suficientemente accesibles como para romper barreras. También hemos tenido la intención de escribir algo de música country.”
Todo es posible, sí, pero con la mirada en la pista de baile. “Por supuesto que adoramos las pistas de baile,” señala Babydaddy, “pero una agradable mezcla de influencias siempre ha de llevarte a explorar nuevos territorios. Desde los comienzos nos dijimos: que teníamos que hacer que esto durase más que la vida misma.”
Y así es. Con tres componentes sin tacha y una actitud al más puro estilo neoyorquino en el corazón, Jake afirma que “nunca me habría unido a esta gente en ningún otro lugar” y Babydaddy reconoce que “hacemos lo que queremos sin ningún tipo de concesiones.”
Xavier Valiño