SCARLETT JOHANSSON 2008
Scarlett Johansson, hermosas maladías
Uf. Hablamos de alguien que ha actuado en películas de Woody Allen, Brian De Palma, Christopher Nolan, Robert Reford, Joel y Ethan Cohen… De alguien que ha sido la imagen de L’Oréal y Louis Vuitton. De una joven que a sus 24 años tiene enamorada a la mitad del planeta. De una actriz que tiene entrada a las fiestas más selectas, a la clase preferente de los aviones y, suponemos, a la barra libre allá donde se le antoje.
Así que un disco con versiones de canciones obscuras de Tom Waits no deja de ser una sorpresa: sólo los que escucharon sus únicas apariciones musicales -junto a The Jesus & Mary Chain cantando “Just Like Honey” en el Festival Coachella o su versión de “Summertime” en el disco colectivo Unexpected Dreams: Songs From The Stars– podían haber imaginado algo parecido.
Según su responsable, Scarlett Johansson, este álbum, Anywhere I Lay My Head, no es ni mucho menos un capricho ni, por supuesto, un disco apto para todos los públicos, con sus atmósferas etéreas y las letras y melodías creadas por Tom Waits. “No se trata de un disco pop”, reconoce aclarándolo por si quedaba alguna duda, antes de justificarse. “No iba a editar algo que no se justificase musicalmente”.
No eres la persona más obvia para cantar sobre, por ejemplo, gente borracha que come alubias rojas y arroz debajo de la mesa, como en “I Wish I Was In New Orleans”?
– Es extraño que pienses así. Puedo entender que la gente tenga una idea preconcebida sobre cómo tiene que sonar el disco, pero es decepcionante que la gente espere que los personajes de las canciones tengan que ver con mi vida real o mi música. Cuando escucho música, nunca me pregunto por los antecedentes del autor. Cuando escuché Bone Machine de Tom Waits en el Instituto, me encantó su oscuridad y cuán cinematográfico era. Y ya que lo dices, realmente he tomado alubias rojas y arroz antes.
Aun así, dada tu vida como actriz y modelo, coincidirás conmigo en que lo lógico es que se te asocie con un determinado nivel de glamour.
– Llevo el pelo rubio platino y tengo unas curvas extremas; me meto en un vestido y me presento con mi mejor disposición en un estreno. Por supuesto que supongo que la gente tiene ciertas ideas. Pero es extraño que la gente asocie el hecho de que preste mi imagen para vender bolsos o bikinis con quién soy cuando me levanto por la mañana. La gente cree que voy a ser una ramera descarada, pero no voy por ahí con todos los Tom, Dick o Harrys o cogiendo hepatitis en algún club nocturno de Manhattan.
Me imagino que, dado quién eres, no habrá sido un problema a la hora de contar con un productor como Dave Sitek del grupo TV On The Radio.
– Lo que sucedió es que empecé a grabar con músicos de estudio y sonaba terrible, como si tratase de recrear estas viejas baladas. Era un lío irresoluble. Me di cuenta de que, si seguía así, iba a tener una copia en carbón en formato de disco que nadie iba a querer comprar. Siempre tuve muy claro cada ambiente, cada sonido como de ensueño para las canciones, pero quedó claro que necesitaba un productor que me ayudase a conseguirlo. Cuando un amigo mutuo sugirió a Dave Sitek, me pareció perfecto, porque me encanta su grupo. Así que hablé con él y me dijo que si pretendía recrear a Tom Waits, no contase con él, pero si lo que quería era hacer algo insospechado, que contase con él. También dijo que el álbum debería sonar como si hubieses bebido mucha medicina para la tos y después vieses a Campanilla volando alrededor. Ahí fue cuando me di cuenta de que era el hombre para el trabajo.
¿Crees que Dave y otros músicos que aparecen en el disco, como David Bowie o el guitarrista de Yeah Yeah Yeahs, Nick Zinder, se encontraron cómodos dándote sus opiniones?
– Estaba preocupada por el hecho de que iba a tener que tratar con más hombres que con una banda que saliera de su garaje. Yo no aguanto estar cerca de algo así. Soy una buena mentirosa, así que puedo reconocer cuándo la gente no está siendo genuina. Yo era fan de Dave, David y Nick, así que no me interesaba decirles qué hacer. Soy actriz y me crezco con las críticas constructivas. El tiempo que trabajamos juntos acabo siendo realmente inspirador. Nadie estaba en otro nivel.
¿Quién crees que es el público lógico para este disco?
– Espero que la gente llegue al disco a través de sus amigos. No quiero que la gente se sienta forzada. “Compre este disco y le regalamos un café gratis”. Quiero que sea descubierto.
Así que no te importa cómo se venda. No podrías estar aquí si no fueses al menos un poco ambiciosa.
– Creo que soy saludablemente ambiciosa, pero nunca luché por ser famosa. Nunca fue mi objetivo. Si lo fuese, no habría hecho películas como Ghost World o Perdidos en Tokio. Escogí esas películas en lugar de hacer éxitos taquilleros. No me metí a hacer un disco de pop chicle. Sólo quería hacer un disco que les pudiese gustar a mis amigos. Es lo mismo que con actuar: estaría feliz de hacer teatro en el lugar más perdido siempre que estuviese orgullosa del trabajo.
Algunos opinan que los actores que se meten a músicos a veces parecen diletantes. ¿Puedes entender el escepticismo?
– Bueno, no estudié viola durante ocho años ni fui a ningún conservatorio, pero eso no implica que la música no sea importante para mí o que no sea una parte importante de mi vida y de todo lo que hago. Si David Bowie y Tom Waits pueden aparecer en películas, ¿porque no puede ser a la inversa? Espero que a la gente le guste el álbum, pero no tengo intención de recorrer el mundo tocando en grandes estadios. Es todo lo que esperaba y lo que soñé que sería, pero la gente son unos esnobs de la música. ¿Qué puedes hacer?
Por último, como dice la canción de Tom Waits, ¿has enviado alguna vez una postal a una puta de Miniápolis?
– ¿Vale si he enviado alguna postal desde Miniápolis? Aunque no fue a una puta, claro. Por cierto, ¿las putas tienen dirección? ¿Puedes escribir una postal a Candy en la esquina de la Avenida Oeste?