SARGENTO GARCÍA

Sargento García, carnaval de ritmos

 

Fue el instigador de la ‘salsamuffin’, elemental pero no por ello menos innovador cóctel de las dos músicas más importantes oriundas del Caribe, el reggae y la salsa. Con ello ya anunciaba otras mezclas de este tipo (con el reggaetón a la cabeza) que tanto furor causan actualmente en toda América Latina, pero hay que reconocer que la obra de Bruno ‘Sargento’ García va mucho más allá de los límites de una receta, por muy sabrosa y original que sea.

 

De sus años punk como guitarrista del grupo de culto Ludwig Von 88, Bruno ha conservado una clara tendencia a dinamitar todo lo que tiene visos de convenciones, costumbres y otros estereotipos de la creación. Después de cuatro álbumes que han cosechado un gran éxito internacional, en los que ha pasado de una música imaginada y producida en su casa con máquinas (Viva el Sargento) a grabar con una formación completa de músicos que recuerdan los mejores momentos del sello Fania (Un Poquito Quemao, el álbum de su consagración y, sobre todo, el elegante Sin Fronteras), pasando por una inmersión en las fuentes y los orígenes (Jamaica y Cuba) con La Semilla Escondida, el Sargento García vuelve con “Máscaras”, el disco más redondo y más libre de su carrera, tras tres años de ausencia y la publicación de un recopilatorio.

 

“Tenía ganas de tender un puente entre todas las experiencias que había probado en los álbumes anteriores”, nos explica. “El hecho de haber estado de gira durante los dos últimos años, tanto con toda la formación como en soundsystem, me ha permitido tocar y viajar por todos los continentes. Y descubrir hasta qué punto existía una música urbana, un sonido de las grandes ciudades que, aunque se basa en tradiciones locales diferentes, contribuye a una onda global y universal. Con este disco quería hacer algo más moderno, más urbano. Utilizar nuevamente las máquinas sin perder este sabor orgánico que aportan los instrumentos tradicionales”.

 

Con este enfoque abierto e internacional se concibieron, en dos meses, entre Valencia y París, las doce canciones que componen este nuevo disco, en colaboración con el percusionista Iván Montoya. Para la producción, el Sargento recurrió a la experiencia de Toy Hernández, uno de los productores actuales más importantes en el mundo de la música latina.

 

“Conocía su trabajo en Control Machete (grupo desaparecido de rap mexicano, el más popular en su país y en el extranjero; los Beastie Boys eran seguidores suyos), su dominio del sonido hip-hop”, continúa Bruno. “Pero también había observado, en otras producciones o en sus sesiones de DJ, que tenía una sensibilidad especial para tratar los instrumentos acústicos. Conoce bien los estilos tradicionales, sobre todo la cumbia, que es un componente importante de las canciones que tenía en mente”.

 

“Toy sabe cómo integrar el sonido del acordeón de un chaval que toca en orquestas callejeras y convertirlo en riddims puramente electrónicos. Además, me parecía interesante la idea de ir a grabar a México, el país que, en mi opinión, se encuentra más avanzado en esta capacidad para ser un punto de unión, cultural y geográfico, entre tradición y modernidad”.

 

En algunos títulos, el Sargento nos recuerda su dominio de los estilos puros, ya sean el reggae roots (el sensual “Non Words” o “Les 5 sens du guerrier”), el rocksteady (“Guantánamo City” y sus letras), la salsa más ardiente (“Eres tú” o “En este mundo de locos”, una versión del grupo cubano Sur Caribe) o incluso la balada (“Tantas Cosas” en dúo con la cantante Yaité Ramos).

 

Sin embargo, el tono general de Máscaras se caracteriza más bien por las mezclas más asombrosas e inesperadas. Cumbia y hip-hop (el primer single “Dulce con chile”, “Si sólo fuera yo un pájaro”), reggae y rap (“Toi tu es là bas”), mambo y reggaetón (“Píntame”)…

 

Al Sargento García le gusta agitar todos los ingredientes altamente explosivos que tiene a su alcance para crear un carnaval de ritmos que culmina con una canción instrumental llena de energía, “El camión no  para”, mezcla de funk, afro-beat y salsa que sin duda se convertirá en uno de los momentos álgidos de los conciertos que le llevarán a partir de verano de 2006. Este nuevo álbum trasladará al oyente a las calles de México, Barranquilla, Los Ángeles, Kingston, Lagos, París y Valencia, en un ambiente festivo y salpicado de algunos de los sonidos que mueven al planeta.

 

En cuanto al título del álbum  Máscaras, Bruno comenta: “Es un homenaje a la lucha libre, muy popular en México. Las principales figuras de este deporte llevan unas máscaras especiales. Nunca salen en público sin su máscara, algunos incluso son enterrados con ella. Me gusta la estética, el grafismo de estas máscaras. Y, además, es una manera de recordar que, en el fondo, todo el mundo lleva algún tipo de máscara. Que nada es realmente lo que parece. A menos que sea un guiño al Zorro, el alter ego ineludible del Sargento García…”

Xavier Valiño

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