RIVULETS LIVE
Rivulets en concierto
We’re Fucked, se titula su último álbum editado el año pasado. Y tiene razón, Estamos jodidos. A todos los niveles. Seguramente Nathan Amundson, alma mater de Rivulets, piense también en su situación personal y no solo en la turbulenta época en la que vivimos, pero el caso es que su álbum es uno de los más deprimentes de 2011, sino el que más.
Con estos antecedentes, estaba claro que su primera actuación en Galicia promovida por la asociación Desconcierto Cultural, no iba a ser una fiesta. Ni falta que hace, por supuesto, porque de todos los sentimientos posibles tiene que haber en escena y, probablemente, su intensa música sea ahora más necesaria que nunca. La denominación escogida para el ciclo que lo acogió, Autorretratos (el mismo que el año pasado trajo a Galicia a Greg Dulli), no podía ser más acertada.
Con tan solo una guitarra eléctrica negra (¿un símbolo?) por compañía, y sin alterar su gesto prácticamente en los más de 75 minutos de su repaso a su discografía, Nathan dejó claro que no es un guitarrista virtuoso ni un cantante tocado con una gran voz, pero que lo que canta lo vive, que seguro que lo ha sufrido, y que quiere y necesita comunicarlo y compartirlo para seguir adelante.
No en vano le han acompañado en sus grabaciones gente de Codeine, Swans, Shellac o sus padrinos desde su inicio hace más de diez años, Low. Todos se mueven en las mismas coordenadas de intensidad, de exigir al oyente una atención y una complicidad nada fáciles. “Emocional y árido”, se presentaba de antemano, haciendo referencia a que los lugares en los que ha vivido tienen que marcar y forjar el carácter: la desértica Colorado, la remota Alaska, la fría Minnesota…
Llegado directamente pocos minutos antes desde Irún en un largo viaje en tren, cansado, Nathan Amundson se prestó a interpretar lo que le habían reclamado de antemano, incluso con mails personales: canciones de sus anteriores y más antiguos discos, aunque también quiso recordar que lo que lo tiene en la carretera ahora es el vigente We’re Fucked.
En todo momento corroboró que no es exactamente un dechado de optimismo cuando pone sus manos sobre su guitarra. Puede ser que sea porque este mundo no se merezca una melancolía así de hermosa, pero el hecho es que Rivulets (Riachuelos) se expresa perfectamente en directo con ese polvoriento folk de dormitorio, aun siendo un artista en la mejor tradición del slowcore con canciones elaboradas artesanalmente con una ambientación espartana y fría.
(Pub Cachán, Santiago, 9-2-2011. Público: 60 espectadores. Promotor: Desconcierto Cultural)
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