Richard Hawley: Standing at the Sky’s Edge
Richard Hawley: Standing at the Sky’s Edge (Parlophone-EMI)
Acción-reacción, lo llaman. Tras haber depurado y llevado al pop y el éxito en Lady’s Bridge una fórmula en la que se había mostrado infalible hasta Coles Corner, puede que su cima, Richard Hawley decidió hacer lo que determinados artistas intentan de vez en cuando: grabar sus siguientes discos como reacción a los anteriores. En esa clave se pudo entender Truelove’s Gutter (¿su otra cima?), el virado a sepia de sus canciones, a la sombra de Scott Walker.
Por segunda vez en su carrera en solitario, Hawley reacciona frente a su anterior álbum. Tras las canciones largas, oscuras y con instrumentos no habituales, Hawley se presenta ahora más guitarrero que nunca en Standing at the Sky’s Edge, recordando su pasado en Longpigs o como guitarrista de sesión para grupos innombrables versionando a, por ejemplo, Red Hot Chili Peppers.
Los cinco primeros temas traen a la cabeza la voz profunda y las guitarras pesadas de, ejem, Mark Lanegan (aunque el corte que le da título recuerde más a “Wanted Dead or Alive” de Bon Jovi). A partir de ahí llega lo mejor, con la melodía de “Don’t Stare at the Sun”, la nostalgia lúgubre de “The Wood Collier’s Grave” y su atinado ejercicio en la introspección-rabia guitarrera-calma de “Before”. Tal vez en su siguiente álbum lo tengamos de vuelta, por simple reacción, a lo que tan bien hizo hasta 2005.
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