PULSAR

Pülsar, ejercicios de filtro

 

 

 

 

 

Ocho años, dos EPs, un álbum anterior. Pülsar llegan ahora a su segundo disco, Buen viaje, con cambios en la formación y algún premio por el camino. Ya tienen su experiencia y saben diferenciar lo que realmente vale la pena, como reconocen en estas líneas. Este fin de semana se presentan en Compostela abriendo la actuación de Standstill.

 

Hasta vuestro primer disco pasaron 8 años. ¿Sirvió la experiencia para definir aquel trabajo? ¿Por qué no hubo álbum antes? 

 

– Desde luego. Miguel (el primer bajista) y yo no sabíamos nada de música cuando empezamos. Este fue nuestro primer grupo y aprendimos sobre la marcha. Por el medio pasaron muchas cosas, cambios en la formación, una inundación que nos obligó a abandonar nuestro antiguo local… Pero manteníamos la ilusión y las ganas, así que simplemente seguimos. El primer álbum se retrasó tanto justo por eso: cuando hay cambios en la banda, la cosa se frena casi de golpe. De alguna manera es como volver a empezar y volver a arrancar siempre cuesta un montón. 

 

Grabasteis dos maquetas/EPs antes. ¿Recuperasteis alguna de sus canciones? ¿Seguís tocándolas en directo? 

– Sí, hubo dos EPs, y nos vinieron muy bien como toma de contacto. Ya no tocamos nada de eso, pero no por renegar de aquello, simplemente es que ahora se queda un poco fuera de contexto. Las personas cambiamos y las canciones también. 

 

¿Veis una evolución desde las maquetas, la primera en inglés, a este segundo disco y, también, respecto al primer álbum?

– Creo que la evolución es más que notable, y es que, de alguna manera, esa es justamente la esencia del grupo.

 

En esa evolución del primer al segundo álbum, ¿cuánto ha tenido que ver lo que habéis escuchado, la música que habéis descubierto en este tiempo, y cómo se introduce eso en vuestras canciones?

– Bueno, los cuatro somos muy curiosos y, a la vez, muy distintos. Siempre estamos escuchando cosas nuevas y viejas. Muchas de esas formas se quedan dándote vueltas en la cabeza casi sin que te des cuenta y de repente estás componiendo en el local de ensayo de una manera que nunca se te hubiera ocurrido. Esto no es casualidad.

 

¿Como han influido en este nuevo álbum los cambios de formación?

– Nunca olvidamos todo lo que aportaron cada una de las personas que han pasado por este grupo pero, sin embargo, podría decir que nos encontramos en uno de nuestros mejores momentos. Andrés y Manu son dos personas muy creativas y abiertas, y esto hace que el grupo pueda trabajar en otras dimensiones que antes ni se nos hubieran pasado por la cabeza. Han sido un soplo de aire fresco justo cuando más lo necesitábamos.

 

¿Por qué se produjeron?

– Quizás fuese por tomarnos esto del grupo siempre tan en serio. Como en toda relación estrecha e intensa, es común que de vez en cuando surjan ciertas diferencias y choques de opiniones en cuanto a qué dirección debería seguir esa relación. El problema surge cuando las partes no pueden ponerse de acuerdo. Cuando esto pasa, lo más sano, por el bien de todos, es separase para poder seguir así cada uno con su camino.

 

¿Qué significó el premio en el IV Festival Rock de la Diputación de A Coruña? ¿Estabais entonces grabando o componiendo este segundo álbum?

– Sí, estábamos en plena grabación. Paramos en seco para preparar la actuación y eso hizo que nos retrasáramos bastante con el tema del disco. Aun así hubo suerte y salió todo bien.

 

 

 

 

Habéis hecho todo el trabajo vosotros, incluso el diseño y la edición limitada. ¿Requiere mucho trabajo? ¿Compensa?

– Es un montón de trabajo pero, cuando te gusta lo que estás haciendo, es como un placer. La satisfacción que da el poder crear algo con tus propias manos de principio a fin supera con creces el cansancio de tantas horas de trabajo y dedicación. Hemos montado los discos en casa, artesanalmente uno a uno y, lejos de que el acabado final sea mejor o peor, sabemos que las personas que entiendan de esto sabrán comprender lo que significa el hacer las cosas de esta manera.

 

Se trata de una autoedición, ¿no? ¿Es lo que toca en estos días o lo queríais hacer así?

– Ya hace mucho tiempo que no esperamos que nadie llame a nuestra puerta. Sabemos que, hagamos lo que hagamos, tendremos que hacerlo nosotros. Pero nos parece bien. Quizás si todos los grupos tuvieran que hacerlo así, aun sacrificando un poco la calidad, creo que tendríamos a cambio discos mucho más originales y personales. Aun así en este disco hemos contado con la ayuda de Radix Records. Es el sello de unos amigos de aquí que siempre nos han animado a seguir en esto.

 

Supongo que los componentes del grupo tenéis distintos gustos, ¿no? ¿Cuáles son?

– Hay de todo. Desde los Red Hot Chili Peppers, Guns ‘n Roses, Pearl Jam, Led Zeppelin o Pink Floyd hasta At the Drive-in, Radiohead, Glassjaw, Deftones, Thrice, The Black Keys, Standstill, Nueva Vulcano… La lista sería infinita porque escuchamos de todo.

 

¿Dónde encontráis un punto en común entre todos? ¿Es el rock americano de los 90 el que más os ha marcado?

– Es probable que sea el punto donde más coincidimos. Después cada uno mete sus matices.

 

¿Algo que os haya cambiado la visión de la música últimamente o siguen siendo los sonidos, los artistas que descubristeis como adolescentes los que os siguen marcando?

– Cuanto más tocas por ahí, cuanta más gente conoces, cuantas más canciones haces, más te das cuenta de que no sabes nada. Al final el “esto es lo que voy a hacer a partir de ahora” se vuelve un “esto es lo que NO voy a hacer a partir de ahora”. Como todo en esta vida, casi todo está sucio y tiene su precio. Hemos aprendido a disfrutar de la música y todo lo que hay a su alrededor, aun en estos casos, haciendo complicados ejercicios de filtro que hemos tenido que aprender a las malas a lo largo del viaje. A pesar de todas las decepciones y todos los baches, hemos conseguido ver la esencia, y podríamos decir que hoy por hoy somos felices.

 

¿Conseguís vivir de la música o tenéis que compaginarlo con otros trabajos?

– Creo que solo hay una manera de vivir de la música hoy en día y es haciendo lo que hay que hacer. Nosotros hemos decidido pasar de esta filosofía y, de la misma manera, aceptamos que tendremos que compaginar la música con nuestros trabajos. A cambio conseguimos la libertad suficiente para poder hacer y deshacer a nuestro antojo, y eso es más que suficiente.

 

¿Se nota en ello la turbulenta situación actual? ¿Y tiene o tendrá reflejo en vuestras canciones? ¿Es un tema al que los grupos no deben escapar?

– Todo influye, y escapar de la realidad que nos rodea sería como escapar de la vida misma. Creo que al final todo se cuela aunque uno no quiera. Las vivencias están ahí y, de una manera u otra se ven reflejadas en todo lo que hacemos.

 

Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en el mundo de la música?

– No creo que sea una anécdota, pero es muy reciente. El 8 de febrero estaba en casa preparándome la cena mientras tarareaba una canción de una de las personas que más me ha influido tanto en lo musical como en lo personal de un tiempo a esta parte. No recordaba bien la letra, solo la melodía general y una frase “…barro tal vez”. Yo aún no lo sabía pero Luis Alberto Spinetta fallecía en ese mismo momento a 11.000 km. de aquí. Al enterarme. Inmediatamente volví a la canción y decía así: “…si quiero me toco el alma pues mi carne ya no es nada. He de fusionar mi resto con el despertar aunque se pudra mi boca por callar. Ya lo estoy queriendo, ya me estoy volviendo canción. Barro tal vez…”

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