PORTRAIT
Portrait, con la ayuda de sus amigos
Empezó por casualidad, sin mayores pretensiones. Cuatro años después de grabar su primer EP, Self, Carlos y Alejandro –quien responde a esta entrevista- regresan ahora como quinteto con un primer álbum, Today Is The Day, que ellos dicen que suena como lo que les gusta -Elliott Smith, The Jayhawks, The Beatles, The Divine Comedy, Wilco, The Elephant Band, Free Serena, Tracy Bonham…-, aunque no siempre.
Para muchos que no conocen vuestro primer EP, ésta es vuestra primera referencia. ¿Podéis contarles cómo llegasteis al mundo de la música?
– Llegamos de rebote. Carlos ya tenía unas cuantas canciones compuestas cuando nos conocimos en la casa de José Viqueira, cantante de Free Serena. Yo estaba grabando una demo con el proyecto personal de Rafa de los Arcos, el batería de Manos de Topo, y Carlos en los descansos se animaba a tocar sus temas. Charlamos sobre gustos musicales, lo animé a preparar un poco más los temas y, tres meses más tarde, teníamos Self, un EP grabado en Abrigueiro con Arturo Vaquero a salto de mata, sin intención alguna de llegar a hacer nada más.
¿Qué artista, disco o hecho fue el que os decidió a hacer esto?
– Estoy seguro de que Carlos te diría que Free Serena es, sin duda, el motivo ya no de haber grabado sus primeros temas, sino de sentir interés en tocar a la guitarra los temas de Evan Dando (Lemonheads) y Elliott Smith. Por mi parte, fue más el hecho de conocer a Carlos y descubrir que nadie se había interesado seriamente en apoyarlo para sacar esos temas adelante.
¿Qué conseguisteis con aquel primer EP?
– Lo que se consiguió fue tener la experiencia de estar en un estudio de grabación y, de alguna manera, sentirnos ‘músicos’. En esto último tuvo mucha culpa Arturo Vaquero. Ni Carlos ni yo tenemos formación musical alguna y todo aquello era como entrar en un capítulo de Star Trek… (Arturo además es un trekkie reconocido)
Lleváis ya unos años en el mundo de la música. ¿Cómo ha sido vuestra evolución como grupo en este tiempo?
– Los gustos musicales de cada uno de nosotros confluyen en la música que hacemos, pero la evolución ha sido lenta o, quizás, inconstante. Todos tenemos nuestros trabajos al margen de la música, y el tiempo libre que nos queda es muy limitado. Nunca hemos estado viviendo todos en la misma ciudad, y la situación personal de cada uno no nos ha permitido vivir el grupo con más intensidad. Para bien o para mal, seguramente todo esto ha marcado la manera de afrontar el proyecto.
El grupo también ha sufrido cambios en la formación hasta llegar a ser un quinteto. ¿Podéis comentarnos cuáles han sido y qué ha ganado y perdido la banda con ellos?
– Empezamos siendo dos. No había intenciones de ir más allá, pero cuando grabamos el EP Self una canción nos pedía una batería a gritos. Esa batería la grabó José Viqueira, y fue entonces cuando decidimos incorporarla al grupo. En principio pensamos en Javier Enríquez (también ex-Free Serena) pero en aquel momento el windsurf lo tenía absorbido, así que creo recordar que a Carlos le comentó un amigo que conocía a un batería muy majete que se acababa de quedar sin grupo y que seguramente congeniaríamos. Una vez incorporado Fernando al grupo, nos dimos cuenta de que los temas perdían ‘inocencia’ y necesitaríamos añadir ‘algo’ para compensarlo. Los coros se empezaban a echar en falta y se necesitaban arreglos más cuidados: Elena nos aportó las dos cosas ella solita con su voz dulce y el nivelazo que tiene como pianista. Sólo seguíamos cojeando a la hora de dar más intensidad en ciertas partes de algunas canciones. Conocer a Sara (Árbol, Manos de Topo) ha sido todo un lujo; ensayar y tocar con una profesional de la música como lo es ella es un privilegio del que estamos realmente orgullosos y agradecidos. Ella se encargó con su violín de enriquecer los arreglos y terminar de redondear los temas. Hace ya casi un año se tuvo que mudar a Barcelona y, a pesar de intentar mantenerse en el grupo, se hizo imposible cuadrar los fines de semana libres y nos tuvo que dejar. Desde hace tres meses nos acompaña Cecilia, violinista y profesora de instituto, ahí es ná. En tiempo record se ha preparado los temas y ya estamos presentando los temas del disco como grupo bien definido. Ahora esperemos que no haya más cambios y podamos preparar los conciertos con la calma necesaria.
¿Por qué han pasado cuatro años desde Self hasta llegar a editar vuestro debut?
– En principio porque en ningún momento se nos ocurrió que llegaríamos a grabar nada más. Después de que la ‘familia’ creciese sí empezamos a plantearnos la posibilidad de grabar algo. La primera intención fue grabar un EP de siete canciones como carta de presentación más seria para ver hasta dónde se podía llegar y así lo hicimos, pero el resultado nos obligó a grabar a posteriori otras dos canciones más y así completar el disco que nos ofreció editar Ernie Records. Esto junto a unos cuantos altibajos y crisis varias son los responsables de que haya pasado tanto tiempo.
Tenéis suerte que ha habido un sello interesado en editar vuestro disco. ¿Cómo veis la situación para los grupos que quieren editar su primer álbum? ¿Pensasteis en la autoedición?
– Por supuesto pensamos en la autoedición. Es algo en lo que, personalmente, creo que deberían pensar todos los grupos noveles y también los no tan noveles. Las ganas muchas veces superan ciertas barreras que están estipuladas dentro del mundo de la música que en realidad no existen. De hecho ahora, gracias a internet, los oyentes tienen más poder para dar el ‘sí’ a ciertos grupos a los que la industria les ha dado el ‘no’. En nuestro caso, al ver que con las previas del EP que en principio queríamos editar, un sello se interesa y apuesta por ti, es algo que es difícil rechazar. Estar dentro del organigrama de un sello familiar como es Ernie te facilita mucho todo lo referente a lo que no suele gustarnos como grupo y, por otro lado, te da la confianza necesaria para comentar todo lo que no te guste.
Tras la experiencia de grabar todo un disco de larga duración en un estudio, ¿qué es lo que no repetiríais la próxima vez?
– El mayor problema, al margen de haber tenido que grabar esos dos temas después de tener ya finiquitados los que creíamos que iban a ser los que completasen el EP, fue la falta de planificación. Si tenemos la suerte de grabar un segundo disco, la pre-producción es algo que tenemos en mente como prioritario.
Creo que la mejor definición de vuestras canciones sería la de pop acústico con melodías directas. ¿Qué os parece?
– Pues todo un halago. Lo de las melodías directas es algo con lo que no contábamos pero nos agrada que, al final, vayan saliendo a flote en medio de los arreglos.
¿En dónde encontráis la inspiración para los textos?
– Historietas que te vienen a la cabeza, sin más. Aunque el amor y el desamor suele aparecer en algún momento en todas las canciones, no creo que haya un hilo conductor muy definido. A Carlos le inspiran sus viajes y su novia, así que supongo que definitivamente no hay una única fuente de la que tirar para escribir las letras de las canciones…
En el grupo hay seguidores de The Beatles. ¿Dónde diríais que está su influencia?
– A Carlos siempre le han gustado mucho The Beatles pero, como suele decir, no es ni de Lennon ni McCartney, sino de Harrison. Sinceramente, no podría decirte dónde sí y dónde no está la influencia. Casi todos los grupos beben, quieran o no, de algo de The Beatles, están ahí, es inevitable.
¿Y la letra de “The Grapes”?
– En prácticamente todos los conciertos Carlos aprovecha para fardar de haber estado en Liverpool y cuenta de dónde viene la canción. Según parece en The Cavern no se permitía beber alcohol, así que después de los conciertos, Lennon y compañía se iban a tomar unas pintas a este local donde hoy en día se siguen contando anécdotas sobre ellos. Pues bien, Carlos estuvo allí y pudo disfrutar de primera mano de unas cuantas de estas anécdotas y, voilà, “The Grapes” lista para homenajearlos.
¿Es “Free Serena” un homenaje al grupo? ¿Por qué?
– Sí lo es, sí. Como dije antes Free Serena es y sigue siendo esencial en la formación del grupo, y no podíamos dejar pasar la ocasión de repescar a José para cantar un tema. Finalmente la cantó y, como ya había pasado en Self también tocó las percusiones correspondientes. La canción es una adaptación de una canción de Free Serena que siempre nos había gustado; le cambiamos la letra, los acordes y el tempo, pero le mantuvimos el nombre del grupo que la y nos inspiró.
Me gustan “Old Friend” y “Mary”. ¿Qué nos podéis contar de esas dos canciones?
– “Mary” lleva con nosotros mucho tiempo ya y es la declaración de amor de Carlos a su novia. Sé que esto va a desilusionar a muchas fans, pero así es… “Old Friend” es relativamente nueva y es una reflexión sobre la falsa amistad, gente que recurre a ti sólo cuando tiene problemas y le han fallado el resto de sus ‘amigos’.
¿De qué canción habéis quedados más contentos?
– Esto es como decir cuál de tus hijas es la más guapa… Quizás “Today Is The Day”. Aunque no queramos, estamos bastante influidos por las opiniones de la gente que ya ha escuchado el disco y suelen coincidir en esto.
¿Cuáles han sido las colaboraciones en el disco y cómo han contribuido al sonido?
– No sé si se puede considerar una colaboración, pero los violines, que están grabados por Sara, quien ya no toca habitualmente con nosotros, son parte esencial de nuestro sonido. El resto sí han sido colaboraciones al uso. Miguel Trompy grabó la trompeta de “Today Is The Day” y le dio ese puntito que le faltaba a la canción. David (Trampoline) hizo los coros de “My Window” cambiando la tónica general de las armonías vocales del disco. Iván (Donatore di Groove) contribuyó con un moog en “Try To See It My Way”; su arreglo nos recuerda a Barrio Sésamo, quedó muy, muy original; Ricardo Rodríguez (Holywater) aportó el único guiño guitarrero eléctrico del disco en “The Bends”. José Viqueira (Free Serena) cantó y se encargó de las percusiones en el tema que cierra el disco, grabado en directo. Es un recuerdo de cómo empezó todo. Y el propio Pancho Suárez (Los Neoprenos), contribuyó con un xilófono en “Old Friend”. A Pancho le debemos la grabación, producción y masterización del disco y haber podido incorporar los dos temas que completaron el disco sin demasiados problemas a pesar de haberlos grabado en estudios diferentes, es un crack.
Me gusta la portada. ¿Quién la ha hecho y qué pretendía recoger?
– La ha hecho un buen amigo, David Sierra (www.dsierra.net). Estuvo junto a otros amigos de “El Valle” cortando y doblando papelitos no sé cuánto tiempo, un trabajo de chinos. Y las fotografías del resultado final las tomó Xabilin. Lo que creo que quería plasmar es el ambiente del disco y resumir lo que somos como grupo, pero sin duda nos tiene demasiada estima, el diseño es precioso. A todo esto, podéis buscar en medio de la nube todos los instrumentos que aparecen en el disco, bombo incluido.
¿Cuáles son los objetivos que os habéis planteado a medio y largo plazo?
– A medio plazo, tocar todo lo que podamos e intentar entrar en el cartel de algún festival este verano. A largo plazo, grabar otro disco si es que todo va bien y seguimos ilusionados como hasta el momento. Disfrutar tocando juntos es esencial. Cuando empecemos a perder la ilusión será el momento de replantearse todo esto y decidir qué hacer. Somos amigos y eso es lo que queda.
¿Cómo os tomáis lo de vivir de la música: con resignación, como hobby…?
– Vivir de la música ni siquiera me lo planteo. Por supuesto que ahora tenemos que involucrarnos un poco más, tener mayor disponibilidad para los ensayos y las actuaciones, pero no deja de ser el mejor hobby que tenemos. Elena y Cecilia son las únicas con estudios musicales; de hecho, Cecilia terminó la carrera de violín y es profesora de música en un instituto, así que de ella sí podemos decir que “vive de la música”.
Por último, ¿cuál ha sido hasta ahora la mejor anécdota como grupo?
– Pues creo que nuestro primer viaje como grupo, cuando todavía éramos cuatro, sin violín, se puede calificar todo él como una gran anécdota. Fuimos en autocaravana hasta Suances, Elena se empapó de calimocho en un frenazo en un cruce, nos quedamos sin gasolina y fuimos en dos grupos en busca de una gasolinera en medio de la noche, y nos pagaron con unos chuletones y lenguados que no nos cabían en los platos…