PLAGIOS EN EL ROCK 2
Plagios en el rock: ¿todo parecido es pura coincidencia?
Es difícil ser original cuando la cantidad de acordes son limitados o la inventiva se queda corta. No es algo nuevo: a lo largo de la historia del rock lo de utilizar la música de otros para crear canciones que se firman como propias ha sido, digámoslo así, bastante habitual. Podemos considerarlo influencias u homenajes, en el mejor de los casos, o plagios en el supuesto más común. Eso sin tener en cuenta el tan concurrente sampleado o muestreo signo de los tiempos desde hace ya más de lo que podamos recordar, más difícil de identificar aún. Desde hace tres años, la web similarrock.com se encarga de ponerlos en evidencia. Recogemos aquí alguno de los más señalados en dos entregas, ayer y hoy.
Más copiadas
Algunos clásicos son retomados por distintas generaciones. “Heroes” de David Bowie encuentra su reflejo en más de una canción como, por ejemplo, “Sister Sister” de Baxter Dury, “Alférez provisional” de Los Punsetes, “All I Want” de LCD Soundsystem o “La edad de oro” de Loquillo y los Trogloditas. Por su parte, el Canon en Re Mayor de Pachelbel se puede rastrear claramente en The Farm (“All Together Now”), Green Day (“Basket Case”), Los Pop Tops (“Oh Lord, Why Lord”) o Joe Jackson (“Hometown”), entre otros muchos.
Puede que la canción más retomada una y otra vez sea “Good Times” de Chic, que sirvió para componer, entre otras, “Another One Bites the Dust” de Queen, “Rapture” de Blondie, “Hot Hot Hot!!!” de The Cure, “Wot” de Captain Sensible o “Rapper’s Delight”, la primera grabación de rap que llegó a las listas de éxito, interpretada por el trío The Sugarhill Gang. También llamó la atención en su día que una misma canción suscite cuatro denuncias: así sucedió con “Viva la vida” de Codplay, acusado de plagio por Joe Satriani (“If I Could Fly”), Cat Stevens (“Foreigner Suite”), Alizée (“J’en ai marre”) y Creaky Boards (“The Songs I Didn’t Write”).
The KLF
Sin embargo, el premio gordo en esto de la copia descarada se lo merece uno de los grupos más imprevisibles de la historia del rock, The KLF, a quienes no les pareció suficiente una canción, así que construyeron todo su álbum What The Fuck Is Going on sobre la base de “Dancing Queen” de Abba. El grupo sueco, a través de su compañía discográfica y de su mánager, probablemente incómodos por el título del álbum, les pidió que retirasen todas las copias del disco y se destruyan.
Ni cortos ni perezosos, Bill Drummond y Jimmy Cauty metieron todas las copias existentes aún no vendidas de su disco en el maletero de un coche y se embarcaron en un ferry rumbo a Suecia junto a un periodista del New Musical Express, con la idea de convencer a los componentes del grupo nórdico más famoso de la historia del pop.
Al no conseguir ni tan siquiera aproximarse a ABBA, les enviaron un mensaje en forma de disco de oro a través de una prostituta sueca. En el viaje de vuelta hacia el ferry, encontraron un idílico bosque en el que prendieron fuego a la mayoría de copias del disco -otra pequeña parte la tiraron por la borda del ferry y las 150 copias restantes se las quedaron, por lo que pudiera pasar-. La humareda que se levantó atrajo la atención de un granjero armado que la emprendió a tiros con ellos. En su retirada, aún tuvieron tiempo de hacer unas fotografías que les servirían para la portada de su segundo disco.
Poco después, los representantes de ABBA accedieron a retirar los cargos de la denuncia interpuesta siempre que no se fabricasen más discos. The KLF aceptaron y, acto seguido, editaron una versión censurada de su disco sin los fragmentos polémicos y con largas partes en blanco, aunque con instrucciones sobre cómo recomponer el disco original. Además de no arrepentirse lo más mínimo, para su siguiente single, “Whitney Joins The JAMs” (“Whitney se une a The JAMs”) utilizaron numerosos samples de Whitney Houston de nuevo sin permiso. Imposible pensar en una forma de actuar más irónica y contundente.
Burning vs. The Shangri-La’s
Uno de los casos más significados en España fue el de “Es especial”, canción que Burning incluyó en su disco Bulevar de 1980 y que se editó también como single, tema que siempre formaba parte de la parte final que con “Mueve tus caderas” y “Johnny B. Goode” cerraban los conciertos de Burning, al menos hasta la muerte de Pepe Risi.
Aunque en el disco venía acreditada como una canción de Burning, “Es especial” no era sino una versión de “Give Him a Great Big Kiss” compuesta por George ‘Shadow’ Morton, manager del grupo vocal femenino de pop norteamericano The Shangri-La’s, para que fuera cantado por sus representadas.
Según Ricardo Moyano García en su libro Burning, veneno del rock, el grupo de La Elipa conocía la versión de Johnny Thunders en su disco en solitario So Alone (1978). El ex guitarrista de los New York Dolls no había acreditado a su autor, sino que había declarado los créditos a nombre de unos supuestos “Catside, Parsons, Tate”. Burning no sabía quiénes eran exactamente pero tampoco es que se preocupasen mucho por averiguarlo.
Cuando remitieron la lista de canciones de Bulevar a su discográfica, dejaron en blanco la autoría de este tema para que esta lo consultase con la SGAE. De acuerdo con el grupo, su sello no se preocupó -lo cual parece bastante chocante- y adjudicó la canción a los tres líderes de Burning, Risi, Toño y Johnny.
Tanto Thunders como Burning habían alterado la letra sin autorización. En los discos en vivo posteriores, Burning siguió sin atribuir la autoría a Morton: en el álbum En directo (1990) la cuestión se despachó con un ‘versión Burning’, y en el disco de homenaje a Risi Una noche sin ti (1998) se atribuyó el tema además de los tres citados componentes de la banda a Víctor Manuel Fernández y Ángel Sánchez Ríos (es decir Manolo y Lito, el resto de la formación en ese momento).
Ya en 2007, cuando la ex Shangri-La Mary Weiss regresó a la música con un disco en solitario, Carlos Rego le preguntó en esta revista (abril 2007, número 237) si conocía la versión exitosa que había hecho un grupo español. Ella se mostró sorprendida: “No, no lo sabía, tendré que investigar”.
La chica de ayer
Este parecido más que razonable fue descubierto por Carlos Abraxas, de la tienda de discos Melocotón (Madrid) cuando un día se encontró en el cajón de saldos de su tienda con un disco del argentino Piero en el que se incluía la canción “La caza del bisonte”. Atraído por su seductora portada, de claros tintes neo-psicodélicos, decidió escucharlo, llevándose una monumental sorpresa al descubrir su parecido con el clásico “La chica de ayer” de Nacha Pop. La canción original había sido compuesta por los cantautores italianos Oscar Prudente (autor de la música) e Ivano Fossati (autor del texto) para Gianni Morandi, quien en 1975 la había editado bajo el título “La caccia al bisonte”.
Es poco probable que esa rara edición original de Morandi de 1975 (publicada en single y LP tanto en Italia como en Argentina) llegase a manos de Antonio Vega. Más razonable resulta que este hubiese podido encontrarse con la versión castellana que del tema en cuestión haría poco más tarde (1976) el cantante italo-argentino Piero, y que tanto en LP (Y mi gente dónde va) como en single (cara B de “En un mundo de fruta encendida”) y bajo el título de “La caza del bisonte”, sí que fue editada en España por Zafiro.
Otro dato llamativo aparecía al reparar en el texto de las dos canciones: el uso en ambas de una estrofa parecida -“la luz de la fogata nos alumbrará” de Piero y “la luz de la mañana entra en la habitación” de Nacha Pop-, no hacía más que recalcar su sorprendente parecido.
Oasis
Más que conocidos son los plagios de Led Zeppelin en sus inicios, ya documentados profusamente en esta página. Pero hay otra banda británica a la que los parecidos sospechosos -muchos de ellos confirmados- les salen casi por cada una de las canciones que han grabado, con páginas webs que no dejan de poner en entredicho las habilidades compositoras de Noel Gallagher.
Los préstamos del grupo empezaron a ser evidentes ya con su segundo single: “Shakermaker” recordaba a una canción editada en 1971 por el grupo The New Seekers titulada “I’d Like to Teach the World to Sing”, que se hizo muy conocida por aparecer en un anuncio de Coca-Cola. Los compositores de la misma (Roger Cook, Roger Greenaway, Bill Backer y Billy Davis) demandaron a Oasis y lograron que un juez condenase al grupo inglés a pagarles 500.000 dólares. Cuando le preguntaron a Noel Gallagher por el tema, además de asegurar que la inspiración de “Shakermaker” no la había sacado de “I’d Like to Teach the World to Sing” sino de “Flying” de The Beatles, respondió irónicamente que “ahora todos en el grupo bebemos Pepsi-Cola”.
Poco después, “Whatever”, el single que publicaron entre su debut y su segundo disco, encontraba algo más que su inspiración de “How Sweet to Be An Idiot”, canción que uno de los componentes de los Monty Python, Neil Innes, había publicado en 1973. Después de interponer la correspondiente demanda, logró que se le acreditara como autor, además de un suculento botín monetario.
Para su segundo álbum, (What’s the Story) Morning Glory, Oasis contaba con el tema “Step out” que iba a ir incluido en el mismo. De hecho, circuló una primera tirada de promoción dirigida a los medios de comunicación en la que aparecía el tema en cuestión. Curiosamente, cuando se editó el disco el 2 de octubre de 1995, el tema no aparecía entre sus 12 canciones. Lo que había sucedido es que más de un periodista había reconocido su enorme parecido con la canción de Stevie Wonder “Uptight (Everything’s Alright)” y se empezó a correr la voz. Aunque se retiró del disco, tras la amenaza de demanda el grupo decidió acreditar a Stevie Wonder como coautor del tema de Oasis (junto a sus otros autores, Henry Cosby y Sylvia Moy), apareciendo así finalmente en la cara B de “Don’t Look Back in Anger” y, posteriormente, en su disco en directo Familiar to Millions.
En ese mismo disco, Noel Gallagher cantaba al final de “Hello” el estribillo del éxito de 1973 de Gary Glitter “Hello, Hello I’m Back Again” sin acreditar a su autor. Por ello, en 1999 Glitter inició acciones legales contra el grupo, lo que le supuso 200.000 libras por infracción de los derechos de autor. Desde entonces, como coautor del tema, ha recibido más de un millón de libras.
Si “Cigarretes and Alcohol” tomaba el riff de “Get It on” de T Rex, por su parte “Don’t Look Back in Anger” contenía ciertos pasajes de “Imagine” de John Lennon. Mientras que el propio Noel Gallagher reconocía que “The Swamp Song” le debía mucho a “On the Road Again” de Canned Heat, “The Turning” era una fotocopia de “Devil Woman” de Cliff Richard y “(Get off Your) High Horse Lady” tenía la misma melodía vocal y la estructura que “Hi-Heel Sneakers” de Tommy Tucker. Podríamos seguir enumerando una tras otra, pero casi es mejor dejar que el lector las escuche si se siente con el arrojo necesario y vaya descubriendo esas ‘inspiraciones’ una tras otra. Al menos el juego le resultará entretenido.