PAVEMENT
Pavement, inclinados y encantados
Rebobinemos. 1989: Stephen Malkmus (por aquel entonces S.M.) y Scott Kannberg (entonces Spiral Stairs) crean un proyecto para grabar tres EPs de edición limitada a razón de uno por año hasta 1991 –Slay Tracks (1933-1969), Demolition Plot J-7 y Perfect Sound Forever-, con The Fall como máxima influencia negada y The Replacements como máxima influencia reconocida. Grabados en el estudio casero de su vecino y antiguo hippie Gary Young, su sonido se convertirá en el epítome de aquello que se conocerá como lo-fi en los años venideros. Este fin de semana los podremos ver como gran reclamo del Festival Primavera Sound.
1999: El 20 de noviembre de aquel año Pavement da su último concierto como grupo. Es en el Brixton Academy de Londres y allí su cantante y principal compositor Stephen Malkmus comparece con unas esposas en su micrófono diciendo: “Esto simboliza lo que ha sido estar en esta banda todos estos años”. A continuación, le pone fin al grupo: “Éste es nuestro último concierto. Gracias por habernos seguido todo este tiempo”. Dos semanas después, su discográfica emitía un comunicado en el que anunciaba que Pavement se retiraban para: 1. Formar familias. 2. Navegar alrededor el mundo. 3. Meterse en la industria de los ordenadores. 4. Bailar. 5. Conseguir algo de atención.
En esos 10 años, más concretamente desde 1992, en el que la banda se configura como quinteto tras la marcha de Gary Young -con Stephen Malkmus, Scott Kanberg, Mark Ibold, Steve West y Bob Nastanovich-, hasta ese abrupto final, el grupo da cientos de conciertos, graba cinco discos –Slanted and Enchanted (1992), Crooked Rain, Crooked Rain (1994), Wowee Zowee (1995), Brighten The Corners (1997) y Terror Twilight (1999)- y se convierte en el paradigma del rock estadounidense independiente de los 90.
Avancemos hasta el presente. 2009: El grupo anuncia una gira de reunión, tras un par de años de rumores, una vez solventadas las reticencias de Stephen Malkmus, la principal causa de su separación diez años atrás. Finalmente, sólo hubo que marcar un teléfono para que la gira se hiciera realidad. Y como disculpa, la celebración del vigésimo aniversario de su formación y del décimo aniversario de su última actuación… aunque, da igual, en realidad haya que sumarle un año más. En un tiempo en que Pixies, Dinosaur Jr. y Lou Barlow (el factótum de Sebadoh) llevan un tiempo de vuelta en la carretera, parece que el rock americano independiente de los 90 haya vuelto para reclamar su sitio… o para quedarse para siempre. Al habla con Bob Nastanovich, el percusionista del grupo.
Para empezar, ¿cómo recuerdas ahora, desde la distancia, vuestros 10 años como Pavement?
– Pues ya hace bastante tiempo de todo aquello. Ahora, para retomarlo, hemos tenido que ensayar bastante e intentar descubrir cómo hacerlo todo de nuevo otra vez. Hemos estado juntos en Oregón ensayando sin descanso durante más o menos ocho días y hemos vuelto a aprender otra vez unas 35 canciones de Pavement. Ahora tenemos muchas ganas de empezar la gira de reunión en unas pocas semanas y ver cómo va. Hasta el momento todo el mundo está muy contento con nuestro progreso desde que nos hemos vuelto a encontrar.
¿Habéis sentido durante este tiempo algún tipo de nostalgia por lo que vivisteis en su momento?
– ¿Nostalgia? Sí, bueno… Ha pasado mucho tiempo, aunque la mayor parte de nosotros hemos seguido en contacto como amigos. Todos los demás, menos yo, que sólo he colaborado esporádicamente en otros proyectos como Silver Jews, Tall Dwarfs o Palace Brothers, han tenido sus proyectos: Mark Ibold en Sonic Youth, Stephen Malkmus tiene su grupo The Jicks, Scott Kanberg en Preston School Of Industry, Steve West es albañil y tiene su grupo Marble Valley… Realmente no parece que hayan pasado diez años en el momento en el que empiezas de nuevo.
En España vuestra gira recalará en el Festival Primavera Sound. ¿Lo conocéis? ¿Sois conscientes de que hay mucha expectación con ese concierto?
– Mark ha estado ahí con Sonic Youth y todos hemos oído cosas muy buenas del Festival. Nuestro último concierto en España en 1997 quedó frustrado en el Festival de Benicassim por la tormenta que nos impidió tocar la noche en que se cayó el escenario, ya que éramos el último grupo previsto, así que os debemos un buen concierto. ¡Ya hace bastante tiempo desde aquello! Lo que haremos será tocar canciones de Pavement que suenen bien en un gran recinto al aire libre para dejaros a todos satisfechos. También tenemos tres o cuatro versiones que podemos interpretar en cualquier momento si así lo decidimos para divertirnos (por ejemplo, a Stephen le gusta hacer “The Killing Moon” de Echo & the Bunnymen, alguna de Creedence Clearwater Revival o “Good Times Roll” de The Cars) pero no creo que hagamos ninguna en esta ocasión.
¿Hay algo o alguna canción que la gente os haya estado pidiendo desde que conoce que salís de gira?
– Pues nos han pedido cosas muy diversas. Creo que hemos seleccionado canciones muy distintas, desde nuestro primer disco hasta el último, aunque se podría decir que hay más de las antiguas, de Slanted and Enchanted y Crooked Rain, Crooked Rain, algunas de Wowee Zowee y Brighten The Corners (1997), y sólo dos de Terror Twilight, si no recuerdo mal: “Spit On A Stranger” y “The Hexx”. Solíamos ser bastante dispersos antes, pero ahora vamos a intentar estar bien conjuntados, profesionales aunque sin ser aburridos.
Pixies estarán también en el festival, así que será una buena ocasión para rememorar el rock independiente de principios de los 90. ¿Los has visto en directo desde que se reunieron de nuevo?
– No. La última vez que los vi fue en un concierto justo antes de separarse y tengo muchas ganas de volver a verlos. He sido muy buen amigo de Kim Deal cuando estaba en The Breeders, porque teníamos un amigo en común, su batería Britt Walford, y también de Tanya Donelly. Son un grupo legendario y será buena oportunidad para renovar nuestra amistad con ellos.
¿Qué otras bandas que hayan vuelto después de un tiempo crees que realmente han merecido la pena? ¿Alguna en concreto en la que os hayáis fijado?
– No se me ocurre nadie que nos haya inspirado. Simplemente es algo que sucede cuando en el mundo hay una demanda para ello. Los seguidores nos quieren ver, así que lo haremos lo mejor posible. Hubo muy buena música entonces, así que supongo que se trata de nostalgia de las nuevas generaciones por ver a grupos de los 80 y 90. Es agradable que el público aprecie a los veteranos como nosotros.
¿Habéis hablado entre vosotros sobre qué debería tener esta gira para ser algo especial? ¿Cuál es el objetivo?
– Por lo de ahora simplemente nos estamos concentrando en los seis meses de gira que tenemos por delante con unos 70 conciertos por todo el mundo, en los que nuestra cita en el Primavera Sound es una de las más destacadas. Intentaremos hacerlo bien y, después, en octubre, cuando acabemos, veremos si hay un futuro. No tenemos un gran plan, sino que lo iremos viviendo semana a semana.
Coincidiendo con la gira se edita el recopilatorio Quarantine The Past: The Best Of Pavement. ¿Habéis colaborado de alguna forma en él?
– No, no hemos tenido nada que ver. Me gusta la parte artística del compacto y, por supuesto, las buenas canciones que contiene. Es una buena forma de que la gente que nos descubra ahora pueda conocer la diversidad de nuestras canciones, los diferentes estilos que hacíamos dentro del espectro del rock’n’roll. Está bien que lo puedan catar en un sólo disco.
¿Habéis pensado en algún momento en editar material raro, inédito o caras B?
– En este momento, el recopilatorio y la gira es todo lo que tenemos en nuestra agenda aunque, por cierto, tenemos nuevas camisetas muy chulas y especiales, je, je.
¿Fue complicado crecer musicalmente en los años en que estuvisteis en activo sin convertiros en un grupo de esos que pueden gustar a las mayorías?
– Nunca nos preocupamos por eso. Lo único que buscábamos en aquellos años era presentarnos a los conciertos; ésa era nuestra mayor preocupación. El hecho de que ahora haya más gente interesada en nosotros lo que quiere decir es que las canciones han conseguido pasar la prueba del tiempo y, cuando alguien que hace música reconoce nuestra influencia, nos lo tomamos como un gran cumplido. Creo que las canciones son todavía relevantes, aunque eso lo comprobaremos con el aplauso del público en los conciertos.
¿No os resulta extraño saber que ahora hay más gente interesada en el grupo?
– Es sorprendente, cuando menos. Nunca pensé que la historia nos fuese a castigar. La crítica y la gente que escribe sobre música siempre nos trató muy bien, así que intuíamos que no iba a haber una reacción en contra nuestra. Puede que sí hubiera un periodo en el que la gente estaba un tanto cansada de Pavement hacia el final de los 90, pero eso pasó rápidamente. Espero que ahora consigamos hacer feliz a la gente y no defraudarlos al mismo tiempo, ya que a veces complicado hacer que nuestro sonido funcione en un gran escenario enfrente a miles de personas. Tendremos que hacerlo más grande, ya que estábamos acostumbrado a tocar para menos público. Será una producción más grande, con más equipo, con un diseño muy bueno para hacer que el espectáculo sea atractivo. A veces el público está muy lejos del escenario para apreciarlo todo, pero esperemos que no suceda así.
¿Cómo veis vosotros la evolución del grupo a lo largo de los cinco discos? ¿Ayudó el cambio de productor en cada trabajo? ¿Buscabais algo diferente en cada ocasión?
– En los discos puedes apreciar varias formas de producción. Poco a poco, el grupo fue aprendiendo más en este aspecto. Al principio, Gary Young era el responsable del sonido. Cuando se marchó, tuvimos que aprender sobre producción y nos fuimos poniendo en manos de gente distinta en cada ocasión, pero creo que los discos tienen una cualidad que ha conseguido que perduren. Como pasaba con cada nuevo disco, en cada ocasión al entrar a grabar, después de la gira, no teníamos una orientación, así que siempre daba la impresión de que se trataba de un grupo nuevo. Después de Terror Twilight yo al menos no tenía muy claro de por dónde podíamos seguir; nos habíamos quedado sin ideas, así que puede que fuese una buena idea dejarlo en aquel momento.
No erais el arquetipo de estrellas del rock. Os interesaban cosas como escalar montañas (Stephen Malkmus), la jardinería o el golf (Scott Kannberg), la cocina (Mark Ibold), la cría del perro tejón (Steve West) o los caballos de carreras, como en tu caso. ¿Fue más fácil sobrevivir así en el mundo del rock?
– Yo sigo metido en el mundo de los caballos de carreras, compaginándolo con tocar la batería en discos de otra gente. Desde luego, cosas así te mantienen más cerca de la realidad y alejado de ese mundo artificial del rock.
En los 90 Internet aún no era un medio para los grupos. ¿Cómo ves la situación para una banda que empieza hoy en día?
– Es mucho más difícil. A principios de los 90 había más discográficas, más relevancia para el underground, más lugares en los que se vendían discos Hoy es más difícil hacer algo de dinero porque no se venden discos, a pesar de que las bandas nuevas pueden utilizar todos los nuevos recursos para conseguir una mayor difusión.
¿Cuál crees que es el legado exacto de Pavement? Si existiese algo así como una historia del rock, ¿cuál crees que sería vuestro lugar ahí?
– No lo sé. Es suficiente con que la gente piense que fuimos uno de los grupos importantes de los 90, que hicimos que aquella década fuese algo más interesante, que se sientan bien cuando ponen nuestros discos, que los disfruten, y que estos conciertos les den la oportunidad de recordar y apreciar uno de sus grupos favoritos de los 90.
Desde 1999 diversos hechos han venido recordando a Pavement como, por ejemplo, su influencia en parte del rock de esta década. Para recordar aquellos años está el documental Slow Century, rodado por Lance Bangs y editado como doble DVD, con todos sus videos e imágenes profesionales y de seguidores de distintos conciertos del grupo. O, también, Perfect Sound Forever: The Story of Pavement, la biografía del grupo escrita por Rob Jovanovic. Todo fue sumando para que hubiera ganas de volver a verlos, aunque muchos aún se preguntan por qué se separaron en primer lugar.
¿Cuál fue la razón exacta para dejarlo hace 10 años: estabais cansados, no sabíais qué dirección tomar o era que Stephen quería hacer otras cosas?
– Fue una combinación de esos tres factores, aunque la razón principal fue que Stephen estaba frustrado con Pavement como banda en todos los aspectos y había perdido su entusiasmo. Fue un proceso extenuante, ya que estábamos literalmente rotos al final de cada gira. Intentábamos ganar dinero con las giras, así que hacíamos demasiados conciertos extra, con lo que se convirtió en un ambiente insano, bebiendo demasiada cerveza, trabajando duro… Estábamos cansados. No fue una sorpresa que se acabara, ya que no sabíamos qué dirección tomar, un poco como con cada una de las giras anteriores. Era momento de parar y hacer algo distinto. En una década editamos cinco discos de los que estábamos orgullosos, recorrimos el mundo dando conciertos y todo el mundo fue feliz con la experiencia. Hemos visto en demasiadas ocasiones demasiadas bandas que han continuado más tiempo del que debieran, grabando discos malos que no iban con su estilo y arruinando lo que habían logrado. Era tiempo de dejarlo.
Ahora que os habéis reunido de nuevo, ¿cómo son las relaciones entre vosotros?
– Es parecido, muy parecido. Por suerte, la mayor parte de las canciones no son muy difíciles. Una de las cosas más importantes en este tipo de regresos es que el batería sea realmente sólido, y Steve, nuestro batería, ha estado practicando durante un mes. Escuchó lo de la reunión el verano pasado y estuvo preparándose desde entonces. Todo ha ido como la seda y espero que escojamos 30 canciones con las que nuestros seguidores estén contentos, porque, curiosamente, hay ahora más seguidores del grupo que cuando estábamos en activo, así que tenemos más gente a la que satisfacer.
¿Hay alguna posibilidad de que Gary Young, vuestro primer batería, toque con el grupo en algún momento?
– Esperemos que sí. Hemos estado hablando con él y tenemos que decidir cuándo, qué y dónde. Diría que en este momento las probabilidades de que eso suceda están en un 50%.
Durante dos o tres años se ha hablado de la posibilidad de esta reunión. ¿Cuál fue el momento clave en que empezó a ser una realidad?
– Todos siempre hemos estado esperando a que sucediera, con la excepción de Stephen, que tiene su propia agenda con The Jicks, con sus discos y sus giras. Algunos en el grupo tienen hijos, así que también tenían otras cosas que les ocupaba el tiempo. Pero el que vio que tenía un hueco entre los discos y giras de su propio grupo fue Stephen. Nuestro mánager planteó la posibilidad de la gira y, ya que los demás siempre hemos estado preparados, simplemente se trató de convencer al más reticente.
Os sirve para celebrar los diez años desde el último concierto y los veinte desde que empezasteis.
– Sí, somos más viejos, así que espero que estemos en forma. Al menos no parecemos… Hay algunos grupos girando cuyos componentes ya tienen más de 60 años. Nosotros estamos en los 40, así que se puede decir que estamos en la mitad de nuestra carrera en lugar de más cerca del final.
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