PAUL WELLER
Paul Weller, disfrutando el momento
Para algunos, la espera ha acabado. Tres años después de Illumination y un año desde su disco de versiones, Studio 150, se editan 14 nuevas canciones de Paul Weller, con el sencillo título de As Is Now –Tal y como es ahora-.
Pero las buenas noticias para quienes ansiaban su regreso no acaban aquí: espoleado por su descanso a la hora de componer, así como por el resurgir de los grupos de guitarras británicos, muchos de los cuales se inspiraron en Paul para coger por primera vez una guitarra, As Is Now es un retorno a lo mejor de su producción en solitario, que tiene a sus discos Wildwood y Stanley Road como sus principales referentes.
“Sentía que necesitaba un descanso a la hora de componer canciones, pero no quería hacer un disco de versiones hasta que no me pareciera que era el momento adecuado”, explica Weller. “Pero al hacer Studio 150 tuve el espacio suficiente como para no tener que preocuparme durante un tiempo. Y, de repente, un buen montón de canciones aparecieron al mismo tiempo”.
El trabajo en As Is Now empezó, como es habitual, con Paul grabando maquetas en su estudio privado, Black Barn. Sin embargo, tras una gira exitosa en primavera, Paul decidió llevar al grupo al estudio inmediatamente para capturar toda su intensidad y su energía.
“Fue lo mejor que pudimos hacer, porque todavía estábamos con la energía de la gira. Además, nos sabíamos las líneas básicas de las canciones porque las habíamos estado ensayando en las pruebas de sonido. Quería capturar esa sensación de energía y excitación al grabar directamente”.
Para la grabación, Weller contó de nuevo con el equipo responsable del sonido de Studio 150. En el estudio de Oasis, la banda (como siempre: Steve Cradock en la guitarra, Steve White en la batería y Damon Minchella al bajo) siguió un régimen estricto de ocho horas diarias durante quince días. Hubo alquimia, la que sale a relucir en una furia no vista desde sus días con The Jam (particularmente en el primer single “From The Floorboards Up”), en el folk bucólico de “On A Misty Morning” o en las canciones de madrugada conducidas por el piano, como en “The Pebble And The Boy”, que recuerdan al disco olvidado de The Style Council Confessions Of A Pop Group.
Pero hay más. El puro punk power-pop de “Come On / Let’s Go,” la balada majestuosa de “I Wanna Make It Alright” o los crescendos de guitarra al estilo Hendrix de “Blink And You’ll Miss It”. Por su parte, “Bring Back The Funk (pts. 1 & 2)” se presta a que la banda se luzca, guiados todos ellos por un líder que admite tener influencias tanto de Debussy como de John Coltrane, de Parliament como -sí- The Small Faces.
“La gente se cree que me paso todo el día escuchando a The Small Faces”, comenta Weller esbozando una sonrisa. “Pues están muy equivocados: sólo escucho a The Small Faces entre las diez y las doce…”
El resultado es un disco que muestra algo de todas las facetas por las que ha pasado Paul Weller en su trayectoria, sonando de una forma instintiva y, además, sin que parezca parte de otra época.
“Realmente no pensé en cómo sonaban las canciones, simplemente las dejé salir. Pusimos mucho cariño en este disco. “From The Floorboards Up” surgió de algo de lo que Steve White y yo hablamos bastante: que cuando haces un concierto en una buena noche, la música no viene del grupo, sino de la energía del público. Es ese poder el que siempre intentas recoger”.
Forzarse al máximo siempre ha sido el credo musical para Paul Weller. Desde su etapa con The Jam -para muchos, todavía, el grupo más importante de los últimos 30 años-, a través de su ciclo pop con The Style Council, y hasta su carrera en solitario, siempre se ha mantenido fiel al ideal modernista de mantenerse por delante de la multitud. Ahora, con muchos grupos reconociéndole como inspiración, él se presenta con lo que considera su mejor disco en solitario.
¿Y el título, que tiene que ver? “Estaba en Roma con mi novia y fui a ver una exposición de artistas británicos de los 60. Una obra de Eduardo Paolozzi titulada ‘As Is When’, de 1965, me llamó la atención. Me gustó su simplicidad. Nada más que le di un pequeño giro. Para mí, se trata de reconocer que vives el momento y que disfrutas de lo que hay ahí delante de ti”.