OJOS DE BRUJO
Ojos de brujo, la fiesta flamenca
Se presentaron con un asombroso primer disco, Vengue, mezcla de flamenco ortodoxo y otros ritmos. Ahora reinciden con Barí, que presentan el sábado 5 en el San Froilán.
¿Cuál ha sido la principal evolución del grupo desde sus principios y qué cambios ha tenido el grupo?
– Creo que la evolución del grupo ha ido en la dirección que pedía el momento. Ojos de Brujo primero era un grupo de amigos que se reunían, tocaban y se lo pasaban bien. Luego sale hacer un disco. Más tarde pasa a ser un proyecto de banda abierta. Ahora nos auto-editamos para lanzar nuestra música y las nuestras inquietudes artísticas de la gente que nos rodea. En fin, como verás, te hace evolucionar tanto las circunstancias como seguir aquello en lo que crees.
¿Por qué música como la vuestra no tiene acceso a los medios?
– Supongo que si llega a los medios o no será porque lo que hagamos interese o no a los medios. Está claro que esto no es un proyecto estándar, con una referencia X de la casa tal. A partir de ahí, estar o no en los medios depende bastante de que les interese o no lo que contamos. No somos una multinacional con un despliegue de medios indiscriminado.
Supongo que hay mucha gente que andará despistada. ¿Qué anécdotas curiosas os han sucedido en relación con vuestras canciones?
– Una que recuerdo con mucha gracia fue en Bélgica. De repente, Marina empieza a cambiar la letra en un estribillo de forma exageradísima, pero rimando de la misma manera, claro. Allí no se enteraban, pero a mí casi me da un infarto conteniendo la risa.
De vuestras canciones, ¿de cuál estáis más orgullosos y por qué?
– Bueno “Ná en la nevera” siempre la piden. Además todo el mundo se la sabe. De todas formas, es difícil elegir una, puesto que para cada uno alguna en su momento es total. Pero de Vengue, por ejemplo, “Tesoro” es una canción muy dulce, que cuando estoy sólo en casa me gusta mucho escuchar.
Ninguno de los dos discos tiene la producción acreditada a una persona. ¿Es una labor de conjunto?
– Así es: La Fábrica de Colores. Incluso te diría que el segundo es más de conjunto que el primero, ya que había más puntos de vista a la hora de producir, lo que significa más esfuerzo, pero que enriquece el trabajo final.
Además ahora os lanzáis con sello propio. ¿Qué proyectos tiene La Fábrica de Colores?
– Ahora mismo sólo hay ojos para Ojos de Brujo. Aquí todavía hay mucho por hacer, y gracias a eso La Fábrica de Colores es ahora un proyecto real. Pero si es cierto que esto ha acelerado el proceso de dar salida a diversos proyectos que los componentes de la banda tienen en la cabeza. Estos proyectos están en la línea de la investigación personal e histórica de cada uno, y van desde música brasileña con funky (Mesmalua), hasta proyectos de investigación flamenca con música electrónica (Aje Malaje), pasando por proyectos hiper-avanzados del percusionista Xavi Turull, algunos de ellos ya medio grabados (Fula) esperando el momento oportuno. Más adelante, si es posible, la idea es dar cabida a proyectos afines al criterio del colectivo. Pero eso ya es mucho predecir…
¿Qué tipo de música escucháis últimamente? ¿Algún descubrimiento reciente?
– Ahora escucho poca cosa, más que nada por tiempo. Me estoy pillando con la música electrónica que se hace por el norte de Europa. Me pasaron un recopilatorio y me gusta mucho un grupo llamado Boulderdash.
Me da la impresión de que un grupo con orígenes tan diversos debe ser algo caótico. ¿Cómo se controla esto?
– Pues justo al contrario, eso es lo que nos alimenta, además Ojos de Brujo nació de ese caos.
Podéis tocar muchos estilos. ¿Pensáis que alguno no va con vosotros?
– Lo que ahora parece que sí, mañana es no. Creo que si te lo propones, siempre encuentras el camino para disfrutar donde otro disfruta con un tipo de música.
¿Se puede decir que Ojos de Brujo tienen, sobre todo, una base flamenca?
– Sin duda todo lo que hacemos parte de esa base flamenca hacia otros lados. Es lo que define al grupo.
¿Cómo se os recibe fuera de España?
– Pues la respuesta del público fuera de aquí se parece un poco a los primeros bolos de Ojos de Brujo. Al principio es rollo catarsis. Pero cuando van entrando en el directo con temas más asequibles dentro del repertorio, se van calentando y acaban botando en el concierto.
A veces anunciáis también DJs. ¿Ese tipo de fiestas las hacéis a menudo?
– Es bastante habitual que siempre que las circunstancias lo permitan pinche el Panko antes o después de un bolo, incluso ha habido épocas de sound system con gente de Ojos de Brujo.
¿Os molesta que mucha gente os siga sobre todo por vuestros colaboradores?
– La gente que colabora con nosotros siempre es porque la conocemos. Por lo tanto, es gente de la familia y eso no molesta.
¿De cuál de las colaboraciones que habéis hecho estáis más contentos?
– Para mi gusto, cada uno da al tema la categoría de “olé”, lo que le hace subir más. Pero si lo que quieres es que te ponga un ejemplo, lo de Cheikh Lô ha sido toda una experiencia. ¡Ese tío es muy brujo!
¿Cómo surgió la colaboración de Cheikh Lo?
– Pues el primer contacto se remonta a nuestra presentación del primer disco Vengue en la sala La Paloma. En el hervidero que fue ese concierto, en los bises, justo cuando estábamos tocando por aquel entonces el tema “Calé Barí”, subió al escenario a hacer una jam con nosotros por propia iniciativa. A partir de ahí, te puedes imaginar que eso que había salido ese día había que grabarlo en un disco. Y ahí está “Calé Barí”.