NOMBRES ROCKEROS TOMADOS DE PERSONAS REALES (2)
Nombres rockeros tomados de personas reales
Puede que sea tu vecino, tu amigo, tu enemigo, un antiguo profesor, otro músico, un artista, un personaje histórico, un deportista… Que haya sido casualidad, premeditado, consecuencia de lo que aparece en los periódicos del día… El caso es que numerosos artistas del rock han tomado como base para denominarse a otras personas reales -que no eran miembros de su formación-. Y no son precisamente un par. Aquí, en tres entregas (hoy, la segunda) unos cuantos ejemplos de esa extraña sintomatología por la que quien decidió en su día bautizarse artísticamente en homenaje a otro ser tuvo que convivir con ello toda su vida.
Texto: Juan Carlos León y Xavier Valiño
La yonkie Jane Bainter
Jane’s Addiction: A finales de los 80, Perry Farrell vivía con una docena de personas en una casa en Venice Beach, California, una especie de comuna con todo tipo de desenfreno creativo. Una de ellas era Jane Bainter, educada en una universidad privada del nordeste y entonces adicta a la heroína. Casey Niccoli, novia de Farrell, sugirió un nombre para la banda de este, Jane’s Heroine Experience, en la línea de Jimi Hendrix Experience. Pero Farrel no se lo compró… del todo: “Pensé que no era lo suficientemente abierto. Si quieres invitar a la gente a entrar, no debes poner heroína en tu puerta”. Se quedó simplemente en Jane’s Addiction. Bainter, quien también se convirtió en el tema de la canción “Jane Says”, fue finalmente expulsada de la casa.
La Piedad del Vaticano, con Jesús de Nazaré y María
The Jesus & Mary Chain: Los hermanos Reid se han dedicado al despiste durante mucho tiempo respecto al nombre de su grupo: una oferta en un paquete de copos de maíz para el desayuno, un diálogo en una película de Bing Crosby, un collar de oro anunciado en una revista, una cadena de mensajes por carta postal, una orden católica de monjas, un santuario religioso en Grecia o México, un oscuro culto satánico… Todo falso. La verdadera razón era el valor polémico de citar a Jesús y María en su nombre. De hecho, se les prohibió aparecer en varios programas de televisión en los EE.UU. Todo sumaba a la publicidad de la formación, aunque fuese negativa.
Pintura del Jethro Tull agrónomo
Jethro Tull: En la primera encarnación de la banda, no conseguían que ningún club los contratase más de una vez, por lo que cambiaban de denominación cada poco. En una ocasión, su mánager había visto el libro La nueva labranza por medio de la tracción equina escrito por el agrónomo inglés del siglo XVIII Jethro Tull, inventor de una máquina sembradora de tracción animal que impulsó la revolución agraria, y vendió su siguiente concierto con ese nombre. Aunque pensaban que solo sería otro de una larga lista, el dueño del club John Gee los contrató de nuevo… y el nombre se quedó. Moraleja: cuidado con lo que adoptas provisionalmente.
Kings of Leon con sus dos padres, su abuela y su abuelo Leon
Kings of Leon: El padre predicador de los hermanos Nathan, Caleb y Jared Followill, y tío del guitarrista Matthew Followill, se llama Leon. Con él, los hermanos recorrieron Sudamérica de pequeños, cambiando de iglesia cada poco. Pero es, sobre todo, un homenaje al abuelo de los cuatro, un obrero también de nombre Leon. “Era el tipo de persona que nunca conoció a alguien que no se convirtiera en su amigo al instante”, aseguró el cantante Caleb en 2014 al periódico San Diego Union-Tribune. “Es algo por lo que te esfuerzas, pero en él era natural”. Por su parte, Nathan explicó que su abuelo reconoció que no los envidiaba tras asistir a un concierto suyo en Oklahoma: “Me duele mucho el brazo de estrechar tantas manos y la cara de sonreír para las fotos. Os podéis quedar con todo eso de la fama. ¡No es para mí!”.
El profesor Leonard Skinner con un disco de los alumnos a los que solía castigar
Lynyrd Skynyrd: Lo habían intentado con diversos nombres. Una noche, durante un concierto, soltaron desde el escenario el nombre de Leonard Skinner, profesor de gimnasia en el instituto Robert E. Lee High de Jacksonville, que solía castigarlos tanto a ellos como a parte de su audiencia por llevar el pelo largo, expulsándolos o enviándolos al director. El nombre resultó ser un éxito y lo asumieron con ciertos cambios ortográficos para evitar una demanda. Skinner fue reticente al principio, pero había algo especial en prestar nombre a una de las bandas más grandes del rock sureño, así que lo dejó pasar. Incluso llegó a presentarlos en un concierto en su ciudad natal, previo pago de 100 dólares. Faltaría más.
El baloncestista Lucious Jackson
Luscious Jackson: Lucious Jackson ganó una medalla de oro con el equipo olímpico de baloncesto de EE.UU. en 1964 y un campeonato de la NBA en 1967 con los Philadelphia 76ers. Cuando las amigas Jill Cunniff y Gabby Glaser formaron un híbrido de hip-hop y rock, le pusieron el nombre de la estrella de baloncesto, mal escrito adrede. No es el único jugador de la NBA que tuvo tal honor: antes de ser Pearl Jam, Eddie Vedder y compañía fueron Mookie Blaylock, quien en ese momento jugaba para los New Jersey Nets.
El auténtico Marshall Tucker, ciego y afinador de pianos
The Marshall Tucker Band: Marshall Tucker casi vivió 100 años, ya que murió a los 99 el 20 de enero de este año. Tucker nació ciego y desde pequeño aprendió a afinar pianos, tarea que desempeñó en Carolina del Sur durante más de 50 años. Allá por 1972, unos chicos melenudos de la región, amantes del rock sureño, alquilaron un almacén para que hiciera las veces de local de ensayo de su banda, aún sin nombre. Cuando fueron a entrar en el local, vieron que en la llave había grabado un nombre, Marshall Tucker. No sabían quién o qué era eso, pero les gustó como nombre para su banda.
El Thirftway de Montesano, donde Melvins tomaron su nombre de un supervisor insoportable
Melvins: Ya desde pequeño, el pelo indomable de Buzz Osborne fue un reflejo de su personalidad. Establecido a los doce años con su familia en Montesano, una ciudad sin ambiciones en el estado de Washington, conoció en el instituto a Matt Lukin, un bicho raro como él, con quien formaría una banda de rock. Más tarde conocería también a otros paisanos como Kurt Cobain o Krist Novoselic. Osborne comenzó a trabajar como dependiente en Thriftway, una popular cadena de supermercados, donde tendría como supervisor a un tipo bastante desagradable llamado Melvin. Allí conoció a Mike Dillard, otro empleado de la cadena, quien sería la tercera pata que se encargaría de la batería de su banda. Corría el año 1983 y el nombre elegido para la formación fue un ‘homenaje’ a un tipo al que nadie podía ver. Y la verdad es que les quedó muy bien.
Ilustración de la Molly Hatchet del siglo XVII
Molly Hatchet: Parece ser que se la chica se llamaba Abigail, de apellido desconocido, que vivió durante el siglo XVII en la región de Salem, Massachusetts, que se dedicaba a la prostitución y, en sus ratos libres, decapitaba a sus clientes con un hacha, por lo que recibió el apodo de Hatchet Molly (Hacha Molly, o Molly la del Hacha). Tres siglos después, en Jacksonville, cuna del rock sureño setentero, seis hombretones metieron 18 papelitos (a tres por cabeza) en una gorra de John Deere. Cada uno había escrito tres posibles nombres para la banda que estaban formando, y la idea era sacar uno y bautizar a su futuro grupo de rock sureño sin concesiones con el nombre que apareciese. No fue otro que “Molly Hatchet”, y a todos les gustó. O eso al menos fue lo que contó su guitarrista y fundador, Dave Hlubeck. Hoy no queda ningún miembro original de la banda con vida.
Pintura del siglo XVIII del auténtico Paul Revere
Paul Revere and the Raiders: El grupo, formado en 1959, se llamaba Downbeats. Predispuestos a un cambio, optaron por el nombre de su fundador, Paul Revere Dick, aunque eliminando el ‘dick’ (‘polla’). Enlazaban así también con Paul Revere (1735-1818), un patriota estadounidense que se dice que cabalgó cientos de kilómetros en 1775 para advertir a los colonos estadounidenses del acercamiento de las tropas británicas. Para dar más realismo a la relación con él y a su nueva encarnación, The Raiders se vestían con trajes del siglo XVIII.
Los bluesmen Pinkney Anderson y Floyd Council
Pink Floyd: Pinkney Anderson (1900-1974) forjó su carrera como bluesman tocando la guitarra y cantando en diferentes medicine shows, acompañando con sus lamentos a los mejores charlatanes del momento. Floyd Council comenzó a tocar blues durante los locos años 20 y llegó a grabar durante la siguiente década junto al gran Blind Bloy Fuller. Fue precisamente en las notas de un álbum de este último (la compilación Country Blues 1935-1940, publicada en el sello Philips en 1962), donde Syd Barret tuvo conocimiento de su existencia. El escritor e investigador Paul Oliver escribió: “Curley Weaver y Fred McMullen […], Pink Anderson o Floyd Council: estos fueron algunos de los muchos cantantes de blues que se escuchaban en las onduladas colinas de Piedmont, o serpenteando por los arroyos a través de los valles boscosos”. Lo que vino a continuación es Historia.
Sigurrós Elín Birgisdóttir, la hermana de Jonsi de Sigur Ros que les dio nombre
Sigur Rós: Sigurrós es un nombre femenino bastante común en Islandia, formado por la unión de ‘sigur’ (‘victoria’) y ‘rós’ (‘rosa’). Escrito por separado, ha dado nombre a la banda islandesa más exitosa recientemente. Y su origen no puede ser más cercano al grupo, al menos a su cantante Jónsi: es el nombre de su hermana menor, Sigurrós Elín Birgisdóttir, nacida el mismo día que se formó la banda.
La portada de Sloan con la cara de su amigo Jason Larsen
Sloan: Los australianos de Nueva Escocia se fijaron en un amigo común, Jason Larsen, para nombrarse en 1991. El fundador del grupo Jay Ferguson lo recordaba así en una entrevista: “Jason trabajaba en un almacén. Su jefe francés siempre lo llamaba ‘slow one’ (‘el lento’), pero con el acento se convirtió en ‘Sloan’”. Larsen tuvo además la -dudosa- suerte de poner su careto en la portada de su primer EP Peppermint, en 1992.
Boris Yeltsin tomándose un trago a la salud de la banda Someone Still Loves You Boris Yeltsin
Somebody Still Loves You Boris Yeltsin: SSLYBY se formaron en Missouri a comienzos de siglo. Acerca del nombre de la banda, decía Philip Dickey, su batería, que “es una bendición y una maldición. A veces la gente descubre nuestra banda solo por el nombre. Pero también he leído cosas como un periódico de Londres que decía que estábamos destinados a la oscuridad debido a ello”. Gracias a eso viajaron a Ekaterimburgo, conocieron al traductor de Yeltsin y fueron nombrados embajadores culturales en Rusia. Pero no todo iba a ser tan bonito: fueron invitados a una emisora rusa y obligados a aprender la canción favorita de Boris Yeltsin y tocarla en directo. Es lo que tiene hacer canciones tan bonitas como “Let It Sway” o “I Think I Wanna Die”.
El avinagrado general Joseph Warren Stilwell
Vinegar Joe: Joseph Warren Stilwell fue un general estadounidense recordado por su servicio en China y Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. Por su personalidad agria lo llamaban “Vinegar Joe”. Cuando el capo de Island Chris Blackwell buscaba un nombre para su nueva banda con Robert Palmer, Elkie Brooks y su marido Pete Gage, se acordó del Joe Avinagrado. Gage tenía claro que los dardos se dirigían a él: “Stilwell era un nombre bastante patético y poco atractivo. Sin duda era una referencia a que soy demasiado serio, sarcástico y que me impresiona bien poco el estatus de una persona”.
El bluesman ZZ Hill
ZZ Top: A Billy Gibbons le gustaba cómo sonaban las iniciales de los nombres de artistas de blues como BB King y ZZ Hill. Inicialmente iba a llamar a su banda ZZ King, pero sonaba muy similar al artista original. Finalmente se decidió por ZZ Top cuando pensó que lo lógico sería que el rey -king- estuviera en la cima -top-. Además, según le contó a la revisa Goldmine en 1991, entroncaría con una revelación que tuvo al ver dos puertas de madera de un pajar abiertas con vigas colocadas en forma de Z. Sí, tal cual.