NIÑOS MUTANTES
Niños Mutantes, amor en tiempos de cólera
Todo es el momento era, hasta ahora, como el techo para el grupo. ¿Cómo os enfrentasteis a un nuevo disco teniendo eso en cuenta?
– La verdad es que al principio estábamos bastante bloqueados. Nosotros mismos pensamos que Todo es el momento era muy difícil de superar. Creemos que algunas de las mejores canciones de Niños Mutantes están en ese disco. Sin embargo, tras un par de ensayos bastante erráticos y un par de temas que no han llegado a grabarse, empezaron a salir cosas que nos gustaban mucho (“Mi mala memoria”, “La Voz”, “Quién es mejor” o “La Costilla”), nos relajamos, empezamos a disfrutar y salieron todas las demás.
También ha habido un cambio de sello. ¿Qué tuvo que ver para que ficharais por Ernie: el Lolapop y aquella fabulosa actuación en el Pabellón?
– Ja, ja… Estuvimos a punto de fusionarnos con Manos de Topo y hacer los “topos mutantes”. En aquel momento Ernie ya era nuestra agencia de management y el desgaste entre Astro y el grupo era evidente. Ya había el proyecto de crear la discográfica y lo demás cayó por su propio peso. En Ernie son fans de Niños Mutantes desde hace diez años y están contentísimos de poder encargarse ellos de todo. Probablemente es la mejor decisión que hemos tomado en la última década…
Este álbum tiene un sonido muy de directo. Me imagino que fue intencionado. ¿Cómo lo conseguisteis?
– El disco está grabado como si estuviésemos en nuestro ensayo. En una sala de grabación de 40 m2 en un precioso cortijo de la Alpujarra. Todos tocamos e interpretamos en directo. Las canciones, exceptuando las voces, están grabadas en riguroso directo y, a veces, en una sola toma. Si eso no suena a directo, no me imagino otra opción para conseguirlo.
¿Hay también improvisaciones? ¿Por qué?
– No es que las haya, es que al menos dos canciones (“Quiéreme como soy” y “Los Segundos”) están prácticamente improvisadas en el estudio. La razón es que acabamos cansados de producir demasiado y retocar mucho los temas. Eso es lo que hemos hecho siempre y creemos que a veces te cargas el alma de las canciones. Están demasiado pulidas y demasiado ensayadas. Esta vez dejamos de ensayar un mes antes de entrar a grabar. Esto puede parecer una locura, pero en realidad el resultado está ahí y parece que la opinión al respecto es unánime…
Ésta es la primera vez que utilizáis sintetizadores tan claramente. ¿Qué buscabais con ellos y lo habéis conseguido?
– Bueno, siempre nos ha gustado el rock bailable y en Todo es el momento ya hicimos varios guiños a esto, como por ejemplo “Te favorece” con la mandolina eléctrica de Pablo Elastic. Para este disco, y en la línea que comentábamos de cambiar y ampliar conceptos, teníamos ganas de utilizar de nuevo teclados (ya los había en Otoño en agosto y El sol de invierno). Juan se compró un sintetizador para que fuera más versátil, y la verdad es que te da mil posibilidades de arreglos. Hemos intentado utilizarlo con criterio y personalmente creo que en “Las Noches de insomnio”, el single actual, son absolutamente fundamentales… ¡molan!
¿Se puede decir que este álbum tiene mayor relación con el primero Mano, parque, paseo?
– Es curioso, es el sentir general, pero sin embargo nosotros no creemos que se parezcan estilísticamente. Creo que lo que notáis, el nexo de unión entre ambos, es el nivel interpretativo del grupo en cada canción y la improvisación. Ambas cosas las hacíamos en el primero porque no sabíamos tocar y ahora las hemos querido recuperar para Las noches de insomnio, porque hacer música se trata justamente de eso, de interpretar y de improvisar. Lo que pasa es que cuando sabes tocar, eso se complica y para conseguirlo debes inventar y encontrar una metodología al respecto.
¿Es este disco más una colección de canciones que un todo unido por un nexo común?
– Hostia, esta pregunta es complicada… Si a ti te parece que puede ser así, me parece bien. No sé si en un disco tiene que haber un nexo de unión a no ser que te dediques a componer ópera o musicales…Desde mi punto de vista son 13 canciones sobre cómo es la vida y el mundo que les espera a nuestros hijos. Es verdad que estilísticamente hay 3 o 4 palos diferentes, pero a mí eso me parece cojonudo…
Los textos siguen siendo tristes, melancólicos realistas. Dicen que la perfecta ecuación del pop es sonido luminoso y textos tristes. ¿Lo compartís? ¿Es como mejor os expresáis?
– Sin duda. Nunca hemos sabido cantarle a la chispa de la vida. No sé el porqué, no es una postura, es que no nos sale. Creo que Niños Mutantes practica el ‘realismo literario’, si es que eso existe. No creo que seamos tristes, pero sí muy realistas. Para nosotros hacer música es como hacer terapia. Cada canción es una catarsis en la que expresamos lo que sentimos hacia el mundo y nuestras vidas, pero uno no hace terapia por estar feliz, la hace para quitarse de encima los malos rollos. Y eso hacemos nosotros con nuestras canciones.
¿La situación económica y de crispación en la sociedad influye también en las letras?
– Sí, muchas de nuestras letras hablan de eso desde hace años (“Gente normal”, “Oso Polar”, “Las chicas en bikini”, “Días complicados”, “Ayurveda”, etc.). Cada vez más, nos interesa muchísimo ese discurso.
¿Tiene el insomnio más que ver con vuestras recientes responsabilidades familiares o con la vida de conciertos y noches largas?
– No, esas dos cosas provocan sueño. El insomnio tiene que ver con las preocupaciones y con hacerse ‘mayor’. Pero también es un estado de caos y de lucidez en el que a veces se te ocurren las mejores decisiones de tu vida e incluso algunas de las mejores canciones o letras.
¿Qué nos podéis contar de la hermosa portada?
– Que son los verdaderos Niños Mutantes soñando, pensando y viendo como algunos de estos sueños se elevan, se hacen realidad o todo lo contrario, se escapan y desaparecen en el cielo. Y que Celia Arcos acertó al 100% con respecto al tono del disco.
¿Y de lo que estáis haciendo desde vuestra página web con la Guía de audición de Las Noches de Insomnio?
– Bueno, eso está siendo una experiencia acojonante y un ejercicio de humildad muy grande. Imagínate que metes en tu casa cada día a 3000 personas para que opinen sobre tus cortinas o los azulejos del cuarto de baño… Es decir, tanto los comentarios de Juan Alberto, como las Hojas de Producción, son como desnudarnos ante nuestros fans y ante la crítica que quiera leerlo. Tenía su parte de temeridad, pero sin embargo la respuesta está siendo muy gratificante, y conocer y desmenuzar el disco entero con tus fans es magnífico. Las redes sociales están muy bien si sabes utilizarlas inteligentemente.
Editasteis en su momento un disco de versiones. ¿Quién os gustaría que hiciera versiones de vuestros temas y de qué canciones en concreto?
– Hombre por pedir, si lo hicieran Frank Black o Pavement, sería la hostia… ja, ja. No puedes elegir a tus versionadores, debe ser al revés, pero nos gustaría que reinterpretasen nuestros temas si hay calidad detrás de las propuestas y los artistas que se presten a ello. A veces hemos colaborado en discos homenaje con muy poco nivel.
¿En qué momento se encuentra el grupo tras 10 años?
– Nosotros creemos que estamos en el mejor, o al menos en el más sereno y maduro, en el más profesional y el más profundo literariamente. Ahora sabemos tocar y sabemos lo que queremos hacer y lo que no. Lo bueno es que lo que queremos hacer es estar tan colgaos como hace 12 años para Mano, Parque, Paseo…
¿Creéis que estáis en el lugar que os corresponde o pensáis que podríais llegar a más gente?
– Seguramente cada cual está donde le corresponde, aunque esto es muy difícil de asegurar. Si no estamos más arriba, algo de culpa tendremos nosotros y nuestra forma de componer, pero evidentemente luego existe un factor incontrolable, que es el público y los medios. Fenómenos como Vetusta Morla, Los Planetas o Russian Red no son explicables y no se fundamentan sólo en localidad de las propuestas ni en el apoyo de los medios… Es el público el que decide de quien se enamora en cada momento. Al menos en la música alternativa aún sigue siendo así.
¿Ha ido cambiando con el tiempo lo que queréis decir en las canciones o la forma en la que lo decís?
– Sí, ha cambiado bastante. Las letras viscerales y canallas de los 18 años no pueden ser las de ahora. Sería absurdo. El género que más hemos cultivado siempre ha sido el de AMOR desde todas las perspectivas posibles y, en segundo lugar, siempre han estado las letras sobre realismo social. En los dos últimos discos, pero sobre todo en el último, el segundo género le está ganando al primero. Hablamos más del mundo que nos rodea y lo complejo que es que de nosotros mismos y nuestras pequeñas historias. Aunque éstas siguen existiendo y esas historias siguen estando ahí.
¿Qué sigue siendo lo más importante para el grupo?
– El concepto de canción y de grupo y la sencillez en los planteamientos compositivos.
Por último, ¿cuál ha sido hasta ahora la mejor anécdota como grupo?
– Creo que la autorización personal de Robert Smith a la adaptación de “Boys Don´t Cry” es una gran anécdota, sin duda.
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