NICK LOWE 2008
Nick Lowe, curtido en el mejor roble
Es lo que tiene crecer, y además hacerlo con dignidad. “En mi vida he hecho cosas de las que no estoy orgulloso / Y demasiado a menudo he visto cómo mis sueños se convertían en arena / Pero parece que he doblado una esquina”. A su edad, éste es el tipo de cosas que dice Nick Lowe. Y lo hace en su último disco, At My Age, que no en vano hace referencia a los años que gasta.
Ahora, convertido en un maestro del clasicismo pop y la economía de medios, parece que en su caso todo haya sido siempre así, pero no es el caso, aunque siempre parezca haber peinado canas. Hasta llegar a sus casi 60 años (los cumple el próximo mes de marzo), llevados con una dignidad encomiable, no todo ha sido un camino de rosas y no todo han sido tampoco discos gloriosos como este último.
Todo parece, visto ahora, como un camino de aprendizaje, desde que empezara en 1965 con algunos grupos hoy olvidados. Fue Brinsley Schwarz quien lo situó en el mapa y Rockpile quien lo convirtió en un nombre a recordar. También fue el primer artista en ser fichado por el entonces incipiente sello Staff, y, además de grabar con ellos, se convirtió en el productor oficioso de la casa y de la new wave.
Pero Lowe también anhelaba una carrera en solitario, y sus dos primeros álbumes señalaban a un gran compositor de canciones pop (Jesus Of Cool -78-, reeditado este año, y Labour Of Lust -79- que será relanzado en el 2009). Sin embargo, con Nick The Knife (82) iniciaba su larga travesía del desierto, con discos más irregulares regados por abundante alcohol y una década que, como reconocía en una entrevista publicada en esta revista, preferiría olvidar.
La paulatina resurrección vino después de formar parte del supergrupo Little Village (en el 92, junto a John Hiatt, Ry Cooder y Jim Keltner) y tras hacerse millonario al incluirse una versión de su “(What’s So Funny ‘Bout) Peace, Love And Understanding” en la exitosa banda sonora de El guardaespaldas.
Lo que vino después puede equipararse a la serie American Recordings de Johnny Cash, aun sin contar con Rick Rubin: el triunfo de las canciones, de las melodías, de la instrumentación ajustada, de la experiencia, de la voz curtida por los años… Son cuatro discos inexcusables: The Imposible Bird (94), Dig My Mood (98), The Convincer (01) y At My Age (07).
Como también dice en su último álbum, “Incluso si yo, un hombre irresponsable / Que ha malgastado todas las oportunidades que ha tenido / Puede encontrar a alguien que vigile su caída / Entonces debe haber esperanza para todos nosotros”.