NACHA POP 1983
Nacha Pop, magia y precisión
Partieron de la new wave para crear una nueva ola estatal propia sin pretenderlo realmente. Grabaron dos discos esenciales que serán recordados en las próximas décadas (Nacha Pop -Hispavox, 1980, en el que estaba su himno “Chica de ayer”- y Buena disposición -Hispavox, 1982-) y ahora, con cambio de sello discográfico por el medio, presentan Más números, otras letras (DRO). Tras presenciar uno de sus directos en Madrid, Andrés Sánchez Magro y quien esto firma conversamos con tres de sus componentes: Antonio Vega, Nacho García Vega y Ñete (Carlos Brooking se marchó antes de que pudiéramos hablar con él).
¿Cómo veis vosotros vuestra evolución? ¿Se puede decir que es una evolución más de sonido que estética?
– Nacho García Vega (N): Pienso que no. Se trata de una evolución lógica. Cuando hicimos el primer disco, la consigna dentro del grupo era no tener limitaciones y ahí incluimos las canciones que nos gustaban. La distancia que había entre “Chica de ayer” y “Nadie puede parar”, las dos canciones que ya iban en nuestro primer single, era muy grande. Siempre hemos cubierto un abanico muy amplio, que en cada momento nos puede llevar a cualquier lado, dependiendo de lo que nos guste en ese momento. Siempre hemos evolucionado a la hora de hacer canciones en el local de ensayo y no tanto en el sonido, puesto que ya había teclados en nuestros dos primeros discos. La estética de las canciones es distinta a las de antes.
¿Se puede montar un grupo aquí sin pretensiones estéticas?
– Antonio Vega (A): Sin pretensiones estéticas, incluso sin pretensiones de ningún tipo, es muy difícil trabajar en este país. Sólo se puede trabajar si, después de llevar un tiempo, un grupo es capaz de dar una nueva imagen, con lo que la gente empieza a definir algo en ti, a pensar en ti.
Al igual que sucede con The Pretenders, en el caso de Nacha Pop con este tercer álbum se ha hablado de un disco de madurez. ¿Hacia dónde puede ir vuestro cuarto disco?
– A: Lo cierto es que son casos distintos, ya que nosotros no hemos pasado por las circunstancias que han pasado The Pretenders, con la muerte de James Honeyman-Scott y Pete Farndon. Si éste es nuestro disco de madurez, entonces el siguiente será algo así como nuestro primer disco.
Recientemente habéis cambiado de discográfica. Ahora estáis con Discos Radioactivos Organizados. ¿Qué diferencias hay con la situación anterior?
– N: En el momento en que entramos en DRO era el momento idóneo para hacerlo. Puede que no lo sea en un año, pero por ahora las relaciones son más funcionales, más amistosas, más fáciles que las que teníamos con Hispavox, ya que estamos con gente de nuestra edad. Una compañía independiente siempre tendrá más problemas a la hora de distribuir y vender los discos, pero tampoco tenemos en mente vender grandes cantidades, sino que las cosas se lleven bien, y ahí no tenemos ninguna queja. Estamos muy contentos de lo que se está haciendo ahora cara a un posible cuarto álbum.
Entonces, preferís que las cosas se hagan a una escala más reducida, pero con una buena base.
– N: El concepto de una independiente, al igual que en otros países, está bien, pero debe tender a comerse el mercado, a vender muchísimos discos y a conseguir dejar de ser una independiente y lograr lo mismo que una multinacional. Deben de buscar grupos para crecer con ellos, de una forma local pero con ambición. Algunas independientes lo han entendido así, por suerte.
– A: Es muy sencillo. Se trata de que alguien se dedique a lo que le gusta, a algo que siempre le ha llamado la atención, y que lo haga él mismo.
Componéis en castellano. ¿Es fácil para vosotros hacerlo con los parámetros del rock?
– N: El castellano es un idioma diabólico para el rock, muy brusco. Puedes caer muy fácilmente en algo cursi o en algo muy basto, por lo que se trata de trabajar con imágenes, sin decir las cosas directamente. En inglés queda muy bien decir “I love you”, pero en castellano queda mucho peor decir “Te quiero” aunque sea verdad.
– A: Es cuestión de liberarse de una serie de prejuicios y hablar como tú crees que debes decir las cosas y como a ti te suenan bien.
¿Estáis de acuerdo en que Antonio compone canciones introspectivas y de sentimientos agridulces y Nacho es más inmediato?
– A: Ahí arriba, en el escenario, yo juego una baza más personal en mis temas. Me meto más en mis canciones, de una forma más intimista. Por supuesto que no estoy diciendo que el resto del grupo no lo haga así, pero creo que son formas distintas de decir las cosas aunque en el fondo coincidan en el significado.
¿Os veis de alguna forma como precursores de una generación que coincide en el tiempo haciendo pop en castellano?
– A: No, ni mucho menos.
– N: En muchas ocasiones nos preguntan si seguimos la tradición de las bandas que cantaban en castellano ya en los 60. Yo de pequeño compraba todos los discos de Los Brincos, Los Diablos y muchos otros. Pero de ninguna forma, ni siquiera a grupos como Tequila o Burning, que se podían acercar más al pop, o a nosotros mismos se nos puede considerar padres de algo que nosotros hayamos movido. Sin querer ser despectivo, sinceramente, cuando nosotros empezamos no nos fijábamos en nada que se hiciese en España, sino en lo que se hacía fuera. En España no hay una tradición pop. La habría si Los Brincos hubiesen continuado haciendo pop en clubes pequeños, lo que es la esencia del pop. Aquí ahora son empresarios. En Inglaterra nacen mil grupos y una gran cantidad de ellos son muy buenos, porque probablemente el padre de alguno de ellos ya tocaba hace años en un grupo. Allí hay una escuela y aquí nada de eso.
¿Quién os gusta que aparezca asociado con vosotros como referencias?
-N: Te podría decir cientos de nombres como, por ejemplo, Elvis Costello, Squeeze, The Jam, Madness o muchos otros menos conocidos como The Maisonettes de entre los más recientes. También de Australia, con grupos como Jo Jo Zep & The Falcons, o de Estados Unidos, como The Cars.
Está claro, pues, que os movéis dentro de los parámetros del pop-rock.
– A: Hemos tenido la suerte de escuchar mucha música y decidirnos en su momento por este tipo de sonido, contando con cierta resonancia en nuestra cabeza de la producción anglosajona en general. Aunque al final nos hemos planteado hacer música para todos, saliendo de las fronteras que nos separan.
Me gustaría que dijerais qué os parecen algunos nombres como Paul Weller.
– A: Me parece genial, me cae muy bien y creo que es auténtico.
– Ñete (Ñ): Es un violinista de puta madre, je, je.
Chrissie Hynde.
– A: Me gusta.
Joe Jackson.
– A: También me gusta, aunque creo que en su evolución se ha perdido algo. Son cosas que a veces se nos van de las manos.
Graham Parker.
– N: Hace tres años para nosotros Graham Parker era un referente claro, sobre todo en cuanto a concepto, a sonido, a cómo construir las canciones. Sin embargo, cuando se fue a vivir a Estados Unidos dio un cambio importante para mal. Otros que empezaron con él, como Elvis Costello, continuaron en la línea que llevaban, aun abriéndose a nuevos sonidos, y han llegado mucho más lejos.
Germán Copinni.
– A: Me parece genial tanto él como el grupo. Me parece que Golpes Bajos hace algo totalmente suyo e inigualable.
– N: Ahora mismo hay grandes grupos haciendo canciones en castellano, como Golpes Bajos, Los Elegantes u Objetivo Birmania. Puede que no siempre hagan grandes canciones, pero eso nos pasa también a nosotros.
Santiago Auserón.
– A: Es una excelente persona y es alguien de los que realmente valen dentro de todo esto, a pesar de todo.
¿Tenéis algún límite o meta o creéis que podéis llegar a realizar cualquier sueño y estar ahí en primera fila muchos años, como los Rolling Stones?
– A: No quiero que esto suene mal, pero lo de los Rolling Stones es para nosotros una meta superada. Nos hemos planteado seguir haciendo cosas mientras nos sigan saliendo, a pesar incluso de nosotros mismos. Los años no nos dan miedo, sino que lo que nos da miedo es poder seguir haciendo buenas canciones. Nos preocupa más eso que pensar en 30 años de grupo.
¿Os da miedo que se os encasille en una determinada línea?
– N: No. Huimos de eso. Precisamente por eso hablaba al principio del abanico de canciones distintas que tenemos. Si ha habido alguien que en algún momento ha hablado de que estábamos estancados, es precisamente porque no nos conoce, gente que puede saber mucho de música pero que no sabe nada de nosotros. Hay demasiada gente que hace demasiadas críticas de demasiados grupos que no conoce demasiada gente.
Según Nacha Pop, ¿qué momentos os parecen más conseguidos que “La chica de ayer”?
– A: En cada momento, cuando tenemos un tema nuevo, nos parece mejor que “La chica de ayer”, al menos diferente. De todas formas, nunca hemos renegado de ella, y nos parece que cualquiera en sus inicios puede hacer esa clase de canción si se quita los prejuicios y los miedos de la cabeza. Nuestros dos primeros temas fueron “Gonna Play Some Rock”, en inglés, sólo por pasarlo bien, y “La chica de ayer”, que ya entonces nos llamó la atención y que, además, tuvo toda esa gran repercusión, así que no podemos olvidarnos de ella. Nos parece un tema perfecto, nos gusta mucho tocarlo, pero tenemos muchos otros de los que estamos orgullosos y no queremos que sólo se nos recuerde por esa balada.
Hasta ahora, Nacha Pop no ha sido un grupo que se haya prodigado en los medios, especialmente en televisión.
A: Lo que siempre hemos pretendido es ser coherentes y no aparecer en programas que sacan a artistas o cosas que no tienen nada que ver con nosotros. Lo que queremos es llegar a la gente a través de medios coherentes con nosotros. Tanto nosotros como la gente que nos sigue tiene que creer en lo que hacemos y en lo que ve, que comparta nuestra visión. Incluso la gente se da cuenta cuando damos un paso en falso o cuando un tema no lo vives en directo, y nos los dice.
¿Son vuestros seguidores los más exigentes?
– N: Sí, lo son, y es perfecto. Nos sigue gente con más conocimiento y más experiencia, que es la gente más exigente. Es el público que buscamos, aunque también nos gustaría contar con un público más eufórico, que vayan a un concierto nuestro como va al fútbol.
– A: La fidelidad es algo que nos gusta mientras no sea un compromiso.
Hay también una sensación en determinadas ocasiones de que el grupo no acaba de sonar bien en directo.
– N: A nosotros nos gusta como suena el grupo, pero a veces se dan circunstancias que hacen que no todo salga como quisiéramos. Por ejemplo, el técnico de sonido debería ser siempre el mismo, pero nos hemos encontrado con que no siempre es así. Otras veces no hemos ensayado lo suficiente o es cosa del equipo…
¿Qué músicos os gustan especialmente?
– Ñ: A mí, Stewart Copeland, de The Police. Es algo único, una mezcla de algo negro, africano, con el pop. Recuerdo verlo en televisión explicando los ritmos, en Musical Express, explicando cómo se hace un ritmo de jazz, de pop, de rock y, después, qué es lo que él hace.
¿No pensáis en contar con un productor?
– A: Lo hemos pensado, pero nunca hemos sabido cuál. No conocemos a un productor aquí que nos pueda servir. Hay productores que han tenido éxito -Julián Ruiz, por ejemplo- pero tal vez somos muy exigentes, puede que el sonido que consigue sacar no sea el que más nos conviene o, también, que tenemos las cosas muy claras y eso es difícil de llevar en un estudio con un productor.
¿En algún momento alguien en el grupo ha planteado un acercamiento en el sonido a las raíces como Gabinete Caligari o Los Coyotes?
– A: Gabinete Caligari ha echado mano de las raíces de una forma peculiar, utilizando castañuelas y otras cosas que la gente siente más cercanas, pero desde el punto de vista de las guitarras eléctricas, consiguiendo que algo familiar les resulte a algunos difícil y extraño. Nosotros no somos tradicionalistas en ese sentido, sino en el sentido amplio del rock, de guitarras y arreglos de forma tradicional. No estamos a la última moda, con el uso de sintetizadores y secuenciadores, pero sí intentamos actualizar lo que hacemos.
¿Qué os diferencia de otros grupos contemporáneos?
– Ñ: Está claro que, aunque hemos tenido nuestras tensiones dentro del grupo, lo que nos une es la amistad. Somos cuatro amigos que, fuera del grupo, salimos juntos de copas.