MIQUI PUIG 2008
Miqui Puig, bonito es
Quien fuera en su momento líder de los exitosos Los Sencillos regresa ahora con su segundo disco en solitario en estudio, Impar. Después de Casualidades, un disco que miraba hacia los 60 y los 70, el últimamente mediático Miqui Puig entrega un álbum más pop-rock. Él mismo nos lo presenta.
iMPAR es tu segundo disco en estudio en solitario. Hace ya cuatro años del primero. ¿Cómo ves hoy aquel primer disco?
– Para ser una época de mi vida en la que estaba contra el mundo, creo que es un tanto oscuro, aunque se trata de un disco pop, como siempre. Quizás le faltan medios, pero esta lleno de himnos que ahora son comparados con iMPAR.
¿Por qué sentiste la necesidad de grabar y editar un disco en directo el año pasado?
– Porque celebrar 20 años de carrera no se hace cada día. El otro día un periodista muy listo decía que ya se había olvidado. Quizás él, porque para mí y para todos los involucrados fue muy importante, sumamente importante, un hito en mi carrera.
A la hora de plantear este segundo disco en estudio, ¿qué buscabas?
– Si te digo que un paso a delante sonara a tópico, pero mejorar, crecer y haciendo lo que sé, o sea, canciones bonitas y poco más. Los artistas hacen siempre el mismo disco, el que nosotros consideramos es el mejor en esa época de nuestra vida.
¿Algunas referencias con las que contaste a la hora de grabarlo?
– Siempre tengo el norte de la brújula y los hooligans como concepto de militancia. En lo musical, ya sabéis que soy demasiado raro y abierto. Digamos que iMPAR se bautizó así por las circunstancias, nada más. De hecho, quiere ser y es, muy luminoso.
¿Qué relación tiene este disco con el mundo del fútbol? Dijiste que te inspiró el apoyo y la camaradería de los seguidores del fútbol y que el disco nació después de pasar un mes en casa encerrado con libros, discos y poco más tras una operación.
– Todo, como siempre, es luchar contra la adversidad en vez de la genialidad. En mi caso, lo mío es más fútbol a la antigua, brega y toque.
Hay bossa, pop, northern soul… Sin embargo, me da la impresión de que todo es un aderezo para canciones pop, al fin y al cabo. ¿Estás de acuerdo?
– Siempre lo que uno dice sirve como el perfecto aderezo para que al final brillen las melodías pop, que es lo que a mí se me da bien.
¿Serías capaz de decir alguna canción ajena en la que te hayas inspirado para una de las tuyas?
– No copio; eso lo hacen otros. Sólo a veces observo tipos de sonidos, pero luego nunca nos salen como queremos, sino que sale algo distinto.
¿Qué canción es la que más te gusta del disco y cuál crees que resultará mejor en directo?
– “Miqui contra el mundo” es la que más me gusta porque salen mis sobrinos en ella. En cuanto al directo, la gente ya decidirá cuál es la mejor.
Desde tu punto de vista, ¿cómo se ha notado tu evolución en estos últimos cuatro años?
– ¿Habré evolucionado a mejor? Es broma. Creo que hay más calma aunque también puede que no. Las urgencias de nuestras mentes son siempre imprevisibles.
¿Qué te cuesta más escribir: los textos o la música?
– Sin duda, lo que más me cuesta son los textos. Piensa que la música de “El sirviente”, por ejemplo, llevaba tres años sin letra hasta que en un viejo cuaderno vi esta letra y la encaje. Se puede decir que de repente llego la magia.
¿Y con cuál de los dos disfrutas más a la hora de componer?
– Todo tiene su qué. A veces salen a la vez y otras no es así, pero emociona lo mismo unas notas justas o tres consonantes arrítmicas en medio de un acorde. Todo vale, todo es magia…
¿Crees que con los años ha cambiado lo que quieres decir en las canciones o tu forma de hacerlo?
– Sucede que cada vez quiero ser menos y que duela menos, pero no es así. Cada vez me gustan las cosas más pequeñas; imagina, si no, “El hombre que hacía barcos”.
A pesar de esos cuatro años entre uno y otro disco, Miqui Puig no ha parado de hacer cosas. Por ejemplo, producir o remezclar discos o colaborar con otros músicos. ¿Qué tal esas experiencias?
– Lo de producir no es uno de los enfoques de mi carrera profesional que más me seducen, ya que pierdo horas y dinero. Hacer remezclas también es bonito. En general, estar detrás de cualquier canción ajena me gusta, ver sus posibilidades y manosearlas.
¿De cuál has quedado más contento?
– La remezcla de Standstill me gusta por la pegada y el sonido. Sin duda, tener a mi colaborador Xarli Oliver y las manos del ingeniero Tomas Robisco me dan seguridad.
¿Consideras que perjudica a tu carrera como músico tus apariciones en televisión?
– ¿Por qué va a ser así? A los que no les gustaban mi música siguen ahí dando su opinión sin que nadie se la pida. Estoy harto de tener que dar explicaciones por eso. ¿Por qué nadie pregunta si no soy un poco burro al trabajar gratis como productor?
¿En qué proyectos estás trabajando ya?
– En varias producciones más, también un mes de vacaciones en enero y, quizás, hacer algo más en televisión.
¿Algún descubrimiento musical reciente?
– La música de Neil Diamond después de pasar por las manos de Rick Rubin, o sea, su disco Home Before Dark.
Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota en este tiempo en la música?
– Ser confundido con el cantante de Los Suaves, con el de Los Secretos y miles más que no comparten mas que la ‘ese’ y el ‘los’. Pero ya sabes que de incultos está plagado el mundo.