MCCARTNEY 3, 2, 1

McCartney 3, 2, 1

Zachary Heinzerling (Disney+)

 

 

Cuando Rick Rubin recuperó a Johnny Cash para la serie de discos American Recordings, basándolo todo en su ajada voz y su guitarra, estableció un molde, quisiera o no. Esa idea de centrarse en lo básico la recupera ahora en esta serie documental de seis capítulos de media hora de duración en riguroso blanco y negro. No queda claro si la idea es suya o no, porque aparece de productor ejecutivo al igual que el protagonista del mismo, Paul McCartney.

 

Con una puesta en escena austera, Rubin va dejando caer sonidos aislados, armonías vocales, frases de las letras y preguntas cortas que dan pie a que McCartney pueda explayarse a gusto sobre lo básico en su oficio: el arte de componer. La conversación fluye siempre aparentemente reposada y espontánea, aunque en ocasiones los cortes en la grabación sean evidentes, mientras McCartney masca chicle y Rubin mueve la cabeza siguiendo el ritmo.

 

Entre ambos destripan unas cuantas canciones de The Beatles y alguna en solitario de McCartney o con Wings, con palabras cariñosas para Lennon y, también, The Kinks, Fela Kuti o The Beach Boys. Según el bajista, buena parte de aquellas canciones acabaron siendo memorables por razones prácticas, ya que no les quedaba otra que recordarlas para llegar al estudio y grabarlas. Una explicación demasiado sencilla, sí, pero igualmente humilde.

 

 

 

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