MANAOS, SELVA AMAZÓNICA, BRASIL
A Manaos se llega atraído por la selva. Hay quien lleva allí varios meses y aún no ha encontrado razón alguna por la que valga la pena pasar en la ciudad un sólo día. Aunque como lugar de entrada a la selva amazónica es el primer destino del mundo.
Después del duro trayecto de llegada -más de dos días en barco desde el puerto más cercano en el río, que se reducen a tan sólo una hora en avión si se puede costear el pasaje-, antes de perderse en la selva, siempre hay que pasar en Manaos algunas horas. A pesar de su calor húmedo y de su caótico tráfico, vale la pena darse una vuelta y acercarse al Teatro Amazonas, en cuya construcción se invirtieron 17 años a finales del siglo pasado, en la época de esplendor del caucho -historia similar a la reflejada en la películaFitzcarraldo de Werner Herzog, con Klaus Kinski-. El proyecto fue idea de un visionario llamado Doménico de Angelis, que tenía el capricho de asistir a conciertos de ópera en un local en medio de la jungla. Todos los artistas y los materiales -hierro escocés, mármol italiano y tejas de Alsacia- fueron traídos de Europa. El precio de la entrada es alto e incluye una prescindible visita guiada de unos escasos 15 minutos.
El otro punto de interés es el encuentro de las aguas de dos ríos, justo donde las oscuras aguas del Río Negro se cruzan con las enfangadas del Río Solimoes. Conviene tener presente que la mayoría de las excursiones a la selva incluyen esta parada.
Por lo tanto la aventura en la selva es lo que debería ocupar todo el tiempo, teniendo en cuenta que lo mínimo necesario para hacerse una buena idea es pasar al menos tres noches en lajungla . El resultado de la experiencia depende en buena medida de la elección de la agencia y del guía, pero para eso no hay método infalible, sino que se trata en la mayoría de las ocasiones de una pura cuestión de suerte y olfato.
No hay que preocuparse por ir a buscarlos. Cualquier extranjero será asediado ya al bajar del avión, en los hoteles y las calles por agentes que tratan de vender su viaje. Conviene saber que el bar enfrente a la Pensión Sulista es conocido entre ellos como elcentro de abuso al turista.
Tampoco es cuestión de rechazarlos totalmente. Se trata de tener bien claro lo que se quiere y preguntarles qué es lo que incluyen exactamente: comida, tipo de alojamiento, destino, medio de transporte, tiempo en la selva, lo que se tarda en llegar y volver, idioma del guía y si éste es nativo.
Como mínimo deberían incluir un par de caminatas por la selva -por la noche son aun más increíbles-, varias travesías por los igarapés -canales formados entre los árboles por el agua del río al cubrir las tierras de las riberas-, visitas a alguna familia de cablocos indígenas, pesca de pirañas, salidas nocturnas en busca de jacarés -cocodrilos-, tiempo para contemplar la salida y la puesta del sol desde una canoa.
Todo esto puede variar en función del destino. Las que van a las Ilhas Anavilhanas, el mayor archipiélago fluvial del mundo, son las más habituales y suelen incluirlo todo, pero a veces puedesorprender encontrarse con más gente . El Lago Janauário tiene como mayor atractivo los paseos en canoa por encima de la copa de los árboles al final de la estación de las lluvias, aunque se puede hacer algo parecido en cualquier otra parte de la cuenca amazónica. Por lo tanto, lo mejor es buscar una agencia que se escape de lo más trillado….
Conviene saber también que nunca lo que una agencia promete es lo que más tarde se va a experimentar completamente, pero tampoco tiene que ser peor: siempre hay lugar para los cambios e improvisaciones en función de las circunstancias y de lo que el viajero quiera.
Y también hay que contar con que la selva amazónica no es el mejor lugar del mundo para ver vida salvaje en acción -para eso está el Pantanal en Brasil-: los animales se esconden en lo más remoto de la jungla, lejos del ser humano.
Aún así, la experiencia siempre vale la pena y hay momentos que no se olvidan: descansar en las hamacas arrullado por el sonido de la selva, descubrir los ojos de un cocodrilo en la oscuridad de los arbustos gracias a la luz de una linterna, la inmensa bola roja del sol al amanecer, el limpio reflejo de los árboles en el agua del río, los aullidos de los monos en plena noche como una jauría enfrentada, los delfines rosa pasando por debajo de la canoa, perderse a golpe de machete, dormir con la única compañía de una hoguera perdido en la inmensidad de la jungla…o.
DATOS PRÁCTICOS:
OFICINA DE TURISMO: Avda. Paés de Andrade, 379.
DOCUMENTACIÓN: Pasaporte en vigor.
AGENCIAS RECOMENDADAS:
– Amazonas Indian Turismo (Rua das Andradas 311, Manaos): sigue siendo la mejor agencia y son los únicos que van al río Urubu, por lo que es como estar solos en la selva.
– Jangal Turismo da Amazonia.
Rua Quintino Bocaivúa, 371, 1º andar. CEP 69.105-110
Tfo: (092) 232-5884
– José Félix de Souza (más conocido como Philippe. Nació en la Guayana británica, en la selva, por lo que habla el inglés perfectamente y además conoce la jungla como nadie).
Rua Artur Cruz nº 10. Japinlandia. CEP 69078190 Manaos.
DORMIR:
– Hotel 10 de Julho. Rua 10 de Julho, 679. El que todos recomiendan gracias a la comisión que se llevan, pero también el mejor en relación calidad/precio.
– Hotel Dona Joana. Rua das Andradas, 553. Grande pero anticuado.
– Pensao Sulista. Joaquim Nabuco, 347. Barata pero asfixiante.
LIBROS:
– Brasil. Ed. Lonely Planet (la más completa, aunque está en inglés).
– Brasil. Guías vivas. Ed. Anaya (Traducción de Rough Guide. Bastante completa aunque no totalmente actualizada).