LOVELY LUNA
Lovely Luna, siameses folk
Lovely Luna surgió tras una amistad de muchos años, después de haberse conocido en un bus escolar gracias a una casete de The Remains. Xoel López y Félix Arias tomaron el nombre del dúo de la ayudante de un tragafuegos que aparece en la película-espectáculo de los Rolling Stones Rock’n’Roll Circus. En el 2000 apareció su primer álbum, en vinilo y cantado en inglés, Lovely Luna 1997-2000. Cuatro años después le seguía Las cosas que nadie debe ver, en castellano y demostrando su aprecio por el folk-rock más clásico. Ahora, como el Guadiana, reaparecen con Chang y Eng, que Félix nos presenta.
¿Qué es lo que motivó en esta ocasión la reunión de ambos y la posibilidad de un nuevo disco?
– En esta ocasión, ambos teníamos tiempo para estar juntos, ya que nuestras carreras personales nos lo permitían, y nos apetecía sacar un nuevo disco. Fue todo muy fluido; sin prisas pero sin pausas.
En este disco habéis grabado todo los dos (con el productor) y hay menos arreglos. ¿Cuál era la intención? ¿Qué las letras tuvieran más protagonismo?
– Sí, efectivamente la principal razón de la sobriedad en los arreglos era darle el protagonismo a las letras de las canciones, dejar que fueran los textos los verdaderos protagonistas de este álbum.
¿Cuáles son las favoritas de cada uno y por qué?
– Nuestra favorita de entre las canciones de este disco es “La balada del hombre desesperado”. En concreto nos gusta porque se trata de un cuento, un relato, algo que no solíamos hacer nunca hasta que empezamos a componer este disco.
Está claro que en este disco las letras cuentan más historias y no tienen tanto que ver con vuestros propios sentimientos.
– Sí, miramos más hacia el exterior que al interior de nosotros mismos, son menos introspectivas. También es cierto que, aunque contemos cosas de otros en las canciones, siempre va a haber algo de nosotros mismos en cada personaje y en cada historia.
¿Qué os llamaba la atención de la historia real de los siameses Chang y Eng para ponerlo como título?
– En primer lugar, nos llamó la atención la historia en sí, ya que es un hecho real interesantísimo. Hacer una poesía sobre esta historia y musicarla fue toda una satisfacción para los dos. Además, en segundo lugar, su historia nos venía muy bien para definir nuestra relación como dúo tanto en lo musical como en lo personal.
Vivían en días consecutivos en dos casas que tenían, pero sus personalidades eran diferentes. ¿Con cuál os identificáis más cada uno?
– Sí, al parecer uno era meticuloso y ordenado y el otro mujeriego y borracho. No podemos identificarnos cada uno de nosotros con cada uno de ellos; creo que sería injusto afirmar algo así. Somos dos tíos bastante formales, aunque en ocasiones también somos un poco gamberros.
Cuando os entrevisté con el anterior disco, me dijisteis que buscabais “un sonido muy retro” y que escuchabais mucho mientras grababais Hunky Dory de David Bowie. ¿Qué buscabais en esta ocasión y a qué escuchabais?
– Esta vez íbamos buscando un sonido más atemporal, y para ello utilizamos instrumentos antiquísimos como la zanfona, el saz y todo eso, y también pretendíamos conseguir un sonido más retro; siempre nos ha gustado el sonido de los discos antiguos. La verdad es que no podría decir que para este disco hayamos escuchado algo en concreto como sucedió en Las cosas que nadie debe ver.
Para quien no lo haya visto, ¿podéis explicarnos que es eso del ‘video siamés’ y por qué lo pensasteis así?
– Hicimos el video siamés “Parando el tráfico / Tan sólo es la vida” porque somos un dúo, porque el disco lleva por título el nombre de dos famosos mellizos y porque nos parecía interesante hacer el vídeo así. Se entiende mejor si escuchas el disco completo, aunque no hay nada que entender; sólo es necesario que te guste.
Entrasteis en contacto por una casete de The Remains. Desde entonces ha pasado mucho tiempo. ¿Qué os sigue uniendo en cuanto a gustos musicales y qué es lo que os separa?
– Siempre nos enseñamos la música que cada uno de nosotros descubre en cada momento, así que compartimos eso y una amistad casi familiar. Lo que nos separa es la distancia en ocasiones, pero siempre estamos en contacto de un modo o de otro.
En este disco hay referencias a aquel hecho en “Luna adorable”. ¿Os apetecía hacer esa referencia? ¿Salió de forma natural, sin pensarlo previamente?
– Pues diría que es un homenaje a nosotros mismos, a aquello que nos unió en un momento concreto. Surgió de forma natural. Es una letra llena de simbolismos de lo que éramos cuando éramos adolescentes.
¿Creéis que es posible aportar algo nuevo a las canciones folk? Si es así, ¿dónde pensáis que se refleja vuestra aportación?
– La verdad es que es difícil aportar cosas nuevas a la música, y en el caso concreto del folk aun lo es mucho más. Pienso que se trata de hacerlo austero para que la historia no pierda protagonismo. El folclore es así…
¿Qué película es la que se estaba rodando mientras grababais el disco? ¿Cómo fue la experiencia?
– Se trata de un documental sobre el proceso de la creación artística, aunque en la película saldrán también una pintora y un poeta, no sólo nosotros, los músicos. Nos olvidamos del tema porque estábamos trabajando, aunque la cámara estuviese todo el tiempo alrededor de nosotros grabándonos.
Para la gira de abril, ¿qué versiones habéis trabajado en conjunto? ¿Y qué músicos os acompañarán?
– Hacemos alguna versión de Van Morrison “The Way Young Lovers Do”) Blind Faith (“Can’t Find My Way Home”) y de Bob Dylan (“Love Minus Zero”). Los músicos que nos acompañarán son todos de A Coruña, como nosotros. En concreto estarán en la gira que pensamos hacer en primavera Juan de Dios en los teclados, Alberto Villarroya en el bajo, Fernando Lamas en la batería y María Toro a la flauta travesera.
¿Cuáles son los próximos proyectos de cada uno de vosotros en solitario?
– Xoel acaba de marcharse a Argentina a pasar una temporada, después del concierto de presentación del álbum que dimos en Madrid en el Teatro Lara. En su caso seguirá escribiendo y grabando nuevas canciones para un próximo disco y yo estoy preparando mi segundo disco en solitario.
¿Qué queda hoy en vosotros de los chavales que tocaban en la calle al lado de la Catedral de Santiago de Compostela cuando compartíais piso?
– El amor por la música, entre otras cosas.