LOS ILEGALES LIVE

Los Ilegales en directo

 

 

“¡Queda inaugurado este pantano!” Así, la primera en la frente, dejando claro desde el principio de que estamos ante el mismo Jorge Martínez que desde 1979 lleva haciendo amigos y seguidores acérrimos por todos los confines del planeta a base de decir verdades como puños y, sobre todo, gracias y ocurrencias de las que su público siempre celebra y comparte, como si Jorge fuera uno más de los que están abajo, entre el público.

 

Y vaya si es el mismo, con esa cara que, a pesar de llevar 54 años reales (y muchos más vividos) a sus espaldas, permanece inalterable desde que por primera vez se asomó a un escenario. En esta ocasión, la disculpa para hacerlo parece definitiva: su gira de despedida, antes de dejar paso a Jorge Ilegal y los Magníficos, banda con la que hará otro tipo de música que cubrirá desde la década de los años 20 hasta los años 50 del pasado siglo.

 

“Tiempos nuevos, tiempos salvajes” inicia el repaso por tres décadas de Ilegales, que han dado pie a la caja 126 canciones ilegales, con nueve compactos y, exacto, sus 126 canciones. Y, tras ella, van cayendo todas las que recordamos, sus canciones más reclamadas, sin tonterías, sin concesiones, a su propio ritmo, cuando a él le apetece, parando lo que sea necesario para afinar sus guitarras.

 

 

Casi todo el concierto se aferra a una Gibson Les Paul, salvo un intento de hacer sonar la chirriosa Stratocaster que el técnico no logra dominar. Así que, aunque haya un listado de canciones previamente escrito y a pie de micrófono, Jorge improvisa, canta otros temas e incluso se permite hacer algunas que ni habían ensayado, reconociendo que así, a traición, le gusta más hacerlas.

 

Hay tiempo para sus ácidos y corrosivos comentarios sobre todo lo que se mueve (“¡Pero si ha venido el Papa a vernos!”) y anécdotas inverosímiles si no fuera porque el protagonista fue él (una con María Teresa Campos, por ejemplo), pero también hay muchas menos parrafadas que en otras ocasiones porque le han dicho que a la medianoche la Sala Capitol ya no puede tener música en directo. Así que, avisa, va a tocar todo lo que puede, sin la acostumbrada interrupción de 10 minutos, a toda leche.

 

Y así es. Una tras otras, sin interrupción, con la habitual mirada de killer, siempre prestando atención a todos los detalles, sin dejar nada al azar, incluso reprimiendo a quienes se suben al escenario o tiran sus gorras. Llegan las 12 y amaga con irse. Pero no, aún hay otra, y otra, y otra… Hasta dos horas y media, con final para “Soy un macarra”, un reprise del tema que abrió el concierto, y su “Destruye, destruye” que invita al pogo masivo que a punto está de perder el control. No extraña que uno de sus conciertos en Colombia acabara con 16 policías heridos graves y ni se sabe cuántos del público.

 

(Sala Capitol, Santiago. Fecha: 18-4-10. Público: Lleno. Promotor: Popupmúsic)

 

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