LONEY DEAR: All Things Go

LONEY DEAR: All Things Go (Loney Dear)

El proyecto de Emil Svanängen, bajo el nombre artístico de Loney Dear, llega a los 20 años, en los que lleva seis discos publicados internacionalmente, más cuatro anteriores autoeditados en su Suecia natal. Su anterior álbum, el aclamado A Lantern and a Bell, giraba temáticamente alrededor del mar como una fuerza benéfica o destructiva.

A sus casi 45 años, Svanängen parece haber sufrido algún tipo de melancolía existencial que le ha exigido una reflexión interior para, a continuación, extraerla catárticamente como canciones que conforman su undécimo álbum. Por ello en All Things Go vuelve su mirada hacia adentro y se centra exactamente en lo que sugiere el título: todo desaparece, nada dura para siempre. Suena sombrío, y resulta igualmente agridulce. Él mismo ha reconocido que “Tal vez sea simplemente que ahora tengo edad suficiente para haber experimentado las letras y la poesía”.

En esta ocasión le ha dado más espacio a las letras. El resto, no sufre apenas cambios. El paisaje sonoro de Loney Dear, cuidadosamente elaborado junto con Emanuel Lundgren en su estudio de Södermalm, es reconocible y, a pesar de una ambición minimalista, continúa evocando un collage sonoro trabajado superponiendo capas. El piano ondula entre el drama estéril y el costumbrista, la voz entre el falsete y la charla sorda. Todo su entramado electrónico, coros y baterías asertivas, suena muy elaborado y todo tiene su lugar.

En el último corte, “All Things Go” se convierte en “All Things Gone”. “Esto no durará mucho”, canta Emil Svanängen mientras la música se impone. La curiosidad todavía está ahí pero su reflexión sobre el paso del tiempo pierde fuelle por momentos y no alcanza siempre las mismas alturas de trabajos precedentes.

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