LEE FIELDS LIVE
¡Qué alguien lo traiga ya de gira por aquí! Independientemente de lo que uno pueda sentir por la música negra más clásica, quien se decida a darle una oportunidad trayéndoselo de gira se encontrará con todo un caballero de la vieja escuela, un tipo entrañable, claro, puro, sin adulterar…
Aunque para la mayoría sea un desconocido, no estamos hablando de un recién llegado. Su primer single data de 1969 y en su momento se le conoció como el ‘pequeño James Brown’, así que todos esos antecedentes pesan sobre el escenario. Recuperado recientemente por el sello Truth & Soul, sus responsables quisieron que Fields grabase un disco de soul sedoso al estilo de The Delfonics o The Stylistics.
Así que si su último -y más exitoso- disco My World está repleto de ese tipo de baladas, que poco tienen que ver con el funk que había en álbumes como Let’s Get A Groove On, su reciente gira ha de recalar necesariamente en ellas, pero Lee Fields no puede dejar que su impronta, su experiencia, su chorro de voz quede sepultado bajo esos arreglos de soul suave que en vinilo lucen tan bien.
The Expressions, la banda creada a su alrededor para este último disco, abre el recital con dos instrumentales, “Expressions Theme” y “These Moments”, al modo clásico. Resulta curioso comprobar que, como en el caso de otros artistas de color que graban ahora -Black Joe Lewis, Sharon Jones-, la banda esté formada exclusivamente por blancos. Su sonido, perfecto para respaldar a su líder, no sólo recrea lo más añorado del soul de los 60, sino que por suerte también son capaces de recordar en qué época les ha tocado vivir, evidente en las bases hip-hop que sustentan “My World” o “Do You Love Me (Like You Say You Do)”.
Cuando el veterano Fields sale a escena, queda claro que se moverá entre el sonido seductor y controlado de este nuevo álbum y la voz desgarrada de James Brown por la que era más conocido hasta el momento, quedando finalmente en un punto intermedio que podría acercarlo más en su actual encarnación a cantantes como Al Green.
Desde el inicio se le ve feliz, disfrutando de su rehabilitación como estrella de pleno derecho: pide que le acompañen con las manos, que canten con él, dedica canciones a todas las mujeres del mundo (“Ladies”, el momento álgido de la noche), recuerda el “My World Is Empty Without You” de The Supremes con una versión más sinuosa… Y todo en él parece cristalino, prístino, sin la más mínima ironía. Sin duda, la recuperación del año, algo que nadie debería perderse.
(Southpaw, Brooklyn, Nueva York, 18 de diciembre)
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