LADY BLACKBIRD: Black Acid Soul (deluxe)
LADY BLACKBIRD: Black Acid Soul (deluxe) (Foundation Music-BMG)
Marley Munroe tiene una voz única. Pero no basta con ello. Lo sabe por propia experiencia: crecida escuchando góspel en la Iglesia en su Farmington natal (Nuevo México), fichó por una discográfica cristiana a los 12 años con la que no se entendió. Luego publicó dos singles de jazz-pop con Epic que pasaron inadvertidos, puso voces en los discos y conciertos del rapero TobyMac, trabajó con Joseph Arthur y compuso para otros (Anastasia).
Hasta su proverbial encuentro con el productor Chris Seefried no halló su voz: la de una diva como de otra época llamada Lady Blackbird. El año pasado publicó su debut, Black Acid Soul (Soul negro y ácido, que asegura es la mejor definición de lo que hace), grabado en el estudio de Prince, con el respaldo de Deron Johnson (músico habitual de Miles Davis), y que ahora relanza en edición deluxe con once nuevas canciones y mejor distribución.
En su primera edición el disco contaba con versiones de Nina Simone (“Blackbird”, la que le ayudó a configurar su personalidad), Bill Evans (su “Peace Piece” pasaba a ser “Fix It”, uno de los puntos álgidos del disco y de sus directos), The Voices of East Harlem, The James Gang o Tim Hardin. Ahora suma seis remezclas, otros tres temas propios y dos nuevas versiones (Tony Joe White, Gloria Gaynor).
En conjunto, lo que se desprende es que es capaz de infundir nueva vida a sus adaptaciones y convertirlas en auténticas interpretaciones sentidas vivamente. Jazz, folk, country, góspel, blues, soul, todo lo reconvierte en algo suyo, único, más escorado al jazz de Nina Simone, Etta James o Billie Holiday en el álbum y al rock de Janis Joplin o Tina Turner en sus directos. Parece el culmen de una trayectoria de varias décadas por la profundidad, el control, el sentimiento y la empatía que muestra. Desde luego, ha nacido una estrella. Y con qué voz.