LA MARABUNTA

La Marabunta, liquidando existencias

 

«Somos el caos estilístico. En nuestra música cabe de todo e impera el aquí te pillo, aquí te mato», afirman los vigueses La Marabunta, poco después de dar luz a su último trabajo, La vida n rebajas. Después de la época de desorientación, por la falta de contrato para editar sus grabaciones, llegan con ansias renovadas, presentando su nuevo disco, en el que se dedican a tomar los ritmos latinos -y otros- para reinterpretarlos. Aquí se lían a liquidar sus existencias, es decir, dar las claves de todas sus canciones, una a una.

 

– Jefe: «Habla de una situación que se ha hecho bastante común: el jefe que va de jefe, cuando alguien manda, manda y punto. La lectura original, tribal incluso, es que el jefe está al servicio de los demás porque es el más capacitado y pone al servicio de los otros sus cualidades. Pero ocurre todo lo contrario: al final son los demás los que están a su servicio. Esta canción está hecha con loops, pero no los típicos del acid jazz sino latinizados. Se trata de eso: tomar estilos clásicos y reinterpretarlos. Hacer música clásica sería muy fácil.»

 

– Cuchillos, armarios y cepillos: «Un día cualquiera puedes quedarte medio adormilado viendo la televisión y, al despertar, te encuentras con un ama de casa partiendo un ladrillo con un cuchillo eléctrico en la pantalla. Hoy intentan venderte cualquier cosa, en cualquier momento. Eso sí: planteamos el asunto con una base rítmica muy nuestra, funky calentito, pero acompañado con guitarra española, que da más calidez y una acidez cercana a la letra.»

– María misterio: «Es un tema más pop, pero con un potente aire de cha-cha-cha, como una canción de B-52’s pasada por el mambo. La cosa va de adivinos y videntes; están muy de moda y creemos que la cosa es fina comparada con lo que se nos viene encima, con el fin del milenio. Ha quedado una canción ultravigorosa.»

 

– El rey: «Musicalmente es muy reposada. Es casi blues; cada nota pesa en esta canción, tanto como la obligación de llevar una corona. Letra y música están muy unidas porque la letra es muy melancólica. Al fin y al cabo, ¿quién llega a ser rey? Sólo cuatro gatos. El estribillo dice que es bueno ser rey pero en el fondo la canción transmite poca dulzura. Ser rey implica nacer ya con un cargo vitalicio y heredado.»

 

– El metro cuadrado: «Cuenta lo que pasaría si cogiéramos el mapa del mundo, lo rompiéramos, tiráramos al aire los pedazos y, después, los volviéramos a pegar. Es un mensaje que también se transmite en la música, que tiene ese toque brasileño acelerado y distorsionado, muy alegre pero ácido y un solo de sintetizador tan tenso…»

 

– Canto alto: «Una canción de desamor. Tiene un ritmo que es como de rumba de Nueva Orleans. La percusión es muy tensa, muy a lo Tom Waits. En general aquí suena todo bastante arrastrado.»

 

– La bola extra: «Es un bolero eléctrico y muy sentido. Es una letra que impresiona, de una oportunidad más. Le vemos cierta conexión con esas canciones mexicanas tan desgarradas, como las de Chavela Vargas.»

 

– Estoy en vena: «Da la vena de optimismo necesaria para sobrellevar todo lo anteriormente expuesto. Optimismo escéptico, claro, envuelto en una mezcla de soul y acid jazz, con algo de tumbao y un puntito de corrido. Y, por supuesto, su toque de groove. Groove de O Grove.»

 

– Echa esa culpa: «Otro tema de desamor y de aire pop, lástima que la etiqueta pop suela ser tomada aquí como algo peyorativo. Tiene su toque de soul fronterizo, a lo Willy De Ville. Es una canción muy alegre, pero con la procesión yendo por dentro.»

– Cajero:  «Con este tema nos vemos conectados musicalmente con los Kinks, la banda favorita de Nico. También le vemos un toque bohemio, como de pub parisino, y de Nino Rota. Este tema, como otros, fue grabado a la primera toma, no buscábamos la perfección instrumental, preferíamos conseguir otras cosas. El hecho de que alguien le esté pidiendo dinero a una cosa, a un cajero, da para escribir una letra como ésta, emparentada con el realismo italiano.»

 

– Punto: «Rock’n’roll fronterizo. Un vallenato acelerado con un toque surf  a lo Pulp Fiction ((toma ya!). La letra es también un poco Tarantino, una historia de amor que termina con la sangre llegando al río. La historia podría parecer extraña, pero gracias a la omnipresencia de los reality shows resulta terriblemente cotidiana. La vida en rebajas a tope.»

 

– «Vacas flacas»: «Puedes ver a Carmen Miranda con el sombrero decorado con frutas y un grupo de energúmenos tocando detrás de una conga que deja escapar un cierto aire a tema para película de James Bond. El mensaje casi viene a decir: me meto en el w.c. y tiro de la cadena. Sabemos de qué hablamos: La Marabunta ha pasado por diferentes épocas de vacas flacas.»

 

– «La meta»: «Un tema acústico, con una guitarra que le da un cierto aire entre cálido y cruel. En cierto modo es la canción que explica cómo convertirse en ‘jefe, blanco, listo y con afán’. En el fondo la música es como si Caetano Veloso se pusiera a tocar un rock’n’roll, llevándolo a su terreno, interpretándolo de una manera muy peculiar.»

 

– «Venusiana»: «El Bowie de Space Oddity está presente aquí. Hablamos de escapismo, de salir de este planeta, quizá por la noche, cuando duermes, soñando. Es la última, así que dejamos un puerta abierta, sino a la esperanza, al menos al escapismo, a la fantasía. Al fin y al cabo, sabemos que en Venus no hay vida.»

Xavier Valiño

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