LA BIEN QUERIDA 2009
La Bien Querida, vasos comunicantes
Ana Fernández-Villaverde, hasta ahora más conocida como pintora, acaba de editar su debut como La Bien Querida, titulado Romancero. Su maqueta del año pasado y su myspace sirvieron para que muchos descubriéramos unas canciones muy especiales.
Finalmente, tras la esporádica colaboración con Antonio Luque, ha sido David Rodríguez (Beef) el productor de siete de las canciones de aquella maqueta y cinco nuevas que conforman su primer disco. Ana ha conseguido domesticar los arreglos estrafalarios y la producción cubista de David para conseguir un sonido claro que encaja perfectamente en sus bellas canciones. Desde el momento de su edición se atisba ya a uno de los grandes referentes del pop estatal de ahora y de los próximos años.
Para quien te acabe de descubrir, ¿puedes comentar tus inicios en la música: tu relación con J., la maqueta, Vasos Comunicantes…?
– Empecé a componer y, en vez de tocar las canciones en el salón de mi casa para mis amigos, decido formar un grupo con Eduardo Melón (Waldorf Histeria), que en un principio se llamó Los Vasos Comunicantes, pero pronto lo rebautizó como La Bien Querida y me quedé yo sola. Luego grabo la maqueta con Horacio, excelente guitarrista clásico, la cuelgo en Internet, me ficha Elefant y publico un disco: Romancero. Mi biografía como compositora es corta, pero llevo toda la vida escuchando música.
¿Qué tal fue la etapa en la que Antonio Luque y Sr. Chinarro eran tu banda y tu apoyo?
– Me eligieron como la mejor maqueta del año según Mondo Sonoro. Antonio Luque se me ofreció a acompañarme. Ensayamos un par de veces y dimos un único concierto juntos. Lo pasamos bien y tengo buenos recuerdos de Antonio, Javi y Pablo.
Hace ya un tiempo que conocemos tu maqueta. ¿Por qué ha tardado el disco? ¿Contenta con el resultado? ¿Qué cambiarías si pudieras grabarlo de nuevo?
– El disco ha tardado por razones que uno al final no puede controlar. La cuestión es que ya está. Ahora estoy muy orgullosa del álbum. Traté de hacer el disco que me gustaría escuchar. No cambiaría nada. Lo que hago es mirar al frente y a las cosas nuevas que me gustaría hacer.
Hace un año me decías que a la maqueta le faltaba vida. ¿Era ése el objetivo principal al entrar a grabar: darle vida? ¿Y qué has aprendido en el estudio de grabación que te pueda servir y que vayas a utilizar en el futuro?
– Teniendo la oportunidad de grabar un disco, como comprenderás, no voy a hacer algo igual que la maqueta, que para eso ya estaba la maqueta y estaba muy bien. Y sí creo que he conseguido llegar a lo que yo considero un buen disco. De todas formas, yo canto y toco la guitarra. En principio, no tengo pensado abrir un estudio de grabación, pero nunca se sabe.
A mí me gusta tanto la maqueta como el disco. Creo que son válidas las dos. Sin embargo, conozco gente que prefiere la maqueta. ¿Te sorprende esa polémica? ¿Qué les dirías a quienes se puedan sentir defraudados?
– Me da bastante igual. Yo estoy orgullosa del disco. Es un paso adelante. Gracias a la maqueta he podido grabar Romancero, y en mi opinión no hay color… Prefiero el disco, pero soy responsable de ambas cosas. Al que le guste más la maqueta, que la disfrute, y al que prefiera el disco, pues lo mismo.
Para mí la sorpresa es la producción de David Beef. No me espera un sonido así. ¿Cómo llegó a ello?
– David es muy talentoso, y yo lo vi claro. Lo que a mí me extraña es que los demás no lo pudieran ver. David tiene una forma de hacer sus cosas y yo otra, y a la hora de hacer mi disco, se amoldó a la mía.
“7 medidas de seguridad” es una de las canciones que más gustan a quien escucha el disco. ¿Por qué crees que puede emocionar así?
– Supongo que por la sinceridad y la cercanía, aunque no lo sé. Hago las canciones para mí y, luego, si a la gente le gustan, mejor aún.
Sorprende especialmente “9.6”. No contábamos con algo tan bailable. ¿Compusiste la canción ya así o fue tomando esa forma con la banda o en el estudio?
– Para el disco, se grabaron 16 o 17 canciones, para poder hilar fino, desechar las menos interesantes y crear un conjunto sólido. En un principio a “9.6” le dimos un tratamiento más pop, pero el resultado no nos aportaba nada musicalmente y decidimos quitarla. Fue Luis Calvo, de Elefant, quien nos dijo que a él le encantaba esa canción, que le gustaría que la diéramos otra oportunidad. David pensó en darle un giro radical, y a mí me encajó la idea. Si se ha quedado ahí es porque he considerado que tiene su sitio justo.
También me ha sorprendido gratamente que haya más variedad de sonido en relación a la maqueta. ¿Fue intencionado o surgió así en el estudio?
– La maqueta se grabó de una forma en su día y el disco de otra. En la grabación del disco no teníamos de referencia la maqueta, sino las canciones. Cada canción admite muchos tratamientos, y yo como persona que escucha discos me gusta que los discos no me aburran al llegar a la cuarta canción. He hecho el disco que a mí me gustaría escuchar.
Hay quien dice que éste es el disco más importante editado por Elefant desde el debut de Family. ¿Qué te parece el piropo?
– De entrada me encanta. Luego habrá que ver quién lo dice.
Tus textos hablan sobre todo de relaciones de pareja, pero desde la visión de una mujer, con frases directas, de las que no se escuchan en el pop estatal. ¿Conoces algún hombre que escriba así?
– Como mujer, parto de mi propio contexto y reflejo mi experiencia y mi forma de pensar. Pero la lectura es siempre más amplia. Luego siempre acabo llevando la canción al “tú y yo” porque resulta familiar y evocador para cualquiera.
José Alfredo Jiménez, un compositor de rancheras mexicano, hacía lo mismo. Y no hay más que escuchar el cancionero extensísimo que dejó. En el flamenco también se habla bastante claro.
¿Cuáles son tus letristas favoritos?
– Como José Alfredo Jiménez no hay nadie.
¿Es cierto que hiciste una portada para Extremoduro?
– Sí. No es muy creativa porque Robe Iniesta tenía la idea muy clara y quería eso exactamente. Yo únicamente ejecuté su idea.
En estos momentos, ¿das más importancia a la música que a la pintura?
– De momento, las dos cosas son muy importantes en mi vida. Ya te contaré el año que viene qué es lo que pienso entonces.
Hace un año me dijiste que a estas alturas lo que querrías es tener el disco de La Bien Querida y haber tocado mucho y hacerlo bien. Ahora que ya está hecho, ¿cuáles son tus ambiciones y objetivos?
– Eso mismo: tocar, hacerlo bien y que a la gente le guste el disco tanto como a mí.